Los vecinos de la plaza Bornos, de la barriada de La Granja, intentan recuperarse del susto que supuso el incendio intencionado que calcinó cinco vehículos la madrugada del pasado domingo y que ha causado daños en pisos y en la fachada del bloque -todavía tiznada hasta una considerable altura- donde estaban aparcados. Los chasis de los cinco vehículos, encadenados todavía ayer con pitones y cadenas, permanecían en el lugar de los hechos. La vecina Manoli Ruiz, que vive en uno de los primeros del bloque dañado, fue una de las personas más afectadas: "No sé qué hora era. Más o menos debían ser las cinco de la mañana. Escuché muchos gritos: ¡Fuego! ¡Fuego! Comenzaron a aporrearme la puerta para que saliéramos. Abrí la ventana y vi todo el fuego. Había mucho ruido, mucho susto, porque no sabíamos lo que era. Al salir vimos que el fuego era de las motos. Las explosiones continuaban. Todos los vecinos corríamos, porque no sabíamos lo que era". Todos los vecinos fueron desalojados.

Manoli agrega que "cogí a mi hijo y con el miedo no me di cuenta que no le había puesto los zapatos. El pobre me decía que tenía frío". El marido de Manoli destaca el estupor que ha provocado el incendio entre los vecinos de La Granja: "La mayoría pensamos que han sido unos gamberros y que no iban contras las motos, sino por el placer de hacer daño por hacer daño. Incluso, al parecer, hubo una persona que intentó pillarlos, porque los había visto antes merodeando. Pero..."

Manoli agrega a este medio que su hijo se despertó sobresaltado, "con pesadillas" (dijo) la noche después de producirse el incendio. "La casa huele todavía a humo. He dejado la habitación cerrada porque no se aguanta. Hoy esperamos que venga el perito de la aseguradora". Los vecinos temen ahora las largas gestiones con las aseguradoras para arreglar el bloque.