Jerez

Solbes dibuja un crudo 2009

  • El Gobierno actualiza por fin sus previsiones para este año y estima que la economía española caerá un 1,6%, la tasa de paro rozará el 16% y la inversión del sector privado se derrumbará un 9,3%

El Gobierno se aplicó ayer una necesaria cura de realismo con la presentación del nuevo cuadro macroeconómico para este año y los siguientes, que actualiza el vigente de julio pasado, totalmente desfasado por la virulencia de la crisis. De hecho, aún recogía que este ejercicio el PIB crecería un 1%, algo que a estas alturas provoca ya más que sonrojo tras las estimaciones del FMI, Funcas (cajas de ahorro) o la OCDE que apuntan a una caída de la economía nacional.

Lo peor de la crisis se vivirá en los próximos meses, se tocará fondo a mediados de año y a partir de ahí, y especialmente en 2010, la economía retomará la senda del crecimiento, según el esquema gubernamental.

Pedro Solbes, ministro de Economía, desgranó las cifras estimadas para un 2009 que calificó como "extremadamente difícil". La economía española caerá un 1,6% tras anotarse un ascenso del 1,2% en 2008, año en el que ha entrado en recesión en los dos últimos trimestres por primera vez desde 1993; la inversión de las empresas se derrumbará un 9,3%, que se sumará al retroceso del 1,8% del pasado año; y la tasa de paro rozará el 16% (15,9%), desde el 11,1% de final de 2008.

"El Gobierno ha pasado de una postura voluntarista y de no reconocimiento de la realidad a otra de reconocimiento de la recesión, en la que se sitúa incluso en la parte más pesimista de las previsiones ya expresadas por diversas instituciones", asegura Fernando Faces, profesor de la escuela de negocios andaluza Instituto Internacional San Telmo.

El vicepresidente económico negó tajantemente que el país vaya a alcanzar los cuatro millones de parados durante 2009. Los últimos datos del INEM sitúan esa cifra en 3,12 millones a diciembre, tras sumar un millón en los últimos doce meses. Solbes dijo que esa tasa del 15,9% será el "máximo" al que llegará este indicador y cifró en 600.000 los puestos de trabajo que podrán destruirse en el año actual.

"Se está destruyendo empleo a un ritmo muy elevado, por lo que creo que es demasiado optimista prever que la tendencia se pueda invertir en 2010, cuando la tasa se reduciría, aunque levemente, al 15,7%", señala Manuel Ángel Martín, presidente de la Comisión de Economía de la CEA.

Además, las cuentas públicas cierran 2008 con un déficit del 3,4% del PIB, desde el superávit del 2,2% de 2007. Este desfase entre ingresos y gastos del conjunto de las administraciones públicas alcanzará un máximo del 5,8% este año y se reducirá al 4,8% en el próximo. En cualquier caso, muy por encima del 3% fijado como criterio por la UE.

Las medidas de apoyo público a familias, sector financiero y empresas, junto al mayor gasto en prestaciones sociales por el aumento del paro, están detrás de estos números rojos públicos. Solbes sorprendió a este respecto al asegurar que no está satisfecho con los efectos que "hasta el momento" están teniendo las medidas de apoyo a la banca -avales a las operaciones en el mercado interbancario y un fondo de adquisición de activos sanos- en el ritmo de concesión de créditos.

Otro indicador que empeorará a enorme velocidad será la deuda pública, que pasará de un nivel inferior al 40% del PIB al 47% este año. Solbes pronosticó que podría alcanzar el 54% en 2011. Las medidas de impulso al gasto público para luchar contra la recesión están detrás de este aumento del endeudamiento estatal.

"Todas estas previsiones ya incluyen el efecto de las medidas del Gobierno, por lo que cabe preguntarse si el Ejecutivo puede hacer más", añade Martín. A este respecto, Faces añade que es posible plantearse también "por qué no se tomaron medidas antes".

Junto a todo ello, el experto de la CEA pone el énfasis sobre la estimación de descenso del consumo privado de las familias en un 1,5% este año, que apunta como la variable clave del cuadro. "El consumo representa aproximadamente el 70% del PIB español y si baja a esa tasa, creo que es optimista por parte del Gobierno cifrar la caída del PIB sólo en el 1,6%. Además, la propia previsión de caída del 1,5% del consumo ya me parece corta tras observar la negativa trayectoria de sectores como la construcción o la automoción". "Por otro lado, no aprecio en estas previsiones los efectos del plan del ejecutivo al observar cómo la inversión empresarial caerá el 9,3%".

En el lado positivo, el ministro de Economía colocó la bajada de los precios, que haría compatible cierta moderación salarial con el mantenimiento del poder adquisitivo de los trabajadores. Esta combinación, según su análisis, debería permitir mejorar la competitividad de las empresas en el futuro.

Más allá del maremágnum de cifras, Faces echa un falta un diagnóstico de la crisis por parte del Gobierno "para explicar por qué se destruye mucho más empleo en España que en otros países y para determinar si sufrimos una crisis propia". Ese diagnóstico permitiría, además, pasar de adoptar medidas preventivas a corto plazo, a otras proactivas "para que España sea más competitiva cuando termine la crisis". Entre ellas estarían las reformas estructurales en el mercado laboral o en el sector energético.

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