Jerez

"Vamos a salir de esto"

Olena Bulychova, con su familia, en su casa en la zona Sur.

Olena Bulychova, con su familia, en su casa en la zona Sur.

Olena Bulychova nació en Odesa y llegó a España hace 23 años buscando una vida mejor. Vive en Jerez con su madre, su marido y sus dos hijas. Trabaja con personas mayores y ayuda a la gente en lo que puede. Como está haciendo ahora, con la recogida en su propia casa de alimentos, medicamentos y ropa para enviar a Polonia. "La gente lo está pasando muy mal en las fronteras. Tengo que agradecer a muchísimas personas su apoyo, su bondad, su corazón. Tengo mi puerta abierta 24 horas para recoger cualquier aportación y llevarla después a Polonia. Colaboro con 'Infancia de Nad', colegios y otras asociaciones".

Olena mantiene contacto con su familia repartida en diversos puntos de Ucrania. "La situación está muy mal. Están en garajes, subterráneos... salen sólo por la mañana y tiene toque de queda, suenan las sirenas. Pero gracias a Dios, todos están vivos. Es difícil que vengan, imposible". 

Nataliya Sobipan Sobipan, con su familia. Nataliya Sobipan Sobipan, con su familia.

Nataliya Sobipan Sobipan, con su familia.

Nataliya Sobipan Sobipan apenas puede aguantar las lágrimas cuando habla de lo que está ocurriendo en su país. Suspira. "Estamos viviendo una época muy mala. El país está muy mal", dice. Da las gracias por la ayuda española. Nataliya lleva 20 años en España. "Gracias a Dios ya tengo 45. Los doctores aquí me han salvado la vida. Yo también quiero ayudar en todo lo que pueda. Tengo tantas fuerzas ahora que parece que es la vida que llevaba antes. Sé que no debo por la operación que me han realizado, pero tengo que ayudar a mi país, la tierra donde nacimos, a los niños, familiares, amigos... Estamos recogiendo también material para enviar junto a amigos como Olena. Estamos muy fuertes y la gente dice que quiere colaborar con lo que pueda. Todo el mundo quiere ayudar a Ucrania. Podemos, con lo poco que tenemos". 

Sobrina de Nataliya Sobipan Sobipan, militar en Jarcov. Sobrina de Nataliya Sobipan Sobipan, militar en Jarcov.

Sobrina de Nataliya Sobipan Sobipan, militar en Jarcov.

Nataliya vivió primero en El Puerto, donde trabajaba  en una casa. Luego, en un restaurante de Vistahermosa, durante diez años, hasta que enfermó y lo tuvo que dejar, "pero me encantaba. Ahora vivo en La Granja, en Jerez, con mi marido, mis hijos. Cada día hablamos con nuestros familiares allí, por la mañana y por la tarde, pero ya por la noche llega el miedo. Tememos que fallen las comunicaciones. Tenemos una sobrina, Olena, que es militar, en Jarcov, y ya está con el arma protegiendo nuestro país. Mi sobrino con 19 también es militar. Estamos muy preocupados. Esta gente nos está arruinando todo. Nuestra vida está patas arriba ahora". Nataliya pensaba que tras su operación y la pandemia, "podríamos respirar, pero no. Otro golpe, ahora la guerra. Pero no pasa nada, nosotros vamos a aguantar todo, con la ayuda del mundo y de los españoles. Vamos a salir de esto. Lo que quiero es seguir viviendo y ayudar a la gente. La vida es muy cortita, no sabes lo que te va a pasar mañana. Hay que aprovechar cada momento".

Oksana Yangulova y Glib Petrenko, con sus hijas y la abuela. Oksana Yangulova y Glib Petrenko, con sus hijas y la abuela.

Oksana Yangulova y Glib Petrenko, con sus hijas y la abuela.

Oksana Yangulova y Glib Petrenko viven en Chiclana desde hace ocho años. Son voluntarios que están coordinando varios puntos de recogida de ayuda humanitaria en la provincia con destino a Ucrania. Sus familias y amigos están en Ucrania, como sus tres hijos, de 28, 24 y 23 años. "En Ucrania hay un amigo que organiza la recepción y reparto de la ayuda desde diferentes países". Glib es militar y ella es profesora de yoga. Sus hijos también están colaborando desde allí en una ONG para ayudar a los ucranianos. "Hay muchos pueblos que no tienen ni comida, ni nada, con carreteras cortadas a las que no llega nada. Pero sí se puede pasar andando". Hablan con ellos muchas veces al día. "Están en Ucrania en diferentes puntos, trabajando todo el día. Dicen que se han acostumbrado a la situación, a tener que bajar al sótano... Son demasiado jóvenes para vivir este tiempo de guerra". 

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios