La doble fila, aunque contraria al Código de Circulación, daba mucha más vida de la que parecía a la calle Porvera. Vayan dos ejemplos: ayudaba a los padres a dejar a sus hijos en la Escuela de San José y permitía que la farmacia 24 horas pudiera atender las urgencias habituales sin que el cliente tuviera que buscar aparcamiento. La reestructuración de la calle ha hecho imposible aparcar en doble fila, lo que va a provocar, según el farmacéutico Emilio Muñoz, que se pierda medio centenar de puestos de trabajo en los 50 negocios que existen en la céntrica calle. Muñoz, convertido en improvisado portavoz de los empresarios, logró reunir ayer a 16 representantes de los comercios que se ven afectados por lo que ya se ha dado en denominar la 'aleta de tiburón'. Allí estuvieron la tortillería 'Poti-Poti', el restaurante 'La Cepa de Oro', la administración de loterías, la empresa de audición GAES, una tienda de lencería, la óptica, la academia de baile y un todo a cien. Emilio Muñoz aseguró a este medio que las ventas en su farmacia cayeron el pasado miércoles "entre un 30 y un 50%", algo que provocará que "de los 12 empleados que tengo ahora me quede con la mitad. Quien ha diseñado esto debería ser consciente que va a mandar el drama del desempleo a 50 familias".

Belén Fernández, propietaria de la academia de baile que lleva su nombre, tampoco sale de su asombro, se pregunta cómo podrán ser recogidos los niños que aprende baile en su centro y critica abiertamente "que se vaya diciendo por ahí que hemos dado nuestro consentimiento para instalar un carril-bus cuando es completamente mentira".

El farmacéutico Muñoz hizo pública ayer su extrañeza por el hecho de que el polémico carril-bus "se utilice para vaciar el centro de gente cuando lo que hace falta es justamente lo contrario, llenarlo. No entiendo por qué no se ha acometido este proyecto en un vial con suficiente capacidad como la avenida, la avenida de Arcos...".

A modo de anécdota se puede destacar que la propietaria de la tortillería 'Poti-Poti' tuvo que reparar un aparato de su negocio "y el técnico me cobró la hora que estuvo dando vueltas por el centro porque no encontraba ni una plaza de aparcamiento".

De otro lado, los comerciantes alertan de un riesgo: "En Córdoba se instaló también la 'aleta de tiburón' y varias personas fallecieron. La razón no fue otra que la siguiente: los peatones llevan años mirando a un lado para ver si viene algún vehículo. No ven ninguno, cruzan y son atropellados por un pedazo de autobús que viene justamente en sentido contrario. Este carril-bus va a dejar muertos en Jerez".