Fue un día para la historia, en hechos e imágenes inéditas. La hermandad del Cristo de la Viga cerró ayer la celebración de 4 siglos de copatronazgo de la Virgen del Socorro con la salida extraordinaria de esta imagen. La procesión fue capaz de crear un magnífico ambiente en las calles a la llamada de una cita singular en muchos sentidos. De una parte, la celebración en sí misma de una efemérides que se hunde en la historia misma de la ciudad, y de otra parte la estética que se contempló que ayudó en gran medida a que la percepción de extraordinario fuera más patente, sobre todo en la contemplación del palio creado para la ocasión, un conjunto que quiso marcar las diferencias entre el Lunes Santo y lo de ayer. Gustara o no el palio de estreno, fue diferente. Se compuso por un techo pintado en tonos inmaculistas, unas caídas ciertamente originales -de guipur en plata-; con unos buenos candelabros de cola rematados con faroles, de Toni García Falla, que sí serán permanentes en el palio de Semana Santa; con unos faldones entonados en gloria, y rematando todo el conjunto el manto que lució la Virgen, una maravilla de pieza bordada por las hermanas Antúnez, propiedad de la hermandad del Nazareno de Villamartín. El arreglo floral también fue exquisito con nardos, rosas blancas y unas pequeñas granadas esparcidas entre los bouquets. En definitiva se trató de evidenciar que lo de ayer era diferente; que se trataba de rescatar el rico pasado de esta advocación que se remonta a mucho antes de convertirse en la Dolorosa de la hermandad, y en esto el esfuerzo de la gente de La Viga ha sido sencillamente impresionante con unos preparativos que se iniciaron hace ya muchos meses, rematándose ayer con una día para el recuerdo, en el que no pocos descubrieron a la Virgen del Socorro en toda su dimensión. Por la mañana fue la misa de pontifical en la Catedral, con la celebración eucarística central de la jornada a cargo del prelado jerezano. Por la tarde a las 17,30 horas los munícipes se reunieron en el histórico salón de plenos para conceder la medalla de oro de la ciudad a la imagen. La concejal Ainhoa Gil, hermana de la cofradía, se ocupó de exponer los méritos para la concesión. Gil lució la medalla de La Viga, la especial por los 400 años y la corporativa municipal, además de adornar su traje para la ocasión con el fajín púrpura de la túnica de la hermandad.

La medalla la impuso a la Virgen la alcaldesa cuando la procesión llegó a la plaza de la Asunción en un acto que nos recordó a la coronación canónica de La Concepción. Aquel día de la Inmaculada de 2000, la Dolorosa 'viñera' recibió la distinción casi de igual modo que sucedió ayer con el Socorro, con la fachada plateresca adornada, con escalinata para subir a la mesa y con las representaciones presentes en el cortejo siendo testigos del acto.

Desde el inicio de la procesión, en el cortejo estuvieron más de una veintena de representaciones de las hermandades , incluida la del Nazareno de Villamartín y El Perdón de Arcos; la corporación municipal, bajo mazas y clarineros, parte del cabildo Catedral junto al obispo y por supuesto la 'vieja guardia' de La Viga junto a la junta de gobierno. No faltó tampoco una amplia representación del Cuerpo Nacional de Policía, que escoltó el paso y estuvo de forma corporativa, con el comisario de Jerez, Andrés Garrido, al frente. Y el consejo de la Unión de Hermandades.

La climatología acompañó con una tarde y noche muy agradables. El recorrido previsto, tras dejar la Catedral, fue por Encarnación, De la rosa, Monti, Arenal, La Torre, Letrados, Asunción. Tras la entrega de la medalla, la procesión siguió para La Yerba, Conde Cañete del Pinar, Plateros, Sedería, Carmen, Carpintería Baja, Curtidores, Barranco, Arroyo, Reducto Catedral, donde se instalaron las tradicionales bengalas que caracterizan a esta cofradía del Lunes Santo, y entrada por puerta principal.

Otro momento de la tarde sucedió en la plaza de la Yerba donde se descubrió un azulejo conmemorativo de los 400 años de Copatronazgo de la titular de La Viga, situado justo encima de Casa Quevedo. La alcaldesa fue la encargada de descubrirlo junto a monseñor Mazuelos. En esta plaza es donde a la Virgen del Socorro se le atribuye el que consideran uno de los milagros más importantes y populares de su historia con un toro como protagonista. La coral San Pedro Nolasco interpretó un Ave María. Una vuelta completa del paso sobre sí mismo o como se conoce en cofrade, una vuelta Macarena, cerró el capítulo vivido en ese lugar con la música de la banda de Las Angustias de Sanlúcar la Mayor, que desplegó un repertorio adecuado para el acontecimiento muy en línea con lo que la hermandad elige en Semana Santa, aunque en la Plaza de la Yerba se eligiera 'Encarnación en la Calzada', que sonó hasta tres veces acompañando el trabajo de la cuadrilla.

Estos y otros muchos detalles fueron protagonistas ayer de un nuevo capítulo extraordinario en lo cofrade en Jerez, que para dentro de una semana aún guarda más, con la salida del Cristo de la Sed el sábado y el Patrocinio el domingo. En definitiva, otro otoño de singularidades cofrades, a lo que ya nos estamos acostumbrando.