Jerez

"No todos los flamencos sabemos cantar y bailar"

En enero de 2007, con los primeros síntomas de la crisis, esta mujer de cincuenta años, oriunda del barrio de Santiago, pone en marcha junto a una socia 'Blanca&Blanco Gestión Inmobiliaria'.

- ¿Cuál ha sido su trayectoria profesional?

- Yo empecé a trabajar en esto de la intermediación y de la parte comercial en el año 1986 en Madrid, donde desarrollé todo en el ámbito comercial. Primero en una empresa de seguros empecé de comercial, terminé de supervisora y luego me volví a Jerez y empecé con mi inmobiliaria. Y bueno, en plena crisis decidí montar una inmobiliaria. Montamos la sociedad en octubre, noviembre de 2006, y empezamos a trabajar en enero de 2007.

- ¿Cómo se le ocurrió montar una inmobiliaria?

- Porque a mí lo que me gusta es el mundo comercial. Entonces me planteé un día que si yo sabía vender seguros sabía vender cualquier cosa. Y bueno me he metido en el mundo de la inmobiliaria, y me decidí a montarla por mi cuenta y arriesgarme. Y, además, tampoco tenía mucha historia, con la formación académica que tengo y con la edad que tengo pues el acceso al mundo laboral iba a ser un poco complicado. Yo no quería engrosar las listas del paro, porque en mi vida he cobrado el paro y no lo voy a hacer ahora.

- ¿Cuál es su proyecto de futuro?

- El proyecto es, si sobrevivimos a esta crisis y cuando podamos, tener a empleados de la misma estructura nuestra. Empleados con riesgo de exclusión social, como las mujeres de minorías, de una determinada edad que tienen muy difícil el acceso al mundo laboral.

- ¿En qué barrios de Jerez ha estado viviendo?

- Yo nací en la calle Cantarería, y luego nos fuimos a vivir a la calle Juan de Torres, cerca del barrio de Santiago, porque mi padre no quería irse muy lejos de ese barrio, y luego estuve viviendo en Los Naranjos, que digamos son los pisos, la barriada que está más cerca del barrio de Santiago. Y ya luego cuando me fui a Madrid y volví a Jerez, estoy viviendo enfrente del Diario de Jerez. Pero, vamos, yo de la Rotonda de los Casinos para arriba.

- ¿Le ha costado mucho emprender sus proyectos por ser gitana?

- No, no he tenido dificultades. He tenido el apoyo de los bancos, que hoy siguen confiando en mí. No por ser de una determinada minoría he sentido la discriminación. Sí han estado pendiente de ver cómo funcionas, al principio. Una vez que te ven que eres seria trabajando, que lo sabes llevar, no he tenido problema. En Madrid quizá chocaba que llevara un maletín de ejecutiva y por el físico sí lo pareces, pero luego por la forma de vestir y por hablar sobre seguros y planes de rentabilidad como que no les cuadraba. Pero no he tenido grandes problemas.

- Como flamenca ¿hay que tener mucho arte a la hora de vender pisos?

- A la gente se la convence cuando tú le hablas las cosas de verdad. La credibilidad consiste en no engañar a nadie. Yo tengo la máxima de que lo que no quiero para mí, no lo quiero para nadie. Entonces no es cuestión de convencer, se convencen ellos solitos cuando tú vas por derecho. La necesidad está creada, no la tienes que crear. No todos los flamencos sabemos cantar y bailar. Nosotros también existimos. Nosotros somos los otros gitanos, los que no saben bailar, no saben cantar, no tienen subvenciones pero también existimos. Y hacemos el trabajo, y trabajamos.

- ¿Usted se sale del estereotipo?

- Yo me salgo del estereotipo por la edad, porque las niñas de hoy afortunadamente lo tienen mejor. Y que además, eso hoy en día es normal, no era normal en mi generación. Se presenta una escalera, un salto muy grande, de mi generación que yo vivía en una casa de vecinos de un barrio gitano y mi hija está estudiando Derecho, es decir, que en una generación el salto es brutal. En mi casa sólo había dinero para que estudiaran los niños. Pero siempre me enseñaron que la cultura y la preparación era el trampolín que necesitaba, para incorporarte, para ser igual.

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