Jerez

“Pude sentir el miedo de la gente, pero sacó lo mejor de las personas”

  • Lucía Navarro es la primera mujer positivo en Covid-19 en parir en Andalucía

  • Desde el hospital avanzan que han cambiado protocolos tras la crisis: “La accesibilidad es fundamental”

Lucía Navarro con su hija Julia.

Lucía Navarro con su hija Julia.

Lucía Navarro dio positivo en Covid-19 el mismo día que se decretó el estado de alarma. 24 horas después nació su hija Julia en el hospital de Jerez, convirtiéndose en la primera mujer positivo en coronavirus en parir en Andalucía. “Fue todo muy rápido. Entonces no había mucha información que perjudicara a embarazas, así que estaba más preocupada por infectar a familiares de riesgo o al equipo que me atendiera en el hospital, que de nosotras”, declara la jerezana.

A pesar de que las noticias informaban de una situación crítica en los hospitales por los ingresos y los fallecimientos, Navarro dice que “sabía que en Jerez la situación era diferente. Mi caso era el primero de Andalucía, por lo tanto era novedad para todos. Aún así me sentí muy bien atendida desde el día anterior a la intervención –fue una cesárea–. No obstante, también pude sentir el miedo de la gente. Siempre se ha dicho que el miedo saca lo mejor y lo peor de las personas, lo cual es entendible dada la situación. Yo afortunadamente obtuve más de lo primero”.

Nunca se sabe cómo será un parto, pero para Lucía fue “una gran decepción” tener una cesárea, aunque lo peor fue el después de la intervención: “Viví una situación dramática, pues es antinatural que te separen de tu hija al nacer y no la conozcas hasta la semana. Estar sola en una habitación aislada y dolorida no acompaña, a eso se sumaba que mi madre cada día estaba peor (también por Covid-19)”.

“Pero siempre pensaba que había gente en situaciones más difíciles que la mía y sabía que la niña estaba bien atendida y era negativo. Así que, sólo tenía que pasar el tiempo y esperar a ese final feliz que tanto ansiaba, el reencuentro con Julia y como broche, la recuperación de mi madre. Entonces el protocolo no recomendaba la lactancia, y era algo que me pesaba de todo esto, pero, milagrosamente, la naturaleza venció a la química y comencé con la lactancia, que aún mantengo y espero que le proporcionen defensas ante este bicho indeseable”, subraya la madre.

Julia ha sido la protagonista de uno de los 469 partos que ha habido en el hospital de Jerez, desde el 1 de marzo al 31 de mayo. Desde el centro, la supervisora de Ginecología, Elena Rozadillas, recuerda que “nos cogió sabiendo poco. Todo lo dirige la unidad de Infecciones y nuestro objetivo desde el principio fue convertirnos en una burbuja, tanto para las madres como para los niños. Todo lo que se refería a madre y niños debía estar lo más aislado posible”.

Lo consiguieron. La labor incansable del personal del hospital de Jerez convirtió esa parte del centro en una fortaleza, en la que los niños seguían pintando dibujos. “Nos blindamos. Todo el tiempo estábamos informando al personal, a los pacientes, tranquilizándolos. Notábamos que la gente sentía inseguridad y miedo a lo que se podía encontrar. Las madres venían a parir en una situación muy difícil”, subraya Rozadillas.

Las unidades del Materno-Infantil se tuvieron que trasladar a una planta más pequeña. “No teníamos habitaciones individuales, pero intentamos primero ocupar una cama en cada habitación. Sólo podía entrar un acompañante, no ha habido visitas, todo el mundo venía con su mascarilla o se la dábamos nosotros, manteníamos la distancia de seguridad con los acompañantes… Todos se han comportado extraordinariamente”.

Rozadillas recuerda muy bien el parto de Lucía Navarro, “nuestra primera mamá Covid”. “Fue muy emotivo, intentamos hacerlo lo mejor posible. Era la primera vez que nos poníamos los equipos EPI, y grabábamos a ese bebé que estaba en Neonatología para enseñárselo a su madre, que estaba en una habitación aislada. Todo el mundo que llegaba preguntaba por ellos… Los protocolos se han ido modificando según las recomendaciones que nos iban dando y los momentos con esas madres Covid los hemos vivido muy intensamente”, relata la profesional.

Durante esta pandemia el hospital ha trabajado para que los bebés salieran con todas las pruebas hechas y así evitar que tuvieran que acudir a los pocos días de nacer a un centro de salud. La supervisora de Ginecología remarca que “hemos intentado todos los días animarnos, porque también hemos tenido bajones… Neonatal, Pediatría, Tocología…, hemos intentado estar ahí como una piña y la verdad es que la dirección de Enfermería chapó”. “Nos hemos dado cuenta de lo importante que es nuestro trabajo, de todo lo que podemos hacer y lo que podemos transmitir. Preguntábamos a las madres qué querían que hiciéramos por ellas, qué necesitaban, hemos dejado nuestros teléfonos para emergencias, para dudas… Habremos fallado en cosas, pero hemos intentando todo para hacerlo lo mejor”, insiste la sanitaria.

A raíz de esta crisis, las unidades del Materno-Infantil “hemos aprendido que el contacto, la amabilidad es súper importante, ya no sólo la realización de técnicas. Sentir que confortas a una persona, tranquilizarla en los momentos de miedo y preguntar en qué podemos ayudar, decir que ante cualquier duda ahí estábamos, la accesibilidad… Todas esas cosas lo hemos hablado y nos hemos dado cuenta de lo importantísimo que es. De hecho vamos a cambiar algunas cosillas, protocolos, queremos hacer una escuela de madres, hacer más cosas en la lactancia materna, cuidados…”.

Asimismo, ponen en valor “lo importante que es la comunicación entre el hospital y Atención Primaria, ha sido fundamental”. Por último, Rozadillas lanza un mensaje de parte del equipo de Materno-Infantil a todas las madres y a todos los niños: “Gracias. Han entendido esta situación, nos han atendido a nosotros, ha sido algo muy satisfactorio ver cómo nos han apoyado. Nos han traído hasta mascarillas, bizcochos, regalos, dibujos… Ha sido muy emotivo”.

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