Los vecinos del casco histórico saldrán esta noche a patrullar para denunciar los puntos conflictivos del botellón en el centro. Tras el aviso y denuncia de las familias afectadas por este 'ocio' juvenil, la alcaldesa, María José García-Pelayo, declaró ayer que "estamos trabajando para atender a los vecinos y darles respuestas con los medios que contamos".

El aumento de botellones durante la semana, sobre todo los jueves por las noches, ha provocado que familias que viven en el entorno de San Mateo y San Lucas tengan que irse hasta de sus domicilios porque no pueden dormir. "Les pido disculpas a los vecinos por los problemas que puede estar causando el botellón y les digo que vamos a trabajar intensamente con la Policía Local para intentar solucionarlo lo mejor posible", avanzó la regidora popular, quien añadió que "no pretendemos ir contra los jóvenes, pero hay que cumplir la ley, y la ley dice que no se puede beber en la calle".

A pesar de que los vecinos afectados han pedido que la Policía Local multe a los jóvenes que incumplen la ley y deje de "sólo avisarlos", la alcaldesa reconoció que "antes de multar hay que ir al diálogo, pero si es reiterado y no hay otra alternativa, habrá que tomar otras decisiones. Creo que primero hay que utilizar el diálogo, la palabra, el convencimiento e intentar ofertar otras alternativas".