Una celebración no obligatoria pero que ningún centro educativo deja pasar, es la del Día del Libro. Como este año el señalado día cae dentro de las vacaciones de Semana Santa, los colegios e institutos probablemente lo celebren la próxima semana y muchas y variadas serán las actividades que se organicen en torno a esta celebración. En ellas hay que cuidar que el libro sea el protagonista y no el pretexto ni para hacer más tareas (tal vez sí para cambiar el contenido de algunas) ni para hacer un fiestón en el que se olvida el porqué.

Hay actividades que se podrán hacer sin el libro y contando con las nuevas tecnologías, aunque parezca raro, como por ejemplo: hacer alguna webquest al uso, entrar en algunas de las bibliotecas virtuales, hacer audiciones de poemas recitados por los propios autores, leer en la pantalla de proyección (o pizarra digital) libros que previamente hemos escaneado (preferiblemente álbumes ilustrados), seleccionar carteles en la red de celebraciones de otros años, buscar citas sobre el libro y la lectura,… Todo ello puede generar también materiales para otras actividades asociadas.

Esta celebración puede ser un buen momento para transmitir una idea de libro más positiva que la que tienen los poco lectores. Para ello se puede desmontar la imagen de libro como algo siempre igual con una exposición en la biblioteca (o en los pasillos) en la que mostrar el libro más grande, el más pequeño, el libro sin letras, el más grueso, el más fino,… y sobre todo los que cambian el formato (hay varios en la editorial Thule) y los que contienen elementos emergentes (pop-up).

Lo mejor es "sacar" esas ideas previas y se puede hacer con una actividad en la que se plantee "qué es un libro para ti". Lo escriben en una tira de papel de color, se barajan, se leen, se comentan, y se seleccionan (quitando solo aquellas que pudieran decir algún disparate consiguiendo consensuar entre todos el que se quite). Luego colocamos todas las tiras por los pasillos, lo que inevitablemente se irá leyendo durante toda la semana.

Que no falten las lecturas, donde los mayores del centro pueden leer a los pequeños, o contarles una biografía, un cuento, un hecho histórico,… pero siempre enseñándoles el libro del que lo sacaron.

Y, ya saben, desde hace un par de años lo de los marcapáginas para Save the Children.

José García Oliva. Especialista en literatura infantil y juvenil.