La patronal bodeguera esperó al día después de la jornada de huelga de la vid para ofrecer su particular visión sobre el desarrollo de la convocatoria, un fracaso a juicio de los datos facilitados ayer por Fedejerez, que reduce la participación entre los trabajadores del sector al 47,6 por ciento, la mitad de la estimada por los sindicatos la víspera.

CCOO y UGT cifraron el martes en el 90% el seguimiento del paro de 24 horas en el conjunto de las plantillas de las bodegas, que elevaron al 100% en producción, atribuyéndose el mérito de haber logrado paralizar por completo el embotellado en el Marco, extremo que replicó ayer la patronal, que incluso da a entender que el índice de participación habría sido aún menor de no ser por la actuación de piquetes.

"Los piquetes han impedido u obstaculizado el acceso a los centros de trabajo de trabajadores que tenían la intención prestar servicios con normalidad" y "prueba de ello es que algunas bodegas tuvieron que recurrir a la Policía", asegura Fedejerez en un comunicado.

Como en toda huelga que se precie, las cifras y las versiones facilitadas por empresarios y sindicatos son contradictorias, como las causas que, según una y otra parte, han derivado en el primer conflicto en el sector tras veinte años de paz social y que amenaza a la próxima vendimia al aferrarse sindicatos y bodegas a sus posiciones enfrentadas.

Mientras los sindicatos culpan a la patronal de bloquear la negociación del convenio tanto por su negativa a aplicar la sentencia del Tribunal Supremo sobre la actualización salarial de 2009 como por su "agresiva" propuesta de recorte generalizado en todos los capítulos del texto legal, Fedejerez esgrime que la representación sindical es la que ha roto el diálogo con su decisión "unilateral" de abandonar la mesa negociadora y convocar la jornada de huelga en el sector.

La federación de bodegas del Marco señala igualmente en su comunicado que lejos de pretender "despojar" a los trabajadores de sus derechos, su propuesta persigue "un convenio razonable y realista, acorde con la grave situación de crisis y en línea con la reforma laboral que demanda Europa".

En cuanto a la aplicación de la sentencia del Supremo, la patronal recuerda que únicamente está pendiente la diferencia del 0,6% del año 2009, que se ha ofrecido a pagar junto a la actualización de las tablas salariales una vez se cierren las del nuevo convenio. Los sindicatos rechazan vincular la actualización a la firma del convenio, ya que lo consideran un "chantaje".

Las empresas subrayan, además, que en el presente ejercicio, y pese a la crisis, han tenido que asumir un incremento del coste salarial del 5% respecto al año anterior sin que les sea posible repercutirlo en los precios finales de sus productos.

A modo de conclusión, Fedejerez "lamenta" en su nota informativa "que la representación sindical haya optado por la vía del conflicto y el enfrentamiento, negándose al diálogo razonable y responsable". Y en consecuencia, prosigue el comunicado, expresan "su desacuerdo con esta actitud y con la convocatoria de una huelga que no sólo ha ido en contra de los intereses y la imagen del sector, sino también de los propios trabajadores afectados, del mantenimiento del empleo actual y de las bases para facilitar a las empresas que puedan crearlo en el futuro".

En cualquier caso, apostilla Fedejerez, "las empresas reiteran su plena disposición a retomar el proceso negociador de buena fe y sin condiciones previas".