Gente cofrade. Diego Moreno Barba

“Se debe ser consciente de estar en la Iglesia; si no es así, apaga y vámonos”

  • Hace cinco años se reabrió Santiago, tiempo que no ha sido suficiente para que el templo fuera el revulsivo que se quería para el barrio

  • “Muy en breve” habrá elecciones en El Prendimiento

El párroco de Santiago en el patio del obispado ante la estatua de la Inmaculada.

El párroco de Santiago en el patio del obispado ante la estatua de la Inmaculada. / Pascual

Ha pasado un lustro de la reapertura de Santiago. ¿Se nota aquello que se dijo de que el templo revitalizaría este barrio?

La verdad es que se nota algo pero no todo lo que se esperaba. Sí es cierto que se dejan ver las consecuencias del cierre del templo durante once años, tiempo demasiado largo que ha provocado que la feligresía de Santiago se haya dispersado. Eso ha marcado mucho el devenir de la parroquia. Poco a poco se va recuperando ya sea por las hermandades de aquí o por otras razones, pero lo que es la feligresía en sí, hay camino por recorrer.

"Hace falta mayor atención en la limpieza del exterior del templo; en algunos de sus rincones está de pena”

La repercusión turística fue uno de los puntales en los que se apoyaba la vuelta a la vida de la Iglesia.

Esperaba más afluencia. Santiago queda un poco más apartado de las rutas turísticas. No es como San Miguel o la Catedral. Aún así don José apostó por ello poniendo un horario para las visitas para dar a conocer Santiago y que se viera el esfuerzo hecho por reabrirla. Antes de la pandemia venían unas 3.500 personas al año, que tampoco es una cifra alta. Pero seguimos en la lucha ahora que el turismo se va recuperando. El objetivo es ayudar a crear vida en el barrio. De hecho se han abierto algunos bares pero todavía queda bastante.

¿El entorno de Santiago ayuda a ese reflote del barrio sabiendo de la conflictividad en algunas de sus zonas?

Todo eso influye. Si hay delincuencia afecta. Existen conflictos que no benefician nada al barrio, que es un barrio que puede ser visitado como cuna del flamenco, sus callejuelas, casa de vecinos, patios, todo tiene su encanto. El turismo hay que cuidarlo, como en el tema de la limpieza.

¿Está sucio el barrio?

La verdad es que necesitaría más atención. Los aledaños a la iglesia, en algunos de sus rincones, es de pena. Ahora el Ayuntamiento está también con el tema de la iluminación artística del templo, que es de agradecer. Si vamos a embellecer el edificio, teneos que cuidar más el entorno para que la gente venga, pasee y visite. Ahí el Ayuntamiento se tendrá que implicar en esa tarea.

¿Santiago está terminado totalmente o falta todavía?

Se ha hecho todo lo que había que hacer en el templo que era donde estaban los problemas. Iglesias de este tipo siempre necesitan estar pendientes. Sí intentamos que lo esencial del mantenimiento se haga, que es lo importante. Debemos crear conciencia de que los que tenemos edificios importantes hagamos estos trabajos como limpieza de las cubiertas que evita muchos problemas.

"La afluencia no es la que se esperaba. Se deja notar el cierre de once años, que ha dispersado a la feligresía”

Como sucede con algunas hermandades que gracias a ellas se mantienen en pie templos históricos.

En ese sentido no cabe duda de la labor que hacen, además de llevar a cabo sus fines espirituales, cumpliendo con el compromiso de mantener abiertas esas iglesias.

Acoge cuatro hermandades en la iglesia. ¿Se han involucrado y comprometido lo suficiente con Santiago?

Las hermandades no están muy boyantes que digamos. Ahora estoy intentando de concienciarlas para que colaboren con los gastos de la parroquia. Solo eso. Algunos hicieron algunas aportaciones puntuales y todo queda ahí. Da la sensación como de que la obra se hubiese pagado. Nada más lejos de la realidad.

¿Qué queda?

Pues un millón y pico más o menos, a razón de 11.000 euros al mes. Ciertamente no han hecho una aportación destacada, aunque en lo espiritual sí hay una gran aportación, que hay que tenerlo en cuenta. Insisto, ahora intento meter en sus conciencias la necesidad de colaborar, al menos en los gastos de la parroquia. Aquí se paga luz, agua, limpieza...

¿Responden?

Siempre cuesta trabajillo pero creo que son capaces de hacer un esfuerzo. Al final son conscientes de que hay una serie de gastos de los cuales nos beneficiamos todos. Parece que está ahí uno presionando pero hasta ahora no ha habido respuesta. Confío en llegar a un acuerdo que no nos asfixie, según las posibilidades de cada una de las cofradías.

Diego Moreno posando entre las columnas de Bertemati. Diego Moreno posando entre las columnas de Bertemati.

Diego Moreno posando entre las columnas de Bertemati. / Pascual

Cuatro hermandades y siete como director espiritual, ¿es difícil de llevar?

Si todos colaboramos no es difícil. Son siete las hermandades de las que soy director espiritual, con lo cual no doy para todo. Voy colaborando con lo puedo, suelo asistir a los cabildos más importantes. No es fácil, son muchas.

Pero es consciente de la importancia del director espiritual y del papel que juega. Vamos, que es el que 'manda'.

Sí, entre comillas. Es cierto, aún así intentamos compaginarnos de la mejor manera. Ellos lo comprenden. Si nos echamos una mano entre todos los conseguimos. Hasta ahora no he tenido problemas. Tengo buen armonía con todas.

Seguramente el hueso más duro para usted está siendo el del Prendimiento.

Son cosas que pasan hasta en las mejores familias, dicen. Nos hemos encontrado con esa situación y estamos intentando solucionarlo de la mejor manera posible, que no es nada fácil.

"Confío en que la nueva junta armonice la hermandad con una tarea básica por delante: el trabajo interno”

El proceso electoral está abierto...

Estamos pendientes de convocar el tercer cabildo de elecciones que solo depende de mí. Por cuestiones personales he estado demorando la fecha. La convocatoria será muy en breve. Hace algunos días hablé con los candidatos y les informé de mi idea de que todo quede resuelto ya mismo para que de tiempo a organizar cultos y la Semana Santa. Es mejor que haya una junta.

¿Se normalizará la vida de la cofradía?

Eso espero. Confío en que la junta que salga sea capaz de armonizar el funcionamiento de la hermandad en el día a día. He hecho lo que he podido. Espero que la junta que entre sea consciente de la tarea que tiene: una tarea interna.

¿Fundamental esa tarea para la supervivencia de la cofradía?

Claro evidentemente. Hay cosas que no entiendo y no quiero entrar mucho en el tema. No entiendo cómo se puede llegar los extremos que se han llegado. No he entrado en ese juego de ir a los medios para convertir esto en un espectáculo mediático o un culebrón. No beneficia para nada a la hermandad. Los trapos sucios hay que lavarlos dentro. Debe de tenerse un conciencia de pertenencia a la Iglesia. Si eso no está claro, mejor apaga y vámonos. Ese principio debe estar claro. Y al igual que yo, debemos obediencia al obispo y sobre todo cuando hacemos un juramento. Ese juramento me lo llevo cada vez que nos reunimos para recordar lo que significa esa obediencia que se debe a la Iglesia. Eso debe estar claro pero después se montan unos 'pollos' que te llevan a preguntarte dónde estamos, esto qué es, ¿una hermandad?... Tengo la esperanza de que la junta que sea elegida cumpla y siempre estaré a su servicio y ayudarles en todo lo que pueda. Sobre todo que sea capaz de aunar, que todos trabajen por la hermandad que una y no separe.

"No he entrado en el juego de ir a los medios y convertir esto en un culebrón. No beneficia para nada”

¿En general, qué debe pasar si después de tanto episodio nunca llega la armonía?

Lo tienen complicado. Si no hay una vida de hermandad no tiene sentido. No sé, la última palabra la tiene el obispo. Si no se consigue tendrá que tomar una determinación con su Consejo.

¿Por qué está tan presente la envidia y la ambición en el fondo de los males de ciertas cofradías?

Pues la verdad es que no lo entiendo. Si uno aspira a ser hermano mayor porque va a tener unas retribuciones o coger el martillo porque le va a proporcionar algún beneficio... no lo comprendo. Esto lo hacemos por amor al arte, por devoción, por la hermandad. Entonces me pregunto ¿por qué lo hacemos? Si es verdad que la envidia, la avaricia, todo eso corroe el corazón del ser humano y como tales somos débiles. Tendemos a ambicionar cosas que en la Iglesia están de más. Aquí estamos en esa lucha por el cargo. Soy testigo de cómo la gente se mueve para ser elegido o para coger el martillo. Uno que quiere ser mayordomo, otros que no se cuanto... Y empiezan a negociar como los políticos. Esto se nos va de las manos. No tenemos la humildad suficiente para presentarse y optar simplemente. Siempre he abogado porque hubiera una candidatura y que se comprometa con prestar un servicio a la hermandad. Si lo tiene claro, que se presente. Pero no vas a servirte de la hermandad, ahí sí que nos equivocamos. También están los de afuera que quieren manejar a la hermandad: “vamos a poner a fulanito y desde fuera voy manejando los hilos”.

"Estamos en la lucha para ser elegido o para coger un martillo... y negocian como políticos. Se nos va de las manos”

¿En El Prendimiento ha sido imposible una única candidatura?

Se intentó pero no ha sido posible. He dejado pasar algún tiempo y tampoco. No puedo obligarlos.

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