Jerez

Dos alcaldesas, dos llaves de gobierno y una sorpresa final

  • Sánchez y Pelayo rivalizarán por la Alcaldía por tercera vez · IU aspira a tener peso en el futuro gobierno · PSA+PA depende de que Pacheco siga 'fuera de juego' para poder ser llave o naufragar

Como decíamos ayer, todos son incógnitas en las próximas elecciones municipales de mayo de 2011. Aunque también hay algunas certezas ya confirmadas, especialmente en el terreno de los contendientes en esta nueva reválida con las urnas. Superado el cruento y cainita capítulo de la designación de Pilar Sánchez como cabeza de cartel socialista en la jornada del 22-M, su candidatura a la reelección supone que haya en juego un bastón de Alcaldía para dos posibles alcaldesas. Son ellas, a priori, las llamadas a gestionar, en teoría sin mayoría absoluta, los designios de la ciudad durante los próximos cuatro años. Dos rivales más que conocidas, pues Sánchez y María José García-Pelayo, candidata del PP de Jerez, volverán a verse las caras por terceros comicios locales consecutivos. En IU también repite por tercera ocasión Joaquín del Valle, que aspira a que la coalición tenga peso y capacidad de decisión en el futuro gobierno local. La única cara nueva, a nivel político, entre los cuatro partidos que actualmente cuentan con representación en el 'arco' municipal será Santiago Casal, antiguo líder del movimiento vecinal en tiempos de Pacheco y candidato por la alianza PSA+PA. Puede enfrentarse a serias tribulaciones si se confirma la sorpresa final de estos comicios: la reentré de Pedro Pacheco. Su retorno, supuestamente abrigado por la iniciativa Foro Ciudadanos de Jerez, está por concretar aunque, obviamente, a quien puede afectar de lleno es precisamente a la opción andalucista. Pero también al PP, en forma de arrastre de parte de esa bolsa de votos descontentos con la gestión mantenida por el gobierno socialista en los últimos cuatro años. El ex alcalde quiere encargar en breve una encuesta de intención de voto para asegurarse de la idoneidad de un regreso que, de no estar bien medido, podría representar un ridículo histórico para alguien que llegó a serlo todo en la ciudad. En todo caso, sabe que podría llegar a jugar un papel decisivo y su gran obsesión es volver a ser alcalde.

Por esta vez, a tenor del contexto socioeconómico, partir desde posiciones de gobierno no significa tener más posibilidades de mantenerse en el poder municipal. No se trata ya de cortar cintas inaugurales sino de hacer que cosas esenciales, como los autobuses o la limpieza, funcionen y que el ciudadano recupere la confianza y la esperanza en un futuro menos negro. Ya se sabe que las elecciones locales se pierden, raras veces se ganan, por lo que el PSOE trabaja ahora para invertir o al menos frenar la tendencia negativa que le asignan la calle y las encuestas electorales. El partido puede llegar a mayo desfondado y con una imagen totalmente erosionada, aunque la fortaleza psicológica de Sánchez, que acaba de salir de otra de esas situaciones límites dentro de su propia formación que tan bien maneja, jugará lógicamente a su favor para tratar de conservar, cuanto menos, una mayoría simple que permita continuar el proyecto emprendido en 2007.

Más difícil lo tendrá a la hora de, primero, confeccionar una lista de garantías; y, segundo, de entrar en el juego de los pactos de gobierno, pues tanto el candidato de IU como el de la opción andalucista ya han dejado claro que no pactarán con ella de alcaldesa. Por no hablar de Pacheco, que precisamente ha encontrado en Sánchez una de las grandes bazas para, de confirmarse, volver a pelear por la Alcaldía de Jerez. En cuanto a la lista electoral, la alcaldesa tiene claro que, a diferencia de 2007, la diseñará a su medida, por lo que lejos de ir a la integración, se rodeará de quienes han sido fieles a su estilo de gobernar, claramente personalista. Parece del todo improbable que continúen la mayor parte de los concejales críticos -Benavent, Canca, Barroso, Ledo, Bermúdez, Fernández Ortega, Becerra...- e incluso la renovación de la secretaria local puede dejar fuera a Casto Sánchez, que llegó en 2007 como segundo espada y vicealcalde en la práctica. Frente a los anteriores, emergen los Crisol, Jiménez, Alconchel, Charo Cano, Cristina Díaz-Pinés, Javier Moreno, entre otros, que podrían componer en los puestos de salida la futura candidatura socialista en mayo de 2011. El triunfo o fracaso de Pilar Sánchez tendrá, por si fuera poco, importantes lecturas en lo orgánico, pues dará o quitará razones a escala federal, regional, provincial y local, entre quienes aplaudían su continuidad con la coletilla de "que la quite el pueblo" o quienes abogaban por cambiar el cartel para sobrevivir.

El PP se debate actualmente entre dos pautas de comportamiento. Con la fe ciega en la mayoría absoluta, Pelayo parece haber decidido ignorar el cuerpo a cuerpo, el barro, la agria confrontación con el PSOE -pese a lo movedizo de contar con una alcaldesa socialista presente en dos causas judiciales y salpicada esta misma semana por el principal acusado del 'caso Jerecom'-, por una oposición en clave de gobierno "en la sombra", como ella lo llama. Sin demasiado foco ni ruido mediático, la 'alcaldable' popular mantiene un ritmo frenético en su agenda de visitas y actos vecinales para seguir calando entre la ciudadanía, y a esto ha unido una mayor presencia en las citas institucionales y de ciudad. En principio, parece que al PSOE le espera por parte del PP una campaña limpia, sin demasiada sangre, aunque hay muchos que siguen sospechando que en breve comenzarán a desenredar un jugoso y comprometido material que los populares atesoran y que podría dar el golpe de gracia a la opción socialista. En cualquier caso, son las encuestas encargadas desde dentro del propio PSOE las que más animan a Pelayo. El 52% de los votantes socialistas cree que la situación ha empeorado desde que Pilar Sánchez es alcaldesa y, a nivel general, al 73% no le inspira confianza, al 54% no le parece honrada, y al 67% no le parece que esté capacitada para gobernar. De los líderes políticos ya confimados, expone el sondeo socialista de hace cuatro meses, es justamente García-Pelayo la líder política jerezana más valorada, pese a que suspende con una nota de un 3,92 sobre 10. Curiosamente, Pacheco, actualmente fuera de juego, es el político más apreciado con un 4,17 de nota media y es la única figura que consigue recuperar crédito tras la hecatombe sufrida en 2007.

Como fuerza ascendente para las próximas municipales aparece IU, no sólo porque puede atraer a todo el electorado de izquierdas descontento o que utilizó el fluctuante voto útil en 2007, sino por que el trabajo de Joaquín del Valle en los últimos años se ha transformado en confianza, al menos verbal, de diferentes sectores a los que ha estado dando apoyo y cobertura política, como los ex trabajadores de la antigua fábrica de botellas, las empleadas del servicio de ayuda domiciliaria o una parte importante de los trabajadores del Consistorio -justamente, uno de los bloques más influyentes y más enfrentados al gobierno local que lidera Sánchez-. Su campaña electoral, como la de los andalucistas y otros partidos que concurran en 2011, será modesta, con pocos medios y recursos para que su mensaje llegue nítido a todos los rincones. Pero la realidad es que hasta los grandes partidos tendrán problemas para financiar sus campañas, pues la recesión económica afecta a todo y a todos. El PP, en cualquier caso, espera contar con más medios que en 2007 y lo cierto es que el partido ha venido volcándose con Pelayo en los últimos tiempos, sabedor de la oportunidad histórica de dejar su marca electoral en una ciudad de gran peso en la región como es Jerez. Por no hablar de la incidencia de unos buenos resultados en la ciudad a la hora de hacerse con el poder en Diputación, otro de esos grandes objetos de deseo en mayo del año que viene.

Mención aparte merecen todas esas fuerzas más o menos minoritarias y de nuevo cuño que aspiran en 2011 a no ser partidos residuales. Habrá que ver si toda esa atomización y dispersión de opciones no favorece, una vez más, al bipartidismo. Es obvio y evidente, en cualquier caso, que UPyD -aún con su candidato por definir tras la salida precipitada de Rocío Monedero-; Unión Rural Jerezana (URJ), con sus dos líderes ex PSOE como Roque Valenzuela y Manuel Becerra; e IPJ, desligada del PSA y con Antonio Conde a la cabeza, no querrán ser meras comparsas. El objetivo, como mínimo, pasará por aglutinar el 5% de votos, el umbral mínimo de representación que les permitiría tener acceso a un lugar en la Corporación municipal.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios