Jerez

Un ejemplo de superación en el país de los petrodólares

  • La aventura de un joven jerezano de 18 años que, tras realizar un curso de inserción laboral en una escuela taller, ha acabado trabajando en los Emiratos Árabes Unidos

Hace 52 años, la ciudad de Abu Dhabi, en el Golfo Pérsico, era una pequeña población de 46.000 habitantes situada en medio del desierto. Contaba con tan solo cuatro doctores y cinco escuelas. Pero eso cambió cuando en 1958 exploradores británicos descubrieron que en la zona se encontraba la quinta reserva de petróleo del planeta, el 90% situado justo debajo de la ciudad.

Hoy día, la capital de los Emiratos Árabes Unidos cuenta con 420.000 habitantes y es una de las ciudades más modernas, ricas y caras del planeta. Los grandes jeques lo hacen todo a golpe de petrodólar: hoteles, edificios de oficinas, de ocio, puertos... Eso por no hablar de que en sus calles es muy fácil poder encontrar los últimos modelos de Ferrari, Porsche, Mercedes o Lamborghini. Y aunque los preceptos del Islam siguen siendo un corsé para según qué cosas, cada vez es más común que grandes eventos de masas se instalen en la zona, como por ejemplo el pasado mundial de clubes que ganó el Barcelona. Es, en definitiva, otro mundo al que muy pocos pueden acceder. Es por eso mismo por lo que destaca sobremanera la aventura de nuestro protagonista.

Al jerezano Rubén Mancilla Soto no se le daban bien los estudios. A eso hay que añadir que se aburría soberanamente cuando se ponía delante de un libro. Se sacó con dificultad el graduado y después de eso decidió dejar de estudiar. La cuestión es que tampoco encontraba un oficio con el que poder ganarse la vida. Contaba con 16 años y como se suele decir, no encontraba su lugar en el mundo.

Así estaba cuando oyó hablar de los programas de formación y empleo promovidos por la delegación municipal de Fomento y que llevan a cabo diferentes entidades privadas en colaboración con la Consejería de Empleo para insertar laboralmente a jóvenes de entre 16 y 25 años.

Tenía claro que le gustaban los caballos -aunque tampoco es que hubiera tenido mucho contacto con ellos-, así que decidió apuntarse a uno de auxiliar de equitación dentro de la escuela taller San Antón. Con una duración de dos años, en él aprendería todo lo relacionado con el cuidado de los equinos, nociones de equitación, realizar terapias ecuestres con chicos discapacitados y en definitiva, el trabajo a realizar en una cuadra.

Las prácticas del curso se realizaban en el Centro Integral de Enseñanzas Hípicas 'El Juncal'. A Rubén al principio le costó adaptarse al día a día. "En realidad, cuando entré no sabía lo que me esperaba, pero a medida que iba aprendiendo de mis profesores allí en 'El Juncal', me iba dando cuenta que me gustaba mi trabajo y que cada vez que aprendía algo nuevo, más me gustaba", afirma Rubén.

La cuestión es que tras dos años de curso, Rubén se convirtió en uno de los alumnos más destacados de su promoción ya que era el que más interés y responsabilidad le ponía a lo que hacía. Eso no pasó desapercibido en 'El Juncal', por lo que antes de finalizar el curso el pasado 11 de diciembre le ofrecieron empleo.

Fue entonces cuando se le presentó la gran oportunidad de su vida. Ya durante el curso, Rubén hizo grandes migas con uno de sus monitores, Gonzalo Marqués. Gonzalo, que tiene vínculos laborales con grandes jeques de los Emiratos, a los que suministra caballos de pura raza española -"les encantan los españoles, los portugueses y los árabes", señala- le informó que uno de sus clientes en ese país necesitaba una última persona para completar un equipo que durante seis meses se desplazaría a Abu Dhabi para domar los caballos de uno de sus más importantes jeques. Su función sería la de responsable de cuadra. "Recomendé a Rubén porque lo vi el más responsable y adecuado para este trabajo, porque tienes que tener la cabeza muy amueblada ya que allí se gana mucho dinero, pero por eso mismo es también muy fácil gastarlo", comenta Gonzalo.

Así que una vez se lo comunicó a Rubén, este no lo dudó ni un momento. "Era la oportunidad de mi vida de tener un buen empleo, de conocer mundo y al mismo tiempo de crecer profesionalmente. Estos seis meses aquí van a ser una experiencia inolvidable", señala el joven jerezano.

Así, de no salir casi ni de Jerez, emprendió una aventura de 6.000 kilómetros a un país totalmente diferente al nuestro. En este viaje le acompañan dos compañeros más de Jerez, Manolo y Loreto, que se encargan de la monta y de los espectáculos que ofrecen en Abu Dhabi.

Su vida allí es de ensueño. Vive en un hotel con todos los gastos pagados, tiene un chófer a su disposición y un sueldo que al 95% de los españoles ya le gustaría tener. El idioma tampoco es un problema, porque aunque no sabe inglés, sus dos compañeros lo hablan con fluidez, aunque Rubén señala que poco a poco ya lo va chapurreando. Cuando vuelva a Jerez dentro de cuatro meses sabe que en El Juncal lo estarán esperando. Es el sueño americano trasladado a los Emiratos Árabes. Es el ejemplo de que con voluntad y trabajo, todo es posible.

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