La alcaldesa María José García-Pelayo pidió ayer a los representantes de los trabajadores de los autobuses urbanos que mantengan el diálogo con el fin de evitar una huelga "que no beneficia a nadie", al mismo tiempo que les trasladó durante un encuentro el compromiso de pago del Ayuntamiento entre los meses de octubre y noviembre de las nóminas que se les adeuda, un anuncio ya realizado por el concejal responsable de Movilidad, Agustín Muñoz. Estos empleados no han cobrado las cinco últimas nóminas ni la extra lo que provocó la semana pasada la convocatoria de una huelga que se iniciaría el 1 de octubre durante cinco semanas alternas para continuar el 10 de diciembre con cuatro semanas consecutivas de paros.

En el primer encuentro tras la convocatoria de huelga, Pelayo comunicó a los miembros del comité el deseo del Ayuntamiento de seguir trabajando de la mano con los trabajadores para dar una solución definitiva a la situación de los autobuses y evitar la huelga, que supondría un nuevo jarro de agua fría no sólo para el comercio del centro, uno de los grandes perjudicados, sino también para los usuarios del transporte público. La alcaldesa transmitió al comité que la experiencia de los trabajadores "es fundamental" para mejorar el servicio y les agradeció que hayan realizado aportaciones al diseño de la nueva red de autobuses, cuyo borrador está previsto que se presenta en la mesa de movilidad, que se celebrará el jueves de esta semana. Dicho documento, según explicó la alcaldesa, está abierto también a las sugerencias de otros colectivos.

Desde el Ayuntamiento admitieron que el hecho de tener que hacer frente a las indemnizaciones por los despidos del ERE municipal ha trastocado todos los plazos de pago que había no sólo en lo que respecta a las nóminas de los trabajadores municipales sino también a la plantilla de los autobuses. Recordó, no obstante, que hasta ahora se había ido cumpliendo el calendario de pago que existía con estos trabajadores.

El encuentro, aunque no sirvió para desconvocar las movilizaciones, algo que en principio tampoco se esperaba desde el gobierno local dado que aún quedan varias semanas para el inicio de la huelga, se desarrolló, según el Ayuntamiento, en un tono cordial y en el mismo se puso de manifiesto la preocupación y la difícil situación por la que atraviesan los trabajadores tras tantos meses sin ingresos. Pelayo a su vez les transmitió que desde el gobierno se entiende la reclamación de la plantilla.

Además, la alcaldesa les informó de las gestiones que se están realizando para adquirir los autobuses del Ayuntamiento de Madrid con el objetivo de mejora, tanto la calidad en el servicio al ciudadano como las condiciones de trabajo de la plantilla. También les recordó el trabajo que se ha hecho hasta ahora para pagar las cantidades acordadas con la plantilla y las gestiones realizadas para poder levantar el embargo que pesaba por la deuda con la Seguridad Social y Hacienda.

Con el precedente de la larga huelga de autobuses que ha sufrido la ciudad hace apenas unos meses, esta nueva movilización ha vuelto a alertar a los comerciantes del centro y especialmente a los de la plaza, que entienden no obstante que aún hay tiempo para llegar a un acuerdo.