Los hermanos mayores de las cofradías jerezanas, reunidos el pasado martes para el pleno de cuentas, decidió dejar para un posterior análisis unas ayudas económicas a la hermandades del Cristo de la Expiración, por la coronación canónica de la Virgen del Valle, y a la del Perdón, por los daños que ha sufrido a causa de las inundaciones en la Ermita de Guía.

Esta cuestión fue planteada en el capítulo de ruegos y preguntas del orden del día, lo que mereció el debate entre los dirigentes cofrades que finalmente decidieron dejar aparcadas esas posibles aportaciones, sin cuantificar, hasta un posterior pleno. El sentido de esta postura apunta a que finalmente dichas ayudas podrían no hacerse efectivas, al menos esa es la impresión que permanece días después de la reunión.

En el caso concreto de la cofradía de San Telmo la propuesta elevada se refería a una aportación corporativa del organismo cofrade y en nombre de todas las hermandades para los gastos que soporta la hermandad con motivo de la coronación de la Virgen del Valle. Aunque el propio hermano mayor de esta corporación, Antonio Yesa, se ocupó de aclarar que afortunadamente la cuestión económica del evento está controlada, sí se puso de manifiesto el precedente más inmediato en la coronación de La Concepción para la que la Unión de Hermandades concedió una ayuda a la cofradía de Las Viñas de 6.000 euros, cifra que entonces fue detraída del reparto anual, a razón de 200 euros en cada una de las subvenciones entregadas a las cofradías. Evidentemente, la negativa de los hermanos mayores no ha caído precisamente bien por San Telmo.

El otro caso, el de la hermandad del Perdón, el destino de la subvención era ayudar a la cofradía en los cuantiosos gastos que está teniendo a causa de las siete inundaciones que ha padecido en los últimos meses en la Ermita de Guía con daños importantes en su patrimonio e instalaciones.

Por lo demás y a la espera de saber quién dice sí o no, algo que supuestamente tendrá que suceder en el próximo plenario, las cofradías recibieron la anual subvención como consecuencia del reparto de los beneficios de la explotación de los palcos y sillas en Semana Santa que asciende a 6.500 euros por hermandad. En el capítulo presupuestario para el nuevo curso, las cuentas de gastos e ingresos se cuadran en 360.000 euros de los que 40.000 se destinarán a acciones de caridad arbitradas por el propio Consejo.