ENTREVISTA | GEMMA GARCÍA BERMÚDEZ, PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN DE MUJERES EMPRESARIAS Y PROFESIONALES DE LA PROVINCIA DE CÁDIZ (AMEP)

"La evolución es femenina"

  • Reelegida en el cargo para los próximos cuatro años, la empresaria jerezana considera que las mujeres “se atreven más que los hombres a entrar en zonas que tenían vetadas”

  • Anuncia nuevos proyectos con la Diputación y la Zona Franca

Gemma García Bermúdez.

Gemma García Bermúdez. / Miguel Ángel González

Hace poco más de un mes que fue reelegida por unanimidad en el cargo de presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales de la Provincia de Cádiz (AMEP). Jerezana, propietaria de la Clínica Atenea Salud en su ciudad natal, lidera una entidad con socias de sectores muy heterogéneos: pequeño comercio, sector sanitario, administradoras de fincas, empresas de marketing comercial, ganaderas y agricultoras. Y prevalecen el turístico, la hostelería, la construcción, las asesorías, la administración y la formación (academias). La AMEP cuenta hoy con 125 socias con una edad que va de los 35 a los 70 años.

-¿Por qué decidió presentarse a la reelección del cargo?

-Porque veía que teníamos que tener una continuidad con el proyecto, que quedaban cosas por hacer. Hay muchas etapas que cubrir todavía en la asociación y necesitaba continuar para ponerlo todo en marcha. Soy partidaria de seguir cuatro más y luego ya decidiremos. Además, en un momento tan complicado pensé que teniendo un recorrido hecho, sería más fácil ponerse en marcha y continuar, en lugar de dar la opción a que alguien nuevo se presentase. No me lo pensé, había que buscar una solución al problema antes que recular y dejarle el problema a otro.

-¿Qué destacaría de sus cuatro años al frente de la AMEP, sus principales logros?

-Se han realizado proyectos, se han realizado actuaciones, con un equipo muy consolidado al que le apetece mucho trabajar por y para las empresarias de la provincia. Destacaría las relaciones con otros organismos, la participación social y ver cómo el tejido asociativo femenino se va potenciando. Es ilusionante ver que se crean más empresas y que hay soluciones para ellas. Las cosas van cambiando, poquito a poco, pero van cambiando.

-¿Cuáles son los nuevos proyectos a los que se refirió cuando renovó en el cargo?

-Hemos establecido un convenio con la Diputación Provincial para realizar acciones concretas cada año y el de este año es un mentoring, un asesoramiento, que siempre hemos querido realizar. Nos interesa mucho. Llevamos un par de años colaborando con Cruz Roja en la reinserción de mujeres en exclusión social por diferentes motivos y es interesante facilitarles el camino en la vida a esas personas. Es muy gratificante. En ese sentido tenemos dos grandes proyectos muy interesantes. También queremos retomar un proyecto con la Zona Franca para visualizar a mujeres empresarias empoderadas y hacerlas visibles.

-¿Cuáles son las principales consultas o problemas que le llegan estos días de las empresarias y profesionales de la provincia?

-La máxima dificultad es que como nos hemos tenido que adaptar de la noche a la mañana a una vida digital, ha habido muchas consultas de cómo adaptar las empresas, la venta online, atender a clientes por plataformas, las reuniones telemáticas... Se han ido dando soluciones. Con toda la incertidumbre de los ERTE, los autónomos, los impuestos... Nos hemos dedicado a pasar toda la información actualizada en nuestras manos, emitiendo boletines diarios durante el confinamiento con las novedades que se producían sobre documentación, la nueva modalidad fiscal... Eso ha sido lo más demandado y los resultados han sido positivos. Nos han dicho muchas asociadas que les hemos ayudado mucho a estar al día. Se trata de informar, informar, informar.

-¿Siguen encontrándose con prejuicios o discriminaciones las mujeres empresarias?

-Siguen vigentes. En menor medida, está claro. Hay mucha más igualdad pero todavía no existe la igualdad plena. Un ejemplo de ello es una campaña de una entidad bancaria en la que se dice “seguimos avanzando por ti” y la foto es de una mujer “para que puedas seguir realizando tus compras”, y al mismo tiempo “ponemos las herramientas para que tu trabajo continúe” y la foto es un señor en un despacho. No hemos avanzado en ese aspecto, con campañas así seguimos viendo que hay una barrera difícil de superar. En otros ámbitos sí, pero todavía quedan señales y la apariencia de cosas que te impactan. Hay movimiento y renovación, pero aún faltan cosas por hacer.

Gemma García Bermúdez, esta semana en un parque de Jerez. Gemma García Bermúdez, esta semana en un parque de Jerez.

Gemma García Bermúdez, esta semana en un parque de Jerez. / Miguel Ángel González

-Diga algunos ejemplos reales que rompan estereotipos de que hay empresas u oficios para sólo para mujeres.

-Desde un cuidador familiar, en la atención a domicilio, que es cien por cien mujeres, con un mínimo papel de hombres que creen empresas o trabajen en ese perfil. En la enseñanza también existe ese desnivel. En temas de ropa, textil, donde todo está muy encajonado en que tiene que ser una mujer, o temas de estética, belleza... Hay excepciones, pero parece que se clasifica. O en las academias de enseñanza, donde casi siempre hay una mujer. Hay muchas profesiones masculinizadas, como los talleres, las empresas de vehículos o de construcción. La mujer parece entrar en el mundo del hombre pero no al revés. Creo que hay empresas en las que las mujeres nos animamos más. Como ejemplo de lo que es necesario pondría el nuevo proyecto de 'mentoring' con la Diputación, que está destinado al acompañamiento de los procesos de creación de empresas. Un proceso bilateral, para mujeres emprendedoras y experimentadas. El título que le hemos puesto es “La evolución es femenina”, un juego de palabras para decir que es tiempo de evolucionar, de que la evolución es un valor que podemos ligar al hecho de ser mujer. La evolución no es sólo un cambio, sino una progresión y, por tanto, la evolución es femenina y podemos hacerla nuestra. La mujer se atreve más a evolucionar y entrar en zonas que tenía vetadas, pero el hombre no es capaz de decir “me meto ahí también”.

-¿Y en el mundo rural?

-En el mundo rural está habiendo mucho cambio. Antiguamente la herencia era para el hijo varón y si había mujer se la apartaba de la herencia. Debido a la desertización de muchas zonas en las que es posible no existencia de varones, ha evolucionado favorablemente y muchas mujeres se están haciendo cargo del campo, para que no se vea parado. Hay cantidad de ganaderas, mujeres agrícolas que han dado el paso. Ahora, por ejemplo, tenemos a una socia que se encarga de la ganadería de empresa muy grande en La Janda junto con otras mujeres más. Necesitan un respaldo y nos dio mucha alegría cuando vinieron a buscarnos.

-También hay mujeres en su junta directiva que pertenecen al comercio tradicional. ¿Cómo ve la situación del comercio tradicional en las ciudades, como Jerez? ¿Qué soluciones propone a la marcha o cierres de empresas en cascos históricos?

-Es verdad que en el confinamiento nos hemos dado cuenta de que los pequeños comerciantes han tenido que cambiar sus técnicas y evolucionar. Ha existido una guerra con las grandes superficies hasta ahora y las pequeñas empresas han tenido que fomentar la venta a domicilio, el servicio a domicilio, la venta ‘online’. Las grandes ya lo tenían avanzado y sólo les faltaba que el consumidor lo ejecutara pero el pequeño comercio ha tenido que evolucionar rápidamente. Ejemplos como el servicio personalizado de reparto, una adaptación que se ha visto que es el camino a seguir por la pandemia. Eso sí, esto no ha sido favorable para todos y han tenido que cerrar muchos comercios. están a punto. ¿Soluciones? A nivel público, suavizar esas gestiones prorrogando plazos de pago de impuestos, más facilidades y otras oportunidades. Las empresas estaban listas en cuanto a impuestos y deberes con las administraciones a nivel de pagos, pero si no vendes, existe una gran dificultad. Por eso creo que habría que facilitar los fraccionamientos, que las administraciones públicas se den cuenta de ello, dando garantías, facilidades. Las grandes superficies tienen sus recursos propios y pueden solucionar sus problemas, tienen sus fondos para tiempos de crisis, pero el pequeño empresario no tiene un colchón tan grande. Eso genera cierre empresas, despidos y paro. Y un despido no se hace de forma caprichosa, sino por las circunstancias. No es nada agradable, porque deja familias en la ruina.

-Como propietaria de una clínica de salud, ¿cuáles son las mayores demandas que recibe en tiempos de crisis sanitaria?

-Como nos hemos movido muy poco estos meses y hemos estado limitados a espacios reducidos, aunque se supone que todos hemos ejercicio (ríe), a nivel óseo hemos estado mal y el teletrabajo también ha producido que la espalda y las piernas sufran mucho. Vienen demandado volver a activar su cuerpo, con hábitos y una monotonía durante dos meses en un espacio reducido. A nivel psicológico, que también lo tratamos en la clínica, están la fobia a salir, el llamado síndrome de la cabaña y gente con miedo. Todavía recibimos llamadas de personas que te cancelan el tratamiento no por tener el covid, sino por pánico y deciden autoconfinarse. Nos hemos tenido que adaptar las empresas sanitarias al efecto limpieza, triplicando o cuadruplicando las tareas, constantemente limpiando, todo en cosas de un solo uso, espaciando las citas... Hemos estado desbordadas porque nuestra salud también se ha visto afectada por ello. También está el tema de la nutrición: hemos engordado mucho y una de las demandas que tenemos es la de personas que necesitan volver a aprender a comer.

-¿Considera que la actuación de las diferentes administraciones en esta pandemia, que tanto afecta a las empresas, podría haber sido mejor?

-Todo es mejorable, considero que esto es algo nuevo para todos y sobre la marcha se ha ido improvisando. Hay cosas que se podían haber planeado de otra manera y ver cómo afectaban a diferentes sectores a nivel salud u organizativo. Esto ha habido que ir solucionándolo en el día a día pero a estas alturas ya existe una experiencia y en mi opinión las soluciones deberían ser más rápidas y eficaces.

-Haga un perfil de la mujer empresaria hoy en la provincia. Edad, estudios, familia…

-Haría dos perfiles: el de la mediana edad, joven entre 25 y 40 años, gente formada con cualificación suficiente, estudios, ideas muy claras y que enfocan su proyecto por la formación que han tenido. Y el segundo, personas formadas por la crisis anterior, cuando a partir de los 40 años muchas mujeres tuvieron que adaptarse y dijeron “tengo que montar algo para vivir” y lo poco que tenían lo usaron para crear empresas para poder subsistir. En ambos casos lo hacen por necesidad personal de hacerlo, con ilusión, con empresas que están llegando a muy buen puerto y están muy consolidadas. Creo que cuando la pandemia empiece a remitir, despertará otra vez ese perfil de crear algo para poder subsistir.

-¿Ha pensado alguna vez dedicarse a la política?

-Hasta ahí no voy a llegar, me gusta más la implicación social directa. Además, la política es lo que me faltaba: me echan de mi casa (ríe).

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