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Diócesis de Asidonia-Jerez

La Diócesis se prepara para la apertura de los templos

  • El próximo 11 de mayo comenzará la primera fase de la desescalada que contempla la normalización del culto religioso

Aspecto de la Catedral jerezana en la mañana del Domingo de Ramos.

Aspecto de la Catedral jerezana en la mañana del Domingo de Ramos. / Vanesa Lobo (Jerez de la Frontera)

A partir del 11 de mayo el Gobierno de España decretará la fase 1 de la desescalada que se inicia tras más de cuarenta días de confinamiento de la población en los domicilios. En esta primera etapa, y con los datos que arroja Cádiz en cuanto a personas infectadas con el coronavirus,  la provincia deberá de entrar en esta nueva realidad. En uno de los apartados de estos primeros pasos de cara a la ‘nueva normalidad’, se prevé la apertura de los oficios religiosos. Unos oficios que solo permitirán la asistencia de un tercio del aforo de cada templo pero que provocará la apertura de muchas iglesias y lugares de culto que se han mantenido prácticamente cerrados durante los largos días de aislamiento.

San Marcos ha sido una de las iglesias que ha mantenido sus puertas abiertas durante estas semanas de estado de alarma. El párroco Carlos Redondo, comenta que “todos los días hemos tenido las puertas abiertas. Yo me encontraba en el despacho que está en la misma puerta del templo y desde aquí veía a las personas que entraban”. Según comenta el sacerdote, “han sido muchas personas las que en estos días han entrado y han hecho sus oraciones delante del Santísimo”. A partir de ahora, el párroco aún no tiene planteado cómo comenzar con esta nueva etapa. “Supongo que habrá que precintar algunos bancos para que no se siente nadie. Las personas que acudan a la Eucaristía estarán en cada lado del banco”, comenta el cura.

También existe la duda de cómo sentar a familias que viven en un mismo domicilio y que “sería incongruente que se obligara a sentarse a cada miembro en un extremo de cada banco. No tiene sentido”, comentaba ayer a este medio el párroco.

El padre Alejandro Peñalta Mohedano es el prior de la basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada. “Hemos mantenido abierto el templo todas las tardes y hemos celebrado la Eucaristía a diario. El que quería se sentaba pero guardando la distancia de seguridad”, afirma el padre Alejandro. Han sido días duros para la comunidad carmelita así como para otras comunidades de religiosos cuyos ingresos en la casa viene en un alto porcentaje de las limosneras. Pero para el padre Alejandro, lo más importante es que “para el día 11 tendremos ya normalizados unos horarios de misas en el Carmen si Dios quiere”. Por supuesto cumpliendo con los requisitos de higiene y distanciamiento entre los feligreses.

La parroquia de San Rafael viene manteniendo una gran actividad cultual. Desde que se decretara el estado de alarma, todos los días se ha venido ofreciendo la Eucaristía por los canales abiertos a través de las redes sociales. El sacerdote y párroco Arturo Vásquez Irízar, mantiene que “seguiremos en esta misma senda de difundir por internet nuestros cultos”. Todos los domingos, la iglesia ha abierto sus puertas y ha recibido a “los pocos feligreses que han venido”, afirma el sacerdote. En una ocasión, la Policía Local entró en la iglesia y estuvo durante unos minutos mirando desde el fondo mientras mantenían los walkies a todo volumen. Estuvieron unos minutos y decidieron no intervenir. Un celo por parte de los efectivos que no se entiende cuando se han “mantenido las distancias de seguridad y una vez finalizado el culto se desinfectan los bancos”, afirma Arturo.  

La Diócesis

Aunque ciertamente puede ser un poco precipitado y como decía el cura Carlos Redondo “vamos a pasar de un estado de alarma a un estado de incertidumbre”, en la Diócesis no se adelanta nada de cara a una normativa que se deba de cumplir en todas las iglesias de la demarcación eclesiástica. Así se le ha comunicado a este periódico tras ponerse en contacto con el Obispado. “Cuando se conozcan las nuevas normas a través de una orden ministerial que regule las actividades de culto en la fase 1 se tomarán las decisiones oportunas”, expresaba el comunicado de la Diócesis.

Al fondo quedan ciertas dudas que el ‘estado de la incertidumbre’ se irá despejando en su momento. Sabemos que será un tercio del aforo de cara templo pero no sabemos cómo se va a regular el número de entrada de los feligreses ni quién controlará que se cumpla la norma. Tampoco se sabe si se podrá en las puertas de las iglesias poner algún tipo de control que no permita un rebasamiento del aforo. Las normas de desinfección no se han hecho públicas y tampoco queda claro si se mantendrá el mismo número de celebraciones o a causa del aforo limitado habrá que ofrecer un número más elevado de Misas. En definitiva muchas dudas que con la llegada del nuevo tiempo de cierta apertura se irán despejando. De momento, sí queda claro que habrá que adecentar las iglesias de cara a una pronta reapertura para caminar hasta esa denominada ‘nueva normalidad’.

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