área de rehabilitación concertada Programa 2009-2014 entre Junta y Ayuntamiento

El 38% de familias del centro gana menos de 600 € al mes

  • El 10% de unidades familiares de la zona no alcanza los 300 € mensuales · El perfil medio del residente es mujer, de 39 años, casada y con trabajo remunerado

En contra de lo que pudiera pensarse, el éxodo a las barriadas periféricas y el envejecimiento gradual no significa necesariamente que el centro esté habitado exclusivamente por personas mayores. De hecho, el perfil más repetido en esta zona de la ciudad es el de mujer (52% del total) de 39 años de edad, que vive en familia mononuclear, casada, de bajo nivel cultural y sin estudios universitarios, con trabajo remunerado -24,9% frente al 20,3% sin remuneración- y con un nivel de renta de la unidad familiar que se mueve en una horquilla que oscila entre 300 y 599 euros al mes (38% del total). Además, los habitantes del centro histórico de la ciudad, en su mayoría, residen en una vivienda ubicada en casa patio sin transformación que, por lo general, presenta deficiencias arquitectónicas.

Pero si algo caracteriza al centro histórico jerezano es su disparidad en los perfiles poblacionales. Lo mismo hay un 14% de familias que viven con más de 1.200 euros al mes, que un 10% de unidades familiares que apenas alcanzan los 300 euros mensuales. La media de desempleados es del 13%, aunque en algunos puntos la tasa de paro se mueve de forma alarmante entre un 31,58% y 41,78%. Hay un 19,3% de población estudiante, pero en cambio hay sectores como San Mateo y San Lucas en los que sólo cuatro de cada cien jóvenes tiene estudios universitarios. Son los complejos contrastes de un núcleo tan importante de población como poco homogéneo en sus variables socioeconómicas.

A partir de 450 entrevistas con familias de la zona y asociaciones de vecinos, los técnicos de la Oficina del Área de Rehabilitación, en colaboración con los técnicos de Urbanismo, han culminado un denso estudio que analiza las variables sociales, urbanísticas y temporales de la zona, así como un pormenorizado plan con los criterios para acometer la revitalización y un programa de intervenciones concretas previstas para los seis próximos años.

Una apuesta plagada de obstáculos, pues a la degradación económica, física y medioambiental de la zona se suman, según el análisis, otros problemas como la baja formación y nivel cultural, las altas tasas de paro, la inseguridad ciudadana y el aislamiento funcional, reforzado por la existencia de una trama medieval de calles estrechas que limitan el acceso de tráfico rodado y del transporte público, además de carecer de bolsas de aparcamiento y suficientes equipamientos públicos.

En el caso de las 3.115 fincas que contempla un área de 204,09 hectáreas en las que viven 26.065 habitantes, el informe señala que las tipologías más representativas son: 30% de casas de patio (921); un 25% responde a viviendas plurifamiliares construidas especialmente en los años 50 y 60 del siglo pasado (783); y un 13% a casas burguesas (406).

En cuanto al estado de la edificación residencial, el análisis pone de manifiesto que el 54% de las fincas (1.455) permanece sin transformación alguna, mientras que el 26% y el 16% hace referencia a fincas de nueva planta y rehabilitadas (718 y 427), respectivamente. Sólo el 4% de las fincas (110) se encuentra abandonado o en ruina. Éstas serán las primeras en transformarse y dar paso a la vivienda protegida.

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