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Jerez

La basura se acumula en las calles del centro tras 48 horas sin recogida

  • Hosteleros y vecinos denuncian que los residuos se apilan junto a los contenedores desde el domingo, en lugares de paso de las procesiones en los que juegan los niños

La basura se acumula entorno a los contenedores subtarráneos y de exterior, así como en otros puntos del casco histórico de depósito habitual de residuos en los que se han retirado las cubas por la celebración de la Semana Santa y en los que, según aseguran hosteleros y vecinos del centro, hace más de 48 horas que no aparece el dispositivo especial de recogida habilitado por Urbaser.

Pese a que desde la adjudicataria del servicio municipal, a través del teléfono de guardia, aseguraron ayer que el servicio está funcionando con absoluta normalidad y que incluso se está refozando la recogida en puntos de especial acumulación de basuras en estos días, este medio pudo comprobar la veracidad de las denuncias de hosteleros y ciudadanos, que se ven obligados a depositar los residuos en el exterior por la saturación de los contenedores.

Aunque la propia alcaldesa, Pilar Sánchez, en declaraciones a Radio Jerez, explicó que el Ayuntamiento está trabajando para impedir que se acumule basura en las calles por la huelga de las Calandrias, este medio fue testigo ayer de los reiterados intentos que realizaron sin éxito hosteleros del centro desde primera hora de la tarde para que retiraran la basura de unos contenedores subterráneos de gran capacidad desbordados desde el Domingo de Ramos.

El mismo Domingo, algunos hosteleros tuvieron que apilar bolsas, sacos y cajas repletas de basura a media tarde en un rincón de una de las zonas de mayor tránsito de procesiones y peatones, junto a la Carrera Oficial, sin que pudieran evitar "la presencia de niños jugando entre basuras", aseguraron propietarios de bares.

A la hora de la salida procesional de las hermandades que ayer hicieron estación de penitencia, la basura seguía apilada junto a los contenedores, sobre los que incluso había niños sentados para ver el paso de las cofradías pese al olor nauseabundo que se desprendía de los mismos.

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