Jerez

Un año después, sin noticias del bar-restaurante de La Rosaleda

  • El modelo 'Parque de El Retiro' es uno de los más exitosos de la ciudad en cuanto a público

 Casi un año después de que la licitación pública para adjudicar, en régimen de concesión administrativa, la construcción y explotación de un bar-restaurante en el parque González Hontoria quedase desierta, el futuro de esta iniciativa sigue en el aire. 

La intención del actual gobierno municipal de instalar un kiosko-bar-restaurante que devuelva la actividad y la vida a la zona ha quedado sin culminar pese a ser una de las propuestas que a priori ha contado con mayor respaldo ciudadano.  

La idea pasaba por la concesión a 30 años de una superficie total de 1.063 metros cuadrados, que incluso había sido diseñada por el estudio de arquitectos Bia como un espacio destinado al ocio y a la restauración. El objetivo no era otro que recuperar el esplendor de un parque, quizás el parque más emblemático de la ciudad, y que hace unas décadas era uno de los puntos de encuentros de muchos jerezanos. Como el Parque de María Luisa en Sevilla, el Parque Genovés en Cádiz, el Parque de los patos en Bilbao o El Retiro en Madrid. 

La propuesta hostelera sí que funciona desde hace quince años en el Parque de El Retiro, donde el pequeño kiosko-bar funciona a las mil maravillas y es, sin lugar a dudas, un modelo perfectamente exportable a otros terrenos de la ciudad. “Aquí viene todo tipo de gente, con los niños e incluso con sus mascotas y pasan una tarde noche genial porque además tenemos precios muy asequibles”, comenta Salvador, uno de sus regentes. 

De hecho, el Ayuntamiento ha reforzado en esta zona las actividades de ocio, ya que aparte de la exposición sobre los faraones de Egipto, instalada allí desde hace varios meses, los viernes ha colocado un mercadillo “que nos está dando mucha vida y ambiente”, explica el mismo protagonista.

Todo lo contrario ocurre en el Parque de Vallesequillo, donde justo en medio de la instalación encontramos una estructura de madera destinada a acoger un pequeño bar con sus respectivos aseos. Sin embargo, “nunca ha funcionado”, señala María, una de las vecinas de la zona habituales en el parque. “Dejaron eso ahí, pero nunca hubo bar, dicen que porque la concesión era muy cara”. 

Desde muchas asociaciones vecinales se insiste en este tipo de propuestas, sobre todo en parques cerrados como pueden ser los anteriormente comentados e incluso el Jardín Escénico, otra instalación que para muchos está desaprovechada.  

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios