Los pastores de la campiña jerezana están “contra las cuerdas” por las restricciones de movimiento del ganado y la falta de alimento, que se ha visto agravada en la actual situación de sequía. Los ganaderos del sector, que rondan el medio centenar, piensan en abandonar la actividad, “tirar la toalla”, ante la imposibilidad de hacer frente a los costes del aporte alimentario necesario ante la falta de pastos para las 65.000 ovejas y cabras de la comarca de Jerez, situación desesperada que describen en una carta dirigida a la Junta de Andalucía para pedirle soluciones al problema.

El colectivo mantuvo el jueves una reunión con el nuevo delegado territorial de Agricultura, Daniel Sánchez, al que trasladaron la necesidad urgente de permitir el pastoreo de trashumancia o movimiento libre del ganado dentro de la provincia con independencia de que se estudien otras medidas que permitan paliar su difícil situación.

El portavoz de los ganaderos, Alfonso Parazuelo, señala en el escrito que el problema deriva de la implantación de nuevos sistemas de control del ganado por enfermedades como la lengua azul que, si bien repercuten en la sanidad de los animales, disparan los costes y limitan los movimientos “dentro incluso ya de la misma provincia”, hasta el punto de que “estamos pensando en abandonar la actividad por la imposibilidad de mantener al ganado a base de alimento comprado”.

“Los nuevos ganaderos han claudicado ya”, prosigue la carta, en la que piden la posibilidad de pastorear en otras comarcas de la provincia, “no siendo una solicitud que pueda esperar por motivos obvios de necesidad”.

Cabezas de ganado ovino pastan en un montículo junto al tramo elevado del tren en la zona norte.

Los ganaderos del sector llevan más de un año reivindicando la libertad de movimiento en la Oficina Comarcal Agraria (OCA) de la campiña de Jerez, sin que hasta la fecha hayan recibido respuesta de la Administración autonómica. Tras la reunión del jueves, dan un voto de confianza al delegado de Agricultura, que se ha comprometido a realizar las consultas pertinentes en la Consejería del ramo para buscar una solución al problema.

“Lo único que pedimos es una guía de trashumancia como había antes y no un código, como se exige ahora y requiere tener muchas tierras, que no es nuestro caso”, reclama Juan Pérez, uno de los pastores afectados.

En declaraciones a este medio, Pérez explica que la recuperación del sector del ladrillo está agravando el problema en Jerez, ya que en muchas de las parcelas que estaban vacías y por las que pastaba el ganado se vuelve a construir y, por tanto, hay menos alimento.

Según Pérez, en otras provincias como Huelva, Córdoba y la Sierra Norte de Sevilla, se han liberalizado cañadas reales que permiten el movimiento del ganado, cosa que no ocurre en la provincia de Cádiz, donde algunos ganaderos de la campiña han sido multados por el Seprona por mover el ganado a cañadas de Medina o El Puerto, en las que asegura que hay alimento de sobra para su cabaña de ovino y caprino y para la jerezana, “reconocida con la máxima categoría sanitaria”.

Además, este ganadero recuerda que el pastoreo evita el riesgo de incendios en la época estival por las quemas del exceso de forraje en los terrenos en los que pasta el ganado.