Hoy volverán las largas colas en las paradas y algunos enfados entre los usuarios. La huelga indefinida de los autobuses urbanos da el pistoletazo de salida con pocas expectativas de que se desconvoque pronto y con una plantilla de trabajadores más unida que nunca por conseguir la estabilidad laboral. Tras varios intentos por evitar la protesta, el comité de empresa de Urbanos Amarillos confirmó el pasado jueves, tras el Sercla, que la huelga seguía adelante al no haber un compromiso de la empresa de pagar las tres nóminas pendientes y de cumplir artículos del convenio, que según el comité, no se están formalizando.

Desde hoy sólo saldrán a la calle unos servicios mínimos que cubren un autobús por línea, dejando en el garaje de la empresa 21 vehículos sin circular. Además, los usuarios llegarán a padecer hasta una hora de retraso, sobre todo en las líneas urbanas que cubren un largo recorrido como la 10.

El presidente del comité, José María Romero, ha remarcado en más de una ocasión que esta huelga "va a durar muchísimo tiempo porque no estamos dispuestos a dar marcha atrás hasta que la empresa cumpla el 100% del convenio". Al impago de las nóminas de junio, julio y la extra -una cantidad que asciende aproximadamente a unos 4.500 euros por trabajador- la plantilla denuncia que se incumple con los uniformes, las jornadas de trabajo, el salario y la moneda fraccionaria, entre otros artículos. Tras la marcha de Cojetusa, antigua concesionaria del transporte urbano, la situación de estos trabajadores no ha hecho otra cosa que empeorar. De hecho, en los nueve meses que Urbanos Amarillos lleva en la ciudad -sólo tres con la concesión definitiva- la plantilla ya ha tenido 26 días de huelga. "No aguantamos más. Los ánimos entre los trabajadores están muy caldeados y vamos a por todas", apunta Romero, quien también señala que durante la huelga van a tener un calendario de movilizaciones que contempla desde manifestaciones hasta concentraciones en diferentes puntos de la ciudad. "La plantilla está mal, hay compañeros de baja por ansiedad y ya hemos dicho basta", remarcó hace unos días el secretario del comité, Juan González. Así las cosas, la huelga volverá a afectar a miles de usuarios que pondrán a 'examen' su paciencia a la hora de esperar al autobús. El 'caos' está más que servido en una convocatoria indefinida a la que se une el corte en la calle Santa María al iniciarse también hoy las obras de acondicionamiento.

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