Jerez

La expansión cofrade del siglo XXI

  • En los últimos ocho años se han fundado más cofradías que en la segunda mitad del XX

La fuerza histórica de las cofradías a lo largo de los tiempos ha sido un determinante en distintos procesos de la vida de la Iglesia. Nunca se planteó la creación de las cofradías por antojo o por caprichos de los distintos episcopados que han conducido a la 'grey' cristiana en las diferentes archidiócesis. En este sentido, indicar que han formado parte importante de la evolución social y han ido de la mano de la Iglesia como una herramienta para ofrecer buenos frutos. Y no sólo de la propia Iglesia. También el poder político ha tenido un elemento importante en las cofradías para llevar a cabo sus fines. Lo narran los historiadores Francisco Antonio García Romero y Eugenio Vega Geán en alguna de sus publicaciones en las que se cuenta, por citar algún ejemplo, el interés del anterior régimen por el control de las corporaciones o, con la llegada de la democracia, más recientemente, el uso de las mismas en ayuntamientos para hacer política social.

Un repaso por la historia nos certifica y nos sitúa en el presente del comienzo de este siglo XXI en el que el episcopado del actual obispo, José Mazuelos Pérez, se ha perfilado con el que más fundaciones cuenta, a pesar de ser una etapa relativamente corta con diez años como pastor de esta muy antigua Diócesis de Asidonia-Jerez.

En las refundaciones de las cofradías los historiadores no se ponen de acuerdo

Las cofradías del medievo, cuyos certificados históricos los podemos encontrar en la antigua Veracruz -sin duda que la advocación más desarrollada por la incidencia del espíritu seráfico de la obra del Pobre de Asís- o la de San Bartolomé en el caso del Mayor Dolor, así como la fundación de San Antón -actual Humildad y Paciencia- se crean con motivo de una acción social y de caridad en una sociedad muy rudimentaria en la que los hermanos se aseguraban un enterramiento digno o un hospital al que acudir en caso de enfermedad. "Hasta el siglo XVIII, con la disolución de las corporaciones en el reinado de Carlos III, este es el principal fin de las cofradías. La acción social. Existían casos como el de las Angustias en la que ni siquiera podían salir no por falta de presupuesto. La cuestión era que la totalidad de los ingresos se destinaban a estos fines de caridad entre los hermanos", comenta Francisco Antonio García Romero.

Por otro lado, la existencia de cofradías como la del Santo Entierro o Nazareno eran fuertes devociones muy enraizadas en la sociedad en las que, como en el caso de las Cinco Llagas, nace con el fin de pedir lluvias en este tipo de sociedad tan rural en la que la falta de la misma traía consigo pobreza y epidemias. Además, habría que citar el aporte de las cofradías gremiales, que daban una identidad y una fortaleza social desde el punto de vista del tejido económico.

Con la llegada del siglo XVI, la Contrarreforma llevada a cabo por la Iglesia ante los postulados de Lutero, conduce a la eclosión del barroco y, por tanto, a la proliferación de las bases de las cofradías actuales, en las que se jura cada año defender los dogmas de la Iglesia, la Concepción de María y la devoción a determinadas imágenes. Son años de un importante desarrollo de cofradías en una estrategia llevada a cabo por la Iglesia con acierto.

Disoluciones

Los conflictivos siglos XVIII y XIX, determinan una serie de acontecimientos como las distintas desamortizaciones, así como gobiernos laicos que dañan mucho a las corporaciones penitenciales. Así estaríamos hasta la llegada del franquismo en la que se pretende recuperar toda la tradición católica no como un autocovencimiento del régimen, sino como una manera de controlar a la sociedad española. "Había tanto control que hasta los cabildos estaban supervisados por delegados dependientes de la gobernación civil", asegura García Romero.

Fue un tiempo destinado de un resurgimiento de refundaciones. Devociones perdidas que tomaban forma y que entroncaban en corporaciones que llevaban siglos disueltas. Unas refundaciones en las que los investigadores e historiadores no se ponen de acuerdo, pues "algo extinguido, no puede resucitar", aseguraba hace unos días en una charla el abogado y cofrade Alfonso Salido citando estudios como los del sacerdote Repetto Betes.

Con la llegada de la Transición, existe un parón como consecuencia del episcopado de Rafael Bellido Caro que rehusó de la utilización de las hermandades. En la infografía se aprecia cómo en su episcopado son tres cofradías. La refundada de Humildad y Paciencia junto con el Resucitado y, ya en el final de su labor como pastor de la Diócesis, la de la Clemencia.

Nuevo siglo

La llegada de Juan del Río Martín ofrece un cierto revulsivo. En los ocho años de su episcopado, cofradías como las del Consuelo, Soberano y Redención son erigidas por el prelado onubense.

A partir del episcopado de José Mazuelos Pérez comienzan una serie de fundaciones de cofradías en Jerez que supera, incluso, hasta el número de creaciones totales surgidas en la segunda parte del siglo XX. Bien es cierto que el dato no afecta sólo al obispo Mazuelos, pues ciertamente se encontró con un buen puñado de agrupaciones parroquiales erigidas por el actual arzobispo castrense y que vio determinante llevar a la erección de hermandades, con lo que su labor es una continuidad de Juan del Río. Pero la historia lo contempla como el prelado que más ha desarrollado la labor de las cofradías en distintos puntos de la ciudad.

La zona sur ahora contempla dos nuevas cofradías como son la Sed y la Salud de San Rafael y la parte norte ha sido toda una eclosión con Bondad y Misericordia, Salvación o la Misión Redentora algo más retirada de estas y situada más al oeste de Jerez.

Una serie de erecciones que han podido dejar mermadas otras corporaciones como las clásicas del centro que, ubicadas en zonas casi despobladas, se encuentran con ricos patrimonios pero con escaso número de hermanos. En este sentido, la política llevada a cabo en esta zona norte, ha podido tocar a la clásica cofradía del Santo Entierro o la misma de la Candelaria que ahora se encuentra con varias nuevas corporaciones cercanas. Ahora se pone sobre el tapete incluso la posibilidad de habilitar un día más de procesiones que curiosamente se ampliaría en las vísperas y no el anhelado Sábado Santo que tanto piden los cofrades jerezanos y que se perdió ya hace varias décadas al ser una jornada ciertamente incompatible con las procesiones. Pudo más el deseo de Rafael Bellido que la tradición de las procesiones en esta jornada. Y lo perdido, perdido está, con la consabida espantada de cofrades hasta la cercana Sevilla. Cita a la que se tiene cierta duda de que no se vaya a seguir desarrollando incluso en el hipotético caso de habilitar el Sábado Santo como día de cofradías en las calles jerezanas.

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