CRISTO DEL AMOR

El bendito Amor de una madre

  • El paso de Jesús Cautivo continúa con trabajos en su dorado y las tres marías del misterio estrenaron este año vestimenta

Hermandad del Cristo del Amor / MANUEL ARANDA

L AS puertas de San Juan se abrieron un año más para repartir ese Amor por Jerez que tanto hace falta, siempre con el grato recuerdo de aquel maravilloso palio que portaba a la Señora de los Remedios y que todos los cofrades jerezanos anhelan con volver a ver en un futuro no muy lejano.

La cofradía la abría el misterio del Cautivo a diez minutos de que el reloj marcara la seis de la tarde de Martes Santo. Misterio que, como cada año, sigue en las labores de dorado de su paso, estrenando este año los respiraderos delantero y trasero, a falta de los laterales y los candelabros para concluir el proyecto. Tras él, la Agrupación Musical San Juan, una banda que volvió a casa para quedarse y que comenzó a sonar antes de que los allí presentes pudieran contemplar la talla de Eslava Rubio.

Sones clásicos acompañaron al Cristo con la banda de la Coronación de CórdobaLa estampa de la cofradía la regaló el Cristo del Amor a su paso por calle Francos

Tras él, se sucedía un cortejo de nazarenos bien plantados, con la seriedad y el orden que les caracteriza, ataviados de túnica de cola blanca y cinturón de esparto rojo y que avanzaban por la estrechez de una calle que estaba preparada para ver el imponente misterio del Amor. Un paso de un gusto exquisito y de grandes dimensiones, que dificulta la primera 'revirá'. Tras efectuarse, comenzó a sumar metros con largas zancadas buscando la Santa Iglesia Catedral.

Este año, la Hermandad decidió realizar un cambio de bandas para su segundo paso, y contar así con los servicios de la banda de cornetas y tambores de la Coronación de Espinas de la localidad de Córdoba para que pusiera sus sones tras el Cristo del Amor. Una banda de corte clásico, ideal para el Amor.

Uno de los momentos resaltables de esta Hermandad se vivió en Francos, cuando la cofradía emprende el camino de vuelta a casa. Caída la noche y con la única iluminación de las antiguas farolas de la majestuosa calle Francos, la estampa de Cristo Cautivo en primer lugar, y del Amor seguidamente, era digna de ver. Este segundo se hacía más impresionante por sus dimensiones, prácticamente rozando los balcones que estrechaban la calle, haciendo más resaltable el trabajo de la cuadrilla y capataz.

En tan tremendo conjunto escultórico, las tres marías estrenaban su vestimenta, para completar y mejorar aún más -si cabe- la imagen de este misterio del Amor, que además cuenta con la Señora de los Remedios a las plantas del crucificado. Una dolorosa que espera recibir la noticia de un nuevo proyecto de palio, aquel que perdió por mala suerte del destino allá por los años setenta. Aunque es un tema que la Hermandad debe estudiar, debido al poco espacio que le otorga la capilla y que puede imposibilitar un tercer paso. Aun así, sea de la manera que sea, Jerez necesita volver a ver a los Remedios en su nuevo palio, detrás de su hijo, como en antaño. Y seguro que tras la consecución del misterio del Cautivo, la Hermandad se pondrá manos a la obra para ofrecer a la ciudad una maravilla más que admirar.

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