EDUCACIÓN

Los autores visitan la escuela

Cualquier actividad de animación a la lectura se puede convertir en una actuación desanimadora si no se trabaja y cuida como es debido. Y es un caso frecuente que ello ocurra con las visitas de autores (tanto escritores como ilustradores, y en femenino, claro). En el peor de los casos puede ocurrir que quien nos visita no tiene el talante esperado para el encuentro con el alumnado: no es buen comunicador, ni se acuerda de lo que escribió, no tiene paciencia con este público, está agotado de tantos viajes y no es muy asequible,… Pero estos casos son los menos.

Más nos debe preocupar lo que es evitable, lo que corre por nuestra cuenta. Como por ejemplo los siguientes fallos: dejar al alumnado a solas con el visitante, improvisar el dónde se le va a recibir, el que se sume a última hora un grupo que no sabe de qué va la cosa, el querer aprovechar el acto y llenarlo en exceso, el no haber contactado previamente con el autor (o intermediario) para saber si necesita algo en especial, elegir un espacio con mala acústica, etc.

Vamos, que en esas "contraindicaciones" citadas nos hemos ido adelantando con todas las pistas para conseguir un encuentro lo más satisfactorio posible, y por lo tanto animador. Para empezar por el principio, tengamos en cuenta la vía por la que viene: le conocemos personalmente, nos lo trae una editorial, viene con un programa de difusión cultural (por ejemplo del CAL),… Tal vez, si no tenemos un intermediario o precedente que nos garantice un mínimo de éxito, sea mejor dejarlo siempre que tengamos alguna sospecha de que pudiera no salir bien. No se trata de aprovechar "lo que sea".

Una vez que viene hay que documentarse sobre quién es, seleccionar la obra que vamos a leer (a no ser que sea esta la que lo trae) y el grupo con el que va a ser el encuentro. ¿De qué nos da tiempo? No meternos en un asunto complejo que quede a la mitad y planificar bien los tiempos. Elegir el espacio y organizarlo según proceda: no es lo mismo para Carmen Gil (una auténtica actuación) que para Gonzalo Moure (un encuentro más cara a cara). Ambos en la fotografía. Decorar ese espacio y ponerlo amable y cómodo. Y transmitirle al grupo mucho interés para el encuentro: que lean con ganas, que preparen preguntas, que hagan algo para regalarle o contarle y que se sientan tan protagonistas del encuentro como el propio autor.

José García Oliva. Experto en literatura infantil y juvenil.

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