Jerez

Las bodegas ya se mueven ante el temor a quedarse sin uva en la vendimia

  • Las firmas del Marco tienen prisas para garantizarse el suministro por la escasez de cosecha que se prevé

No hay término medio. El Marco de Jerez ha pasado de los excedentes a la escasez de producción de la noche a la mañana y los presumibles problemas de desabastecimiento en el mercado local de uva a partir de la próxima vendimia han desatado la alarma en las bodegas, que intentan anticiparse a la falta de materia prima para garantizar unas existencias de vino en crianza que le permitan atender sus compromisos comerciales.

Las bodegas con necesidades de reponer existencias -el reglamento del Consejo Regulador obliga a tener el triple de vino en crianza de lo que sale al mercado, es decir, tres litros por cada uno que se pone a la venta para garantizar la vejez mínima de tres años- han empezado a moverse para tratar de amarrar algún contrato, pero cada vez hay menos uva en manos de viñistas independientes y muchos de los que quedan ya tienen comprometida la entrega de sus producciones de las próximas campañas.

La formación de precios en el mercado libre se rige por la ley de la oferta y la demanda, y el desequilibrio se inclina ahora a favor de los productores, que tras largos años de merma de la rentabilidad del viñedo tienen ahora la oportunidad de aprovechar la limitada cosecha para propiciar una subida de precios.

Fuentes del sector productor consultadas por este medio aseguran que lo mínimo que pedirán los viñistas es cubrir costes, que según las estimaciones del Marco rondan los 33 céntimos de euros el kilo -que equivalen a 55 pesetas, moneda en la que se sigue negociando el precio de la uva y el mosto de Jerez- frente a los alrededor de 30 céntimos -50 pesetas-, el máximo al que cotizó la última campaña. Y en el caso de las cooperativas, la aspiración es que la bota de mosto se aproxime a los 250 euros tras bajar de los 240 hace ya algunos años.

Los problemas de escasez de oferta en el mercado mundial y las previsiones a la baja, por la sequía, de la vendimia de La Mancha -la región con mayor superficie de viñedo del mundo con 650.000 hectáreas y cien veces la del Marco- juegan a favor de los intereses de los productores, en particular las cooperativas, que en la presente campaña aprovecharon los altos precios del mercado para dar salida fuera del Marco a gran parte de su producción como vino común -mosto descalificado-.

Y aunque el precio del vino en Jerez sigue estando algo por encima que en el exterior, las cooperativas prefieren asegurar, ya que frente a las dificultades y plazos excesivos para el pago que rigen en el Marco, los viticultores cobran la mercancía que venden fuera al contado, lo que supone un importante alivio ante los problemas de liquidez y la asfixia financiera derivadas de la crisis.

Tras una década de bajada casi continua, el precio de la uva y el mosto de jerez puede recuperar terreno perdido, en este caso a costa del arranque y el abandono de viñedo por la falta de rentabilidad, que en los últimos años ha provocado un descenso de más de un tercio de la superficie de viñedo del Marco, en concreto, 3.500 hectáreas de las poco más de 10.000 que conservaba.

Las cooperativas tienen la última palabra en la puja abierta entre las bodegas jerezanos y el mercado exterior por los vinos del año del Marco.

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