Los impuestos con los que el Gobierno filipino grava las bebidas alcohólicas importadas de la Unión Europea y Estados Unidos pueden tener los días contados a tenor del veredicto emitido el pasado lunes por la entidad encargada de las disputas sobre el comercio global, en el que según fuentes próximas al caso se declara ilegal la discriminación fiscal que tiene especial repercusión en el brandy de Jerez.

Aunque la Organización Mundial del Comercio (OMC) no hará público hasta agosto el veredicto, las partes en disputa han recibido el informe confidencial en el que, según la información avanzada por la agencia Reuters, se condena la discriminación de los impuestos establecidos por el Gobierno de Filipinas sobre las bebidas europeas y americanas, entre las que cita expresamente el Brandy de Jerez, que según recordó ayer el presidente de su Consejo Regulador, Evaristo Babé, es la bebida espirituosa de la UE más importada en el país asiático.

La institución del espirituoso jerezano y las bodegas del Marco fueron, precisamente, impulsores de la denuncia presentada en enero del año pasado por Bruselas ante la OMC -EEUU se unió con posterioridad-, que dio pie a la apertura del panel legal ahora resuelto en favor de los intereses de la bebida espirituosa jerezana, cuyo mentor mostró ayer en rueda de prensa su optimismo y confianza en que Filipinas acate el veredicto que obliga a cambiar el régimen fiscal.

Babé, quien compareció acompañado de César Saldaña, director del Consejo Regulador, Alfonso Roldán (Williams & Humbert) y José Ruiz (Beam Global), miembros del comité de seguimiento del expediente designado por la institución del brandy, recordó que las ventas del espirituoso jerezano en Filipinas oscilan entre los 8 y 10 millones de botellas anuales frente a los 150 millones del brandy local, contra el que difícilmente pueden competir al tener que hacer frente las bebidas importadas a aranceles entre diez y cuarenta veces mayores.

No en vano, el informe confidencial señala que el propósito de un impuesto menor en las bebidas domésticas que pueden ser sustituidas por otras importadas no es sino proteger a los productores locales, un objetivo ilegal de acuerdo con las normas de la OMC, señala Reuters en su información, en la que recoge que la UE, cuyas exportaciones totales de espirituosos ascienden a 7 billones de euros, acusa al sistema impositivo de haber reducido a la mitad, hasta 18 millones de euros, las ventas de estas bebidas a Filipinas entre 2004 y 2007.

El brandy acaricia ya la supresión de la discriminación fiscal, que abre grandes expectativas de negocio para las bodegas jerezanas en el país asiático, el principal mercado exterior para el espirituoso jerezano pese a las 'restricciones' fiscales.

En opinión de Babé, Filipinas es un país muy poblado con 90 millones de habitantes -el mercado de bebidas espirituosas en todo el archipiélago supera los dos billones de euros- y aunque Estados Unidos ha ejercido su hegemonía desde que hace un siglo dejó de ser una colonia española, "los filipinos se sienten orgullosos de sus orígenes hispanos y hay una nueva ola que puede favorecer todo lo español".

El veredicto, emitido el pasado lunes, llega además en un momento propicio, ya que puede ayudar a mitigar la caída de ventas del Brandy de Jerez, que acumula un descenso en lo que va de año del 3 o el 4%, aunque menor al que registran otras bebidas espirituosas, explicó el presidente de la bebida jerezana. Tras reconocer que "el sector está muy preocupado por la situación", Babé mostró su satisfacción porque "de vez en cuando se abren ventanas como la de Filipinas", logro en el que agradeció el apoyo incondicional de todo el sector, las autoridades políticas españolas y europeas y la diplomacia. En este sentido, el presidente del Brandy hizo alusión a los esfuerzos realizados por el exdirector del brandy, Ricardo Rebuelta, así como el exembajador español en Filipinas, Luis Arias, y su sucesor, Jorge Domecq.