Jerez

Vacaciones en Jerez... ¡please!

  • El Ayuntamiento apuesta fuerte por potenciar el turismo, una tabla de salvación en estos tiempos de crisis. Pese a ello, no se entiende que no dote de sede a la delegación del concejal Bermúdez.Cartel de la película 'Vacaciones en Roma' de William Wyler.

LEAN la siguiente frase: "El turismo es tan importante que hay multitud de personas que viven de él y ni siquiera se han percatado de ello". Con esta sentencia, tan concluyente como real, resume el profesor universitario jerezano Antonio Arcas ante sus alumnos la importancia del sector turístico en la realidad social de Jerez, de la provincia y de Andalucía.

Pocos sectores productivos son tan esenciales para la ciudad y la provincia como el turístico. Todos los esfuerzos que se hagan para atraer visitantes serán siempre pocos. El hecho de que la canalla etarra siembre de bombas el levante español verano tras verano responde a la más macabra de las lógicas terroristas: "Golpea donde hagas más daño". Saben que golpeando al sector turístico, metiendo el miedo en los bañadores, hacen más daño que mandando a la tumba a un inocente más.

Todo dinero que inviertan el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta y el Ministerio en atraer turistas se me antoja poco. Los atractivos de Jerez son suficientes como para embrujar al visitante. ¿Cuál es el problema? Que el turista que llega a Jerez con la firme intención de dejarse subyugar por el hechizo del barrio de Santiago acaba sorteando baches por las calles Nueva y Cantarería. Si lo hace por San Miguel tendrá más suerte, eso sí, siempre y cuando no se líe la manta a la cabeza y decida adentrarse más allá del monumento a Lola Flores. 'El desconchón es bello' parece ser el lema turístico en algunas zonas de la ciudad con potencial 'visitabilidad'. Lo que pasa es que tras la frase habría que escribir, entre guiones -'hasta cierto punto'-.

Al igual que sucede durante el Festival de Jerez, la ciudad debería tener además de farmacias una serie de buenas peñas de guardia para atender a un personal ansioso de flamenco que, en ocasiones, debe conformarse con el refrito de volantes y taconeos que se le ofrece en la siempre ágil y más que despabilada Sevilla.

Todo dinero que se destine a atraer visitantes, ya lo he dicho, es poco, pero eso no me hace entender que en los 5 millones de euros con los que se ha dotado al Plan Turístico de Jerez para los ejercicios 2010 y 2011 no haya una simple partida para dotar de sede a la Delegación Municipal de Turismo. Eso ayudaría a convencer al sector de que la apuesta municipal por el turismo es firme y no la flor de un día. Eso de tener a todo un delegado municipal atendiendo en la primera mesa que encuentra libre a su paso no está bonito. No queda bien. Ni es lógico cuando, acto seguido, se intenta convencer a los empresarios que esta vez sí se va en serio desde la calle Consistorio. Es como si usted, amigo lector, presumiera ante sus amigos de una buena bodega, la cual -además de estar conformada por conocidos caldos envasados en tetra brik- está guardada debajo de la mesa de la cocina, muy cerca del radiador y al lado de la comida del gato.

Comparto el hecho de que Jerez aspire a un turismo de calidad. Lo comparto porque entiendo que puede. Si no fuera así no lo haría. Los visitantes que aspiran a empalmar una borrachera tras otra, sean de la nacionalidad que sean, no interesan a nadie. A otros con ese bollo. De otro lado, el hecho de que la ciudad se ubique en segunda línea de costa es un valor añadido que, aunque no se entienda con la veintena, cobra inusitado valor con la cuarentena. Días de sol y playa y noches de relax con todos los servicios de una gran ciudad al alcance de la mano. Ya se sabe que hay a quienes no le importa pegar la oreja en la almohada con los sones del chiringuito a todo tronar un par de metros más abajo. Pese a todo, la mayoría prefiere dormir en condiciones.

¿Por qué he elegido el cartel de vacaciones en Roma para ilustrar este artículo? Pues básicamente por la importancia capital que dicha cinta ha tenido en el futuro turístico de la capital italiana. Vayamos por partes. Quien haya estado en Roma en alguna ocasión se habrá percatado de que hay lugares de este mundo que no tienen ningún atractivo (el cual no es el caso de Jerez) y otros que se los llevaron todos (que sí es el caso de Roma). Pasear en 'vespa' por Roma ha supuesto un negocio desde que la película se estrenara en 1953. Y bailar en la Fontana como Anita Ekberg más aún si estuviera permitido.

No corramos tanto como la Hepburn (Audrey) y empecemos intentado lo siguiente: ¿De qué forma podríamos quedarnos con el 20% de los turistas que visitan la Real Escuela los días que hay espectáculo? Por supuesto que se admiten todo tipo de sugerencias al respecto.

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