Vivir con las lentes puestas
Contenido ofrecido por Miranza
La implantación de lentes intraoculares es un procedimiento que está creciendo en los últimos años para la corrección quirúrgica de defectos refractivos. No dejan de aparecer nuevos modelos que los centros de Miranza, grupo líder en oftalmología en España, ofrecen de forma pionera y con todas las garantías, una vez demostrados sus buenos resultados en estudios clínicos en los que han participado varios especialistas de las clínicas del Grupo.
El avance tecnológico no solo ha permitido la introducción de nuevos diseños de lentes, sino también de equipos más precisos para calcular su potencia en cada caso y plataformas inteligentes en quirófano que facilitan su posicionamiento perfecto en el ojo.
El Dr. Juan Pedro Torralba, especialista en córnea y cirugía refractiva y director médico de Miranza Oculsur (Cádiz y Jerez), es uno de los oftalmólogos de Miranza que constata la enorme progresión en el desarrollo y diseño de nuevas lentes intraoculares. Según explica, “cada vez contamos con más opciones en lentes que corrigen los defectos astigmáticos, hipermetrópicos o miópicos, y, además, los defectos relacionados con la presbicia, a partir de los 50-55 años”.
En ese sentido, desde hace más de diez años, los cirujanos cuentan con la opción de las lentes multifocales, que permiten ver a todas las distancias: cercana, intermedia y de lejos, que han mejorado también su diseño y que ofrecen una independencia importante de gafas. Además, se han desarrollado las lentes "de foco extendido" (EDOF), que hacen posible alargar la visión lejana, intermedia e, incluso, a veces, la cercana, con buena calidad de visión.
“Hoy en día, no indicamos la misma lente para todos los pacientes, sino que cada paciente tiene una lente muy determinada y se elige y se personaliza en función de las características de su ojo y su estilo de vida”, precisa el especialista.
Lentes ICL para alta miopía
La cirugía de la alta miopía viene determinada por el uso de unas lentes intraoculares especiales (epicristalinianas), que se introducen en el ojo sin tocar la córnea, ni el cristalino y ofrecen muy buena calidad de visión. El modelo más conocido es la ICL, una lente que está hecha de colámero, un material con muy buena biocompatibilidad, por lo que no hay riesgo de rechazo y ofrece muy buena calidad de visión, puesto que no se ha tocado la córnea, ni el cristalino, que sigue manteniendo intactas sus características.
Dada su reversibilidad, a partir de unas determinadas dioptrías, o incluso en el caso de una miopía baja, si la córnea no tiene las características apropiadas, “ya optamos por este tipo de lentes que son muy seguras y que dan una calidad de visión excepcional”, añade el Dr. Torralba.
Según el oftalmólogo, “los pacientes que por edad o características del ojo deben optar por lentes, se benefician de una importante ventaja: la reversibilidad, es decir, que en cualquier momento podemos volver al punto de partida de antes de la cirugía, sin alterar el ojo, más allá de la mínima incisión por la que se introduce y extrae, en caso de ser necesario, la lente”.
Todas estas ventajas hacen que “a partir de unas determinadas dioptrías, o incluso en el caso de una miopía baja, si la córnea no tiene las características apropiadas, cada vez más optemos por este tipo de lentes que son muy seguras y que dan una calidad de visión excepcional”, asegura el director médico de Miranza Oculsur.
Catarata refractiva y presbicia
Otro grupo de pacientes en el que cada vez se implantan más y mejores lentes intraoculares es el afectado por la llamada “disfunción del cristalino”, lente natural del ojo que se deteriora a medida que cumplimos años. En este caso, los especialistas implantan lentes conocidas como pseudofáquicas, que sustituyen al cristalino.
“Este tipo de lentes son las que utilizamos en las operaciones de cataratas y, cada vez más, para corregir la presbicia o vista cansada”, explica el oftalmólogo.
Dada la sofisticación de las nuevas lentes, cada vez se desdibujan más las diferencias entre la cirugía refractiva y la de catarata, y aumenta la indicación para hacer frete a la presbicia o vista cansada. Actualmente, ya se habla de “catarata refractiva” porque el procedimiento de sustitución del cristalino no solo logra solucionar la opacidad del cristalino envejecido, sino que, además, soluciona defectos refractivos previos a este problema.
Por este mismo motivo, esta es una opción también cada vez más indicada en casos de vista cansada, en la que el cristalino aun no está opaco, pero no enfoca como antes. “En muchos casos, ya no es necesario esperar a la aparición de la catarata para implantar una lente que sustituya a ese cristalino que ha perdido la capacidad de acomodación y ha iniciado el proceso de opacidad que va avanzando con los años”, concluye el Dr. Juan Pedro Torralba.
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