Jerez

La Universidad de Cádiz pone en valor la trayectoria de Ximénez Spínola

  • Un convenio de colaboración bilateral ha permitido investigar la bodega del Pedro Ximénez desde sus orígenes

El catedrático Gonzalez Beltrán, revisando los primitivos contratos de exportación de Ximénez-Spínola.

El catedrático Gonzalez Beltrán, revisando los primitivos contratos de exportación de Ximénez-Spínola. / MANUEL ARANDA

Jerez y sus vinos están llenos de un pasado que nada tiene que envidiar al de las mejores zonas vitícolas del Mundo, puesto que además el Marco de Jerez está entre ellas. Pero a veces, la intrahistoria de cada compañía, tiene un valor intangible y significativo que termina siendo parte de los activos de la misma, hasta el punto de marcar su rumbo y encauzar su actividad. Así lo entendieron los responsables del Departamento de Historia Moderna de la Universidad de Cádiz y los actuales propietarios de Bodegas Ximénez-Spínola S.A., firmando un convenio de colaboración hace más de dos años, con el fin de “desempolvar” una historia que siempre estuvo diluida entre el archivo de la familia Zarzana y el histórico de protocolos de la ciudad, de tal manera que parte de la trayectoria de la bodega estaba aún sin documentar, al tiempo que mucho de lo que se tenía documentado, no estaba interpretado académicamente, ni puesto en valor.

Un catedrático especialista al frente del estudio

Al timón de esta investigación ha estado el Catedrático de Historia Moderna de la UCA Jesús Manuel González Beltrán, profesor y responsable del Grupo de Investigación HUM614 (Grupos de Poder en la Edad Moderna) de la Junta de Andalucía. González Beltrán tiene en su haber más de 60 publicaciones científicas centradas principalmente en la estructura social y económica de la Baja Andalucía, durante el periodo histórico en que se fundó Ximénez-Spínola, por lo que su aportación al estudio ha sido esencial, no solamente para ubicar cada legajo histórico, sino también para interpretar y comprender las contingencias y desarrollo del negocio, como actividad económica a lo largo de la historia.

Original de la primera etiqueta de Ximénez-Spínola. Original de la primera etiqueta de Ximénez-Spínola.

Original de la primera etiqueta de Ximénez-Spínola. / MANUEL ARANDA

Modestos orígenes para unos vinos muy valorados

Cuando la compañía fue creada en 1729, Phelipe Antonio Zarzana Spínola, contaba solamente con “28 aranzadas de viña”. Su primera exportación fue una partida de 135 arrobas de vino y 45 arrobas de aguardiente destilado con destino a Nueva España. Lo que ha llamado la atención al catedrático González Beltrán es la evolución positiva y reconocimiento que rápidamente se observa en las transacciones comerciales por parte de los compradores, ya que en 1748, con solo 19 años de andadura ya cerraba operaciones recurrentes de hasta 150 botas de vino añejado en un solo envío, con un precio por bota de 600 reales, cantidad considerablemente alta para la época y en el mismo segmento de valor en el que la compañía continúa actualmente.

Acta de redacción de las Ordenanzas del Gremio de la Vinatería. Acta de redacción de las Ordenanzas del Gremio de la Vinatería.

Acta de redacción de las Ordenanzas del Gremio de la Vinatería. / MANUEL ARANDA

Fundada simultáneamente con el Gremio de la Vinatería

En solo cuatro años, el fundador y otros cinco jerezanos, deseosos de proteger al sector, redactaron las Ordenanzas del Gremio de la Vinatería de Jerez. Aquellos redactores fueron: Don Juan García del Olmo, Don Cristóbal Román Pacheco, Don Juan Antonio Herrera Dávila, Don Pedro Pacheco de Medina, Don Diego de Perea y Vargas y Don Phelipe Antonio Zarzana Spínola, dándose la circunstancia de que éste último, además de estar al frente de su propio negocio de vinos, fue expresamente “nombrado por la ciudad para la defensa del Gremio de Vinateros”. La reunión donde aquellos viticultores redactaron las “Ordenanzas del Gremio”, fue el 26 de octubre de 1733, siendo Ximénez-Spínola la única “casa” que de aquellas, pervive en nuestros días. El gremio pretendía obstaculizar la entrada de vinos foráneos, evitar mezclas no autorizadas, regular la competencia y por supuesto poner en valor la zona. Cuestiones que, en el caso de Jerez donde la uva Pedro Ximénez, solo ocupa el 1,3 % del total de superficie plantada, siguen siendo necesarias. Este compromiso con el viñedo local de la variedad Pedro Ximénez, es una causa que abandera Ximénez-Spínola y que nunca ha dejado de defender.

Firma de Phelipe Antonio Zarzana Spínola, fundador de la bodega. Firma de Phelipe Antonio Zarzana Spínola, fundador de la bodega.

Firma de Phelipe Antonio Zarzana Spínola, fundador de la bodega. / MANUEL ARANDA

Un nombre con dificultades fonéticas

Si bien es cierto que durante el Siglo XVIII no se comercializaba vino de Jerez embotellado, ya a finales del Siglo XIX los importadores demandaban botellas en origen de ciertas referencias de calidad. Así fue como Phelipe Zarzana y Cía. asumió etiquetar sus vinos con la marca Ximénez Spínola, ya que los importadores británicos entendían que la “Z” del primer apellido del fundador no sería fácil de pronunciar por los clientes. Un hecho que la familia Zarzana Murphy, actual propietaria de la compañía interpreta como “optimización del naming en los albores del marketing de vinos” y una consecuencia de lo que en sus propias palabras son “los renglones torcidos de Dios”.

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