Jerez

Tertulias –pesimistas– de verano

LA otra noche, varios amigos y yo teníamos una tertulia de esas que denominamos “para intentar salvar el mundo”. También hablábamos de Jerez y de sus problemas y, al final, llegábamos a la conclusión que el mayor de ellos es el preocupante nivel cultural que presentan muchos de nuestros jóvenes, esos que en el futuro, se supone, tienen que levantar la ciudad. Comentábamos que estamos hartos de ver y padecer a los canis –lo que aquí de siempre hemos denominado tártaros–, de ver cómo en zonas de San Juan de Dios, Las Torres o el Polígono, zonas donde hay mucha gente de bien, hay también bolizas con cara de ni saber leer pero que calzan cochazos pagados gracias al trapicheo y no con el sudor de su frente; chavales con 15 o 16 años borrachos perdidos vomitando en las esquinas los fines de semana... Quizás el otro día lo viéramos todo negro, pero, ¿qué se puede esperar de una ciudad cuyo mayor atractivo para muchísimos adolescentes es un botellódromo?

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios