Diócesis de Asidonia-Jerez

Balance positivo del episcopado de Mazuelos Pérez en distintos sectores de la Iglesia

  • La vida consagrada o la contemplativa, las cofradías, Cáritas o expertos en patrimonio artístico hacen una revisión estimable de la labor del obispo de Asidonia-Jerez

Con la noticia del nuevo destino de monseñor Mazuelos Pérez, hasta el pasado día 6 de julio obispo de Jerez, a la Diócesis de Canarias, se abrió también un tiempo de valoración de su episcopado como pastor asidonense.

El balance en líneas generales es más que positivo para muchas personas que han tenido relación más o menos cercana con la Iglesia diocesana en estos años. Uno de los grandes frentes que Mazuelos Pérez ha tomado con diligencia y que nunca ha olvidado en su tiempo de episcopado en Jerez ha sido la labor asistencial a los más desfavorecidos. Juan Pérez, delegado de Cáritas en la Diócesis de Asidonia-Jerez, comenta que “ha sido un obispo cercano y muy entregado con los más necesitados. Además he de destacar que ha sido siempre muy dinámico. Se ha movido mucho en favor de los pobres y siempre se ha identificado con Cáritas Diocesana. Como última iniciativa que ha respaldado hay que señalar el economato que se ha abierto en la zona sur. Por tanto siempre nos ha motivado y exhortado para favorecer a los que más necesitan”.

Patrimonio

Otro de los asuntos que José Mazuelos Pérez ha gestionado en los once años como obispo ha sido la reintegración y puesta en valor de todo el patrimonio artístico de la Diócesis. En este sentido, Manuel Romero Bejarano, doctor en Historia del Arte, afirma que su gestión al frente de esta importante labor ha sido “bastante buena. La iglesia parroquial de Santiago ha sido una de sus grandes aportaciones al patrimonio. Además la gestión de la apertura de museos también es destacable. La gran ‘mancha’ que se le hubiera puesto en este sentido era lo del asunto del retablo de la Cartuja que se pretendía sacar del monasterio pero al final no se hizo. Por tanto no hay que destacarlo en su debe. Ha demostrado que ha apostado por el patrimonio. Ya no sólo en Jerez sino en otras poblaciones de la Diócesis como es Sanlúcar de Barrameda donde también ha habido una buena gestión. Por tanto, yo le pondría una nota alta. Sobre un nueve e incluso un diez”.

Vida consagrada

Una de las realidades históricas de la Iglesia ha sido durante siglos la vida consagrada y la presencia de comunidades o institutos religiosos. En su episcopado, jesuitas o, capuchinos o franciscanos decidieron dejar sus comunidades en la ciudad por la clara falta de vocaciones que sufren estas instituciones. Su presencia en la ciudad es casi testimonial en algunos casos como los franciscanos o capuchinos que siguen ofreciendo el servicio del culto divino en sus iglesias conventuales pero con sacerdotes que ya vienen de otras comunidades de fuera de Jerez. A pesar de todo ello, hay una comunidad que vive un momento dulce en Jerez como es la de los dominicos. Desde su cuenta en las redes sociales, la comunidad de los frailes seguidores de Santo Domingo de Guzmán, se daba a conocer que “la comunidad agradece la labor pastoral de don José Mazuelos y rezamos por su nuevo destino en Canarias. Gracias por estos años”, se desprendía de este comunicado público.  

Contemplativa

Dentro del mundo de la vida contemplativa, Mazuelos Pérez ha estado muy involucrado. Desafortunadamente en la Diócesis no quedan monjes contemplativos desde la partida de los cartujos del monasterio de Nuestra Señora de la Defensión. En su lugar, llegaron las Hermanas de Belén que llevan su vida ascética y casi eremítica dentro de los muros del monasterio. José Mazuelos Pérez ha estado muy pendiente de esta comunidad de religiosas dedicadas a la oración. El pasado día 6 en sus últimas palabras como obispo de Jerez, afirmaba que “la vida contemplativa es una realidad de una gran riqueza y maravillosa —y añadía— que está dispuesta a trabajar como lo ha hecho en la crisis sanitaria”. Además mencionaba de una forma especial a la comunidad de la Cartuja aseverando que “se trata de una espiritualidad inmensa que va a quedar como única en España con las Hermanas de Belén”.

En este sentido, la madre Fátima Román, superiora de uno de los cenobios más antiguos de la ciudad como es el de las agustinas de Santa María de Gracia, afirmaba que “siempre ha estado muy pendiente a la vida contemplativa ofreciéndonos su apoyo y definiendo esta realidad de la Iglesia como una riqueza muy necesaria para el desarrollo del pueblo cristiano”. 

Las cofradías

Por otro último, uno de los núcleos de acción pastoral de la Diócesis son sus hermandades y cofradías. Posiblemente el movimiento católico que más moviliza la sociedad actual. Han sido algunos mensajes los que se han publicado en los distintos perfiles de las redes sociales de las hermandades donde las junta de gobierno, en nombre de sus cofrades, despedían de esta forma al obispo José Mazuelos tras once años donde se ha aprobado una coronación canónica en Jerez y nueve cofradías que fueron erigidas bajo su episcopado. Hay que decir en este sentido que algunas de ellas ya fueron nombradas como agrupaciones parroquiales de fieles por su antecesor, Juan del Río Martín. Un balance que también se ha significado por una gran proliferación de salidas extraordinarias y una manga ancha por parte de la delegación diocesana de Hermandades y Cofradías por dar luz verde a todo tipo de procesiones por la ciudad. También habría que decir en cuanto a las extraordinarias que se trata de una nueva realidad en la que participan otras diócesis andaluzas como la sevillana sin ir más lejos.

Mazuelos Pérez no se ha escondido nunca a la hora de tener sus preferencias en las hermandades. Lo ha demostrado en su episcopado con aquellas imágenes que, de una forma especial, le han cautivado como creyente y devoto. La hermandad del Cristo de la Expiración y muy especialmente la imagen del Prendimiento o la Virgen de la Esperanza de la Yedra han sido sus referentes cofrades. En este sentido, Manuel Hurtado Macías, hermano mayor de la Esperanza de la Yedra Coronada, afirma que “ha sido una persona muy cercana a nosotros en su etapa como obispo de Jerez. Siempre dispuesto a todo lo que le solicitábamos. Desde la coronación de la Virgen de la Esperanza, siempre nos acompañó desde la Catedral hasta la ermita durante todo el recorrido. Por tanto para la hermandad ha sido siempre un pastor que nos ha acompañado no sólo en el transcurrir de la cofradía sino en todo lo que hemos venido desarrollando. Ahora, nos ha animado mucho a proseguir con la cocina auto gestionada. Siempre nos ha apoyado. Además, ha sido un gran devoto de la Santísima Virgen”.

En definitiva un balance positivo para buena parte de la grey que ha tenido que conducir durante estos once años de episcopado en una Diócesis como la de Asidonia-Jerez donde dejará una huella que será recordada por muchos cristianos a los que les ha tocado pastorear. Para lo bueno y para lo malo.

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