Jerez

"Ese dique es una bomba"

  • Los vecinos de El Portal temen que el muro de contención del Guadalete que se construye en la actualidad ponga en riesgo la barriada · Diego Almodóvar insiste en que "hay que dragar el cauce"

Las obras del azud móvil del río Guadalete a su paso por la barriada rural de El Portal eran ansiadas tanto por los agricultores de la Costa Noroeste, Monte Algaida y Doña Blanca -a los que desde allí se remite el agua necesaria para sus zonas regables a través de una estación de bombeo- como por los propios vecinos, que veían en dicho dispositivo el fin de las enormes preocupaciones que padecían en cuanto llovía con fuerza. Las graves inundaciones que se padecieron en 1996 no se olvidan fácilmente en la barriada, que recuerda cuando los momentos de lluvia más intensa coincidieron con un desembalse en el contraembalse de Arcos y, para colmo, con la marea alta en El Puerto de Santa María, lo que impidió que el río desaguara a la altura de las playas de La Puntilla y Valdelagrana.

El azud móvil tiene una doble cara, una de las cuales preocupa a los vecinos. Las obras del mismo van acompañadas por un muro de contención que discurrirá desde el azud hasta el puente de Cartuja. Dicho muro se ha erigido en una fuente de preocupación. No en vano, se tratará de un dique de casi cinco metros de altura (llegará a tener tanta altura como el puente que conecta El Portal con la carretera de Bolaños) que tendrá como principal función aguantar el agua en el cauce en caso de riada o crecida.

Diego Almodóvar, que fue delegado de Alcaldía de El Portal hasta el pasado mes de diciembre tras decidir no presentarse a la reelección, sigue siendo sin embargo el presidente de la asociación de vecinos de esta barriada rural y reconoce dicho muro de contención como un verdadero peligro. "Ese dique es una bomba", señaló ayer a este medio en la barriada con gesto serio.

El presidente vecinal es contundente cuando muestra el miedo que le genera dicho muro de contención, el cual consiste, básicamente, en un montículo de tierra de varios metros de altitud. "Ese dique -señala- puede padecer cualquier fisura en la tierra que, a su vez, puede provocar que el inmenso caudal que ahí dentro se vaya acumulando durante las riadas se desembalse en apenas unos pocos minutos en dirección a las zonas habitadas". Si tan gravísima circunstancia llegara a producirse no se trataría de una riada gradual, sino de una verdadera avalancha de agua. No en vano, el muro de contención llegaría a mantener el cauce del río Guadalete por encima del nivel del suelo.

Para Almodóvar, miembro en su niñez de una familia que vivía del río Guadalete, el verdadero problema del cauce radica en que apenas tiene fondo. No es la primera vez que lo denuncia, pero en esta ocasión lo reitera con preocupación. "El lugar que te puedes encontrar ahora mismo con mayor profundidad puede llegar, a lo sumo, a unos dos metros, cuando la media debería ser de seis o incluso de ocho metros de profundidad como tenía hace unos años".

El Guadalete es en la actualidad un río sin cauce, un cúmulo de toneladas y toneladas de cieno "que cuenta con partidarios incluso de que ni siquiera se menee", asegura el presidente vecinal. "Los ecologistas -apunta Diego Almodóvar- prefieren dejarlo así, tal y como está, porque temen que todo el veneno que se concentra ahí desde hace años dentro pueda provocar nuevamente daños ambientales al río, que bastante castigado está ya". Pese a todo ello, Diego Almodóvar es claro al asegurar que si se desea recuperar el río "hay que darle fondo nuevamente".

De otro lado, cabe destacar que el dragado que solicitan los vecinos de El Portal no encuentra muchos partidarios tampoco entre los técnicos especializados. Incluso cuando el río Guadalete era responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (antes de pasar a la Agencia Andaluza del Agua), desde este organismo se señalaba que dragar el río "era una pérdida de dinero" ya que en poco tiempo volvería a llenarse de cieno arrastrado por la corriente desde el curso alto.

Por otra parte, cabe destacar que hace ya tres meses que se reanudaron las obras de construcción del azud móvil de El Portal, la infraestructura que impedirá que el agua salada que sube cauce arriba cuando hace lo propio la marea, llegue hasta el mismísimo puente de Cartuja, el lugar más alto del cauce donde se tiene constancia de que llegó la marea de El Puerto de Santa María.

La función del azud es frenar el agua salada y permitir que, desde la parte alta, se pueda seguir bombeando agua dulce a los regantes de Doña Blanca, Monte Algaida y los de la ya referida Costa Noroeste de la provincia (donde ubican las localidades de Sanlúcar, Rota y Chipiona).

Desde que se retomaron las obras (que estuvieron paradas desde mayo de 2005 hasta el pasado mes de octubre) una flota de camiones no cesa de transportar la tierra y la arena que van sacando del cauce del río, donde se está desecando temporalmente una zona para que las obras del azud como tales puedan dar inicio. El movimiento de tierras -en el que participan una docena de camiones- es incesante, al igual que el trabajo de las bombas que tanto de noche como de día captan agua de la parte alta del azud para remitirla a la parte baja.

En la actualidad, los 8,5 millones de euros en que se presupuestó la obra en 2004 (más otros tres millones para obras complementarias) se han visto incrementados en un 20 por ciento, por lo que el importe de los trabajos rozará en conjunto los 15 millones de euros (más de 2.500 millones de las antiguas pesetas). El encarecimiento del proyecto ha radicado, en buena parte, en que el volumen de tierras que se contemplaba en el proyecto del Partido Popular era inferior al que finalmente calcularon los servicios técnicos del Gobierno socialista.

Cabe destacar que en los tres millones de euros presupuestados para obras complementarias se contempla precisamente la construcción del referido muro de contención (motas de protección) así como de una serie de estaciones elevadoras que devolverán al cauce del río las aguas salientes. El muro de contención tendrá cinco kilómetros de longitud y su principal misión será proteger las localidades que se ubican en el cauce bajo del río, especialmente La Corta, El Portal y El Portalillo.

Las obras del azud, si se mantienen los plazos contemplados en el proyecto, podría ser una realidad en los primeros meses de 2010.

Mientras tanto, las obras (a diferencia de las de la duplicación de la vía del tren) no han supuesto una fuente de ingresos para los vecinos del pueblo. El presidente vecinal señala a este respecto que tan sólo hay un vecino de la barriada rural trabajando en las obras, donde apenas se dan cita a diario media docena de personas operando con retroexcavadoras.

De otro lado, cabe destacar que las obras están pendientes en todo momento de la meteorología, ya que el desarrollo de las mismas hace necesario un nivel de agua bajo en el cauce del río. En caso de varios días de precipitaciones las obras quedarían aplazadas hasta que el río desaguara.

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