"A todos los barqueños … y allegados: Uno de los edificios por los que es conocido nuestro pueblo, desgraciadamente se encuentra en tan mal estado, que corre peligro de caerse". Estas palabras forman parte del llamamiento urgente que ha realizado recientemente el cura de La Barca, Diego González. El párroco ha alertado en su perfil de Facebook de la situación límite en la que se encuentra la torre de la iglesia de esta pedanía debido a que sufre de aluminosis, "una alteración progresiva del hormigón provocando la perdida de firmeza en su estructura".

Por ello, González recuerda en redes sociales que "todos cuando hemos estado un tiempo fuera de La Barca por distintos motivos: trabajo, estudios, enfermedad, etc.; cuando volvemos, al llegar a la bajada de la depuradora de Cuartillo, nos pega un vuelco el corazón y decimos que ya estamos en casa. Hemos visto brillar la pirámide que corona nuestra torre indicándonos que ya estamos con los nuestros, con su cariño, su compresión y su ayuda si es necesario. Cuántas veces sus campanas han volteado expresando nuestra alegría porque hicimos la primera comunión, nos casamos, bautizamos a nuestro hijos… Otras han llorado con nosotros cuando hemos tenido que dar la última despedida a un ser querido".

Huchas en comercios y una cuenta en La Caixa sirven ya para recaudar fondos para la obra

De hecho, el sacerdote recalca que "las fotos más representativas de nuestro pueblo son el puente y la torre de nuestra iglesia, lo que cualquier visitante recoge con su cámara para recordarnos. Si no ponemos remedio, en poco tiempo solo tendremos esas fotos del pasado".

Por todo ello, a través del texto que ha sido compartido más de un centenar de veces en Facebook, el párroco deja claro que "no podemos dejar que nuestra torre termine derrumbándose, todos debemos aportar nuestra ayuda en la medida que podamos para evitar que esto ocurra. Para que sigamos sintiéndonos orgullosos de lo nuestro, manteniendo nuestro patrimonio vivo y para la posteridad".

De momento, a la espera de iniciar más acciones, ya se ha habilitado una cuenta para poder recaudar donativos. En concreto, los interesados en ayudar pueden hacerlo en el número de cuenta de La Caixa ES 63 2100 8511 0801 0014 9018. Además, en diversos comercios locales se han instalados huchas para que los vecinos que quieran puedan colaborar.

Paralelamente, a través del consejo parroquial se ha creado una 'Comisión en defensa de nuestra torre' que ya está estudiando la posibilidad de realizar acciones benéficas con las que recaudar fondos. Diego González explica que el consejo ya ha celebrado dos reuniones extraordinarias y tiene previsto celebrar más de cara a buscar soluciones al mal estado de la torre. "Todo lo que es el enfoscado se ha caído", lamenta el sacerdote, explicando que "entre la campana, por una parte, y algún temporal que hemos sufrido han provocado que todo el interior se haya venido abajo". Incluso, reconoce que "por la falta de recursos" no se han realizado tareas de reparación ni de mantenimiento que han afectado negativamente a la torre. Se trata de un templo que se construyó hace alrededor de setenta años, por lo que si no se realiza una intervención urgente podría derrumbarse, tal como advierte.

De momento, ya se han presentado en el Obispado "siete presupuestos y se ha elegido uno. Estamos a la espera de que nos den la licencia de obra y empezar lo más urgente, que es la torre". No obstante, posteriormente, "ya vendrá la segunda fase que es el pintado de la iglesia y el perímetro por fuera pero lo más importante y urgente, ahora mismo, es la torre por dentro". Para poder afrontar esta obra, que previsiblemente podría comenzar a principios de año si está ya concedida la licencia, el párroco hace un llamamiento a la solidaridad. El objetivo es la que la Diócesis se haga cargo del 50% del presupuesto pero, aún así, "nos hacen falta unos cuantos miles de euros". En concreto, estiman que el presupuesto total necesario para poder realizar toda la intervención rondaría los 22.000 euros, una inversión a la que es imposible hacer frente desde la iglesia de La Barca.

"Nosotros ayudamos desde Cáritas a la comunidad y nos desvivimos porque sea de esta manera, pero este tipo de presupuesto es totalmente diferente", explica Diego González, insistiendo en la necesidad de que los barqueños vean la iglesia como "algo propio". "La iglesia es la que presta un servicio a la comunidad, al pueblo, y tiene el dinero que la comunidad quiere aportar ya que no tenemos aquí recursos", añade el párroco.

Por ello, los responsables de la comisión están también a la espera de reunirse con el Ayuntamiento de La Barca para intentar que colabore en el proyecto de recuperación del templo. "La torre es junto con el puente la imagen del pueblo, el Ayuntamiento tiene en cierto modo una deuda con la parroquia por usar esta imagen", señala Diego González, sacerdote de La Barca desde hace ya trece años.