'Sherry Cask'

Taiwán sorprende al mundo con sus whiskies de botas de Jerez

  • La destilería Kavalan, ganadora de algunos de los principales premios del whisky en los últimos años, utiliza 'Sherry Casks' de amontillado, manzanilla, moscatel, Pedro Ximénez y pronto también de Palo Cortado

Taiwán, una isla muy alejada en condiciones naturales de los productores tradicionales de whisky, ha roto los moldes en estos destilados y conseguido los más altos galardones mundiales gracias a las botas envinadas de Jerez (Sherry Cask’) y Oporto.

Nadie podía imaginarse en 2008 que Kavalan –que acababa de embotellar sus primeros whiskies– ganaría tan solo siete años más tarde y nada menos que en Escocia el premio al mejor whisky de una sola barrica del mundo en los World Whisky Awards (WWA), con su ‘Solist Vinho Barrique Single Cask Strength’.

El logro lo repitió en 2016, con el ‘Solist Amontillado Sherry Single Cask Strength’, y al año siguiente el ‘Solist ex-Bourbon Single Cask Strength’ logró el trofeo mundial en la International Wine and Spirit Competition (IWSC), en la que fue designada mejor destilería del mundo.

Con estas distinciones y su rápida expansión comercial, el whisky taiwanés rompió muchos estereotipos, entre ellos la necesidad de largos envejecimientos, el de replicar el clima escocés o el de seguir todas sus prácticas.

“Somos un buen ejemplo de whiskies madurados en ambiente subtropical. El clima nos hace diferentes y así hemos cambiado las reglas del juego”, explica la embajadora de Kavalan, Nico Liu.

Visitantes pasan junto a las botas de Jerez o 'Sherry Casks' en la zona de la destilería en la que se explica el proceso de elaboración de Kavalan. Visitantes pasan junto a las botas de Jerez o 'Sherry Casks' en la zona de la destilería en la que se explica el proceso de elaboración de Kavalan.

Visitantes pasan junto a las botas de Jerez o 'Sherry Casks' en la zona de la destilería en la que se explica el proceso de elaboración de Kavalan. / EFE/Ritchie B. Tongo

Con la maduración “a un ritmo más rápido” gracias al clima, la abundancia de lluvias y humedad, la pureza del agua y las botas de Jerez y Oporto, Kavalan se ha catapultado al estrellato mundial en muy pocos años.

La destilería isleña perfeccionó las técnicas de preparación de las botas usadas, iniciada en Escocia y desarrollada luego en Japón, con las fases de quemado, tostado y afeitado, para “extraerles todo el sabor”, indica Liu.

Además, para sus ‘estrellas’, Kavalan apostó por los whiskies “cask strength’ con la graduación alcohólica con la que salen de la barrica, que oscila entre los 50 y 70 grados, sin rebajarlos con agua hasta alcanzar los 40 a 45 grados como es habitual en los destilados comerciales.

“Ofrecemos la experiencia sin tapujos para los consumidores más exigentes”, apunta Liu, aunque también comercializan los rebajados a 40 grados, como el ‘Kavalan Classic’.

Un grupo de visitantes en el exterior de la destilería taiwanesa. Un grupo de visitantes en el exterior de la destilería taiwanesa.

Un grupo de visitantes en el exterior de la destilería taiwanesa. / EFE/Ritchie B. Tongo

El fundador de la empresa, Tien-Tsai Lee, fue quien tuvo la visión de producir en Taiwán el primer whisky de la isla, con equipos de alta calidad, en un ambiente subtropical y con botas de vinos fortificados como el amontillado de Jerez.

“Aunque el Jerez en sí mismo no es muy popular entre los consumidores taiwaneses, nuestro fundador vio que gustaban los whiskies de barrica de Jerez”, espeta la embajadora.

"Ahora Taiwán es la sede de los whiskies de botas de Jerez", asegura la embajadora de Kavalan, Nico Liu

Kavalan utiliza “botas de amontillado, manzanilla, moscatel o Pedro Ximénez” y pronto incorporará las de “Palo Cortado”, agrega Liu, que subraya la importancia de las botas en el éxito de la marca taiwanesa. “Ahora Taiwán es la sede de los whiskies de barrica de Jerez”, sentencia la representante de Kavalan.

Cuando Taiwán se impuso con un whisky sin añada en los galardones WWA, algunos pensaron que era fruto de la suerte y el azar, pero esta percepción se ha visto refutada por una retahíla de galardones conseguidos cada año en diversos escenarios internacionales, tanto en Europa como en Estados Unidos.

Los whiskies de esta empresa tienen al menos cuatro años de envejecimiento, pero no se comercializan con añada ni se busca envejecerlos durante décadas, como hacen otras marcas.

Los catadores siguen de modo personalizado cada una de las botas y deciden cuándo comercializarlas, algo que queda consignado en las etiquetas de cada botella de las series especiales su origen particular.

Y Kavalan ya no es el único whisky taiwanés que ha obtenido galardones internacionales, ya que las destilerías estatales TTLC se apuntaron al reto y producen, en la zona centro de la isla, otro whisky bautizado con el nombre de Omar.

Este whisky se ha posicionado como un destilado de calidad y alto precio, que se enorgullece de series especiales envejecidas en botas de Jerez y busca confirmar que la isla de Formosa no es sólo una de las mayores consumidoras de whiskies del mundo, sino también un centro de producción de alta calidad.

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