El tañido de campanas y los acordes del himno nacional interpretado por la Banda Municipal de Música anuncian el traslado del Pendón, insignia cuyo uso concedió Alfonso X El Sabio tras la reconquista de la ciudad el 9 de octubre de 1264. El acto solemne y simbólico discurre sin pena ni gloria por la plaza de La Asunción, que parte de los miembros de la Corporación recorren desde el Cabildo Viejo hasta la iglesia de San Dionisio en presencia de una veintena de personas, entre ellas algún turista que se topa sin querer con el ritual, para poner el Pendón bajo la custodia del patrón.
Como mandan los cánones, el concejal más joven, el socialista Jesús Alba, escolta el estandarte al frente de la comitiva que integran la alcaldesa, Mamen Sánchez, junto a los ediles del PSOE, PP y Ciudadanos, no así los de Adelante Jerez y Ganemos Jerez, que un año más se ausentan del acto que rinde tributo a los orígenes de la ciudad en el Día del Patrón, como recordó el obispo de la Diócesis, José Mazuelos, quien expresó su deseo de que la celebración se mantenga durante siglos en señal de la libertad y la igualdad a las que representa el Pendón y de las que disfruta la ciudad.
El acto litúrgico presidido por San Dionisio Aeropagita congrega en el interior del templo a las autoridades civiles y religiosas, representantes de las Fuerzas de Seguridad, miembros de la Real Academia de San Dionisio, feligreses y devotos del santo, a los que el deán de la Catedral, Antonio López, saluda con un breve recordatorio del origen de esta celebración.
En su repaso a la historia, López recuerda que el Pendón real cedido por Alfonso X El Sabio para la defensa de la ciudad luce como armas las olas del mar, los castillos y leones, símbolo de la constancia, la fortaleza y la bravura de los jerezanos, a las que tras la victoria de Jerez junto a Lorca en la batalla del Salado se incorporaron las alas, llamados por el vulgo ‘Rabo de Gallo’.
Puede que el pendón utilizado hasta 1991 fuera el auténtico ‘Rabo de Gallo’ ganado en la batalla del Salado, que anda perdido y extraviado, y que esperemos aparezca en algún lugar para regocijo de todos por lo que representa esta histórica reliquia”, dijo el clérigo, no sin puntualizar que el nuevo pendón goza de todos los privilegios concedidos por reyes y papas a la ciudad.
El deán elevó sus ruegos a Dios y a San Dionisio para que velen por el bien común de la sociedad jerezana e inspiren a los gobernantes locales en su mandato para que sea próspero “en la búsqueda de la justicia, la igualdad y la libertad que el pueblo les ha confiado”.
Tampoco se olvidó de pedir por los problemas que aflijen a la ciudad, entre ellos el ‘Brexit’ o los nuevos aranceles de EEUU a los productos de la tierra, el desempleo, el paro juvenil y su educación, la falta de vivienda y la baja natalidad que contrasta con el cierre de las fronteras a los inmigrantes.
Tras el canto del Tedeum a cargo de la Coral de San Dionisio Aeropagita, el obispo diocesano tomó la palabra para incidir en el alegato a la libertad y la igualdad que representan el Pendón y el acto conmemorativo de su traslado.
“Hoy le doy gracia a Dios por este Pendón y le doy gracias a Jerez y al Ayuntamiento por mantener estas raíces; no hay que tener miedo por conservar estas raíces que muchas veces no se ven y parece que no son importantes, pero que son fundamentales para que el árbol pueda dar buen fruto”.
El prelado hizo extensivo su mensaje a los no creyentes, que “tampoco tienen que tener miedo, porque hay una parte del camino de la humanidad donde todos nos damos la mano sin importar la fe, porque lo que importa es el hombre”, dijo Mazuelos, quien invitó a los jerezanos a encontrarnos todos en ese Pendón para seguir creciendo en la búsqueda del bien común ante los retos difíciles que tenemos por delante” y entre los que citó la próxima cita electoral.
Por este motivo, el obispo mostró su confianza en que “celebremos el pendón muchos siglos, porque eso significa que hay camino de libertad y de igualdad en nuestra sociedad”.
La coral cerró el acto litúrgico con el canto del himno de San Dionisio mientras que los miembros de la Corporación, con el Pendón al frente, emprendían el camino de vuelta al Cabildo Viejo.
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