pedro carabante

"He sido más de fiestas, de reunión, ahí se canta con el corazón"

  • El ilustrador jerezano presenta este jueves en González Byass 'Diquelar', un recorrido fotográfico por casi 60 años de vivencias flamencas personales

Aquella Olympus-Pen S expuesta en el escaparate de Radio Hoces, en plena calle Larga, fue el germen de la afición de Pedro Carabante (Jerez, 1945), una afición, la fotografía, que ha sabido compaginar siempre con su otra gran pasión, el flamenco. Ahora, casi sesenta años después, el jerezano abre su amplio catálogo de instantáneas, recogidas a lo largo de varias décadas, y lo hace a través del libro 'Diquelar', que presentará el próximo jueves en Los Apóstoles de González Byass a partir de las 20.30 horas.

-Cuénteme exactamente por qué este 'Diquelar'...

-La raíz de todo está en la afición que he tenido siempre con el flamenco, y por supuesto con la fotografía, porque todos los que nos hemos dedicado a diseñar y a la publicidad, la fotografía era una herramienta más.

-¿Y por qué ahora?

-Simplemente, porque creo que era el momento de darlas a conocer, no quería que se quedasen ahí en un cajón.

-En total son más de ciento cuarenta fotografías. ¿Le ha costado mucho elegir?

-Sinceramente sí, más que nada porque las fotos que hice con mi primera cámara, la Olympus-Pen S, dividía el carrete de 35 en dos, y se ve mucho grano, sobre todo cuando la amplías. No obstante, hay algunas fotos que tienen esos granos, pero las he incluido porque tienen su historia.

-Antes era más difícil hacer fotos que ahora con tanta tecnología...

-A mí me gustaba más, igual que a la hora de revelar. Tú no sabías cómo te había salido hasta que no revelabas el carrete. Ahora lo tienes al instante. Por eso mismo dejé de llevarme la cámara a muchos sitios, porque al final no disfrutaba. Antes no era igual que ahora que hay cámaras que le das a un botón y hace veinte fotos, antes había que esperar el momento, seguir mentalmente el cante hasta esperar que el artista hiciera un desplante. Y ya se sabe o hacías eso o escuchabas, por eso decidí no llevármela más.

-Terremoto, Tío Juane, Sordera, Agujetas, Mairena...¿Hay alguien al que no ha fotografiado y le hubiera gustado hacerlo?

-Sí, a mucha gente. Ten en cuenta que en un principio iba a poner sólo a artistas antiguos, pero al final he decidido combinar a gente de este tiempo con figuras que han desaparecido. A mí personalmente me hubiera gustado fotografiar al Sernita, que era una fuera de serie, a Javier Molina.

-Entiendo que cada foto tiene su propia historia...

-Claro, unas más que otras, pero cada una tiene unas vivencias. Hay por ejemplo una del Sordera que la hice en casa de Tío Evaristo, un gitano carnicero de Algeciras, que venía mucho a la peña nuestra, a Los Cernícalos, con Pepe Vargas; otra que le hice en una viña ya de madrugada con José María Molero; una de El Mono, que está catalogado como festero pero que era un pedazo de cantaor, si no que escuchen el disco de Los Juncales; las de Terremoto en el Terraza Tempul o en la Peña del Garbanzo con Parrilla, una que está Manuel Moneo con su nieto, que es pura sensibilidad, o las de Rafael del Águila, al que tenía un aprecio extraordinario....

-A la hora de fotografiar a gente, imagino que unos serían más accesibles que otros...

-Mira, yo no soy fotógrafo ni , soy un aficionado que le ha gustado conservar estas cosas, pero lo principal para que una foto resulte en la expresión, es que tú tengas confianza con el que vas a fotografiar. En el momento en que se quita la barrera esa, es fácil todo. Las fotos que hay de Periquín, por ejemplo, son muy naturales, porque tengo una amistad, las de El Torta, igual.

-¿A cuál le guarda más cariño?

-A las que tengo con Tío Juane, al que quería muchísimo. Yo lo conocí en la peña y sinceramente, no quería ni que me cantara, sino que me hablara, me quedaba embobado escuchándole, porque tenía una cultura de la vida. Era analfabeto, pero no veas cómo hablaba, imagino que era algo parecido a lo que decía Lorca de Manuel Torre, que llevaba la cultura en la sangre.

-¿Se ha hecho usted muchos kilómetros con el flamenco?

-Uff, sí que me he hecho, yo he sido como los tortas del fútbol. Ahora, yo no iba a festivales, a mí me gusta la fiesta, ahí se canta con el corazón. De hecho, he querido cerrar el libro con una reunión, una de tantas en Los Cernícalos (en la que aparece Manuel Moneo y El Marsellés, entre otros) y con la que he disfrutado durante mi vida de aficionados. Yo no he escuchado a nadie cantar por seguiriyas como el Moneo, o a Rubichi, o a El Torta, eran artistas que disfrutaban con las reuniones.

-Para ir terminando, la idea es que el libro tenga un fin social...

-Sí, hemos querido que el donativo al que se va a vender, que será de 20 euros, se destine a una obra social, en este caso a Upace, que es una institución que necesita el apoyo.

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