El mantenimiento del patrimonio y, de forma especial, la constante vigilancia del estado de conservación de la valiosa imaginería de las hermandades, siguen siendo asuntos prioritarios para las junta de gobierno. Al día de hoy son cuatro las imágenes de valor artístico e histórico que se encuentran en los talleres de los restauradores con intervenciones de diferente calado. Estas son La Virgen de Loreto, Nuestra Señora de la Piedad, Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Santísimo Cristo de la Defensión.

Las dos primeras serán las que volverán a sus altares de forma inmediata, este mismo mes. De hecho, la hermandad de Loreto ha informado y convocado para el domingo día 14 el acto de recepción de su titular, que tras la misa que la cofradía celebra por la fiesta de la Exaltación de la Cruz ese mismo día, quedará expuesta en ceremonia de besamanos. Han sido unos dos meses de trabajos llevados a cabo por las jerezanas Cristina Espejo y Pepa Segura, discípulas que fueron de Francisco Bazán. La intervención ha sido leve ya que ha consistido en la reparación de varios arañazos en la encarnadura, se le ha fabricado y colocado un peto en el pecho, que ahora se está usando como medida protectora para evitar los arañazos que se producen en el proceso de vestir a las dolorosas, y por último una nueva sujeción en la cabeza para la diadema.

Posiblemente ese mismo día, el domingo 14, se lleve a cabo la recepción en el Calvario a Nuestra Señora de la Piedad tras una restauración que se ha prolongado durante unos tres meses a cargo también del taller de Cristina Espejo y Pepa Segura. El trabajo ha consistido en una limpieza general de la encarnadura de la imagen, el tratamiento de una pequeña fisura y se ha colocado alguna lágrima que le faltaba a la imagen. El hermano mayor, Domingo Díaz, explica que ha sido una intervención importante pero no profunda ya que no se ha entrado en el interior de la talla, que estructuralmente se encuentra bien. La Piedad será, con toda probabilidad, expuesta de besamanos esa jornada tras una misa.

Capítulo aparte son las imágenes del Nazareno y del Cristo de la Defensión, por la envergadura de las respectivas intervenciones y que están siendo restauradas por el mismo profesional, el sevillano Pedro Manzano. En ambas se d ala circunstancia que es la segunda intervención importante que experimentan en un corto plazo de tiempo, entre 10 y 15 años de las últimas.

Así, en el taller situado en la calle Pureza se encuentran estas dos valiosas tallas. La del Nazareno de Cristina se encuentra en la segunda fase de una restauración que comenzó antes de la pasada Cuaresma y que se reinició una vez que pasó la Semana Santa. Se trata de un trabajo que entra tanto en la encarnadura de la imagen como en su aspecto estructural. El cálculo es que para octubre o noviembre se den por concluidos los trabajos para devolverlo a San Juan de Letrán.

La última imagen que ha entrado en restauración ha sido el Cristo de la Defensión, que a finales de agosto fue trasladado a Sevilla para iniciar un proceso también complejo, por lo que se ha dividido en dos fases. La primera culminará en febrero y la segunda seguirá tras la Semana Santa.

En el caso del Crucificado de Capuchinos, la intervención también es importante ya que entrará tanto en la encarnadura como en aspectos estructurales de la talla que creó en el siglo XVIII Esteve Bonet.