Jerez

Solidaridad perruna

Los jerezanos han respondido al reto adoptando todos los perros que la Sociedad Protectora de Animales llevó a la festividad de San Antón. Respondemos otra vez con solidaridad pero, para que ésta se produzca, es de perogrullo saber que antes ha ocurrido justo lo contrario: se regalan animales por los Reyes Magos o el simple aprobado de un hijo y a los dos meses, cuando se comprueba que son seres vivos que defecan y orinan  y no una Play Station, acaban en la calle. Un sociólogo norteamericano mantenía a finales del siglo XIX  que la posesión de un animal -se deduce que no para tareas agrícolas o ganaderas- era un símbolo más de estatus social entre las clases pudientes. En España ha ocurrido gran parte de lo mismo, a pesar de las buenas intenciones y mensajes que lanzan las sociedades protectoras. Ahora, ya que estamos tiesos, propongo reflexionar si muchas cosas (que no los animales y su cariño) nos han sobrado desde hace mucho tiempo.

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