Manuel Muñoz Natera. Hno. Mayor de la Sagrada Cena

"Me importa poco lo que opinen de mí"

  • A pocos días del comienzo de los cultos de la Sagrada Cena, su hermano mayor hace balance de su gestión y del estado actual de las cofradías

La hermandad de la Cena inicia el periodo 'precuaresmal' con la celebración de sus cultos en San Marcos.

La hermandad de la Cena inicia el periodo 'precuaresmal' con la celebración de sus cultos en San Marcos. / Manuel Aranda

-se inicia la 'precuaresma' y la tradición nos indica que la Cena comienza sus cultos.

-Así es. Somos los primeros en abrir este periodo con nuestros cultos. Este año será del día 20 al 24 de enero. Estará predicado por José Antonio Sosa Sosa, que es sacerdote de la Diócesis de Huelva y que además es hermano nuestro. El día 28, a las doce de la mañana, será la función principal de instituto que este año la presidirá el obispo José Mazuelos. Y queremos que esté él porque vamos a bendecir la nueva corona de la Virgen, así como el cáliz y las potencias del Señor de la Sagrada Cena.

Jamás le pedí a Pedro Pacheco nada para mi hermandad. No quería que después nadie me señalara"Las de gloria y sacramentales no deberían de intervenir en los asuntos de las cofradías de penitencia"

-O sea, que ya está culminado el trabajo de Toni García Falla.

-Lo tenemos 'secuestrado' para que acabe el día 27 (risas).

-¿Este gasto cómo se ha llevado a cabo en la hermandad?

-Los hermanos fundamentalmente. Todos nos hemos hecho cargo de una cuota extraordinaria. Así se ha sufragado en parte. Además hay hermanos que están dando una mayor cantidad, así como donaciones de dinero o plata de feligreses y devotos de nuestras imágenes.

-¿Ha sido un revulsivo? ¿No hay mal que por bien no venga?

-No. La corona tenía un gran valor que no era monetario, pero sí histórico. Hay que tener en cuenta que esta corona tiene 225 años de historia y para la hermandad era parte de nuestro tesoro más sentimental porque en cuanto a valor por los materiales con los que está hecha pues no son muy elevados. Espero todavía que algún día aparezca. Tengo esperanza en ello.

-¿Qué balance puede hacer de esta legislatura presidida por usted?

-Llevo tres años. Estamos tramitando la compra de un local cercano a San Marcos. Está liado el tema, pero lo estamos intentando.

-¿Cómo es posible que usted, estando en el Ayuntamiento en tiempos de vacas gordas en las que se hicieron muchas casas de hermandad, no mandara hacer una para su cofradía?

-Pues porque no lo hubiera consentido. Efectivamente, desde el Ayuntamiento se ayudó mucho a las hermandades, y en muchas ocasiones eran solicitudes que pasaban por mí. Pero jamás le pedí a nuestro querido alcalde Pedro Pacheco nada para mi hermandad. No quería que después me señalara nadie.

-La Cena va bien.

-Al menos vamos andando. No estamos parados que es lo malo.

-¿Por la calle Tornería?

-Es nuestra calle (risas). Tiene mucha significación para nosotros. Aquello fue una broma con mi amigo José Luis Sánchez, aunque estuviéramos en un estudio de televisión y todo el mundo lo viera. Pero bueno la Tornería, el Lunes Santo, es de la hermandad de la Cena. Lo quiera quien lo quiera. Muchos me ponen como los trapos pero a mí me da igual lo que digan u opinen de mí. Soy ya muy mayor.

-Natera siempre por derecho.

-Toda mi vida. Quizá haya sido un inconveniente. Aquí hay mucho falso que alcanza el cenit. El que va por derecho se queda atrás porque la gente no está dispuesta a que les digas las verdades del barquero. He sido siempre muy claro y muy leal también. Y he ido de frente con lo que he pensado que es mi verdad. Si me demuestran que estoy equivocado soy el primero en rectificar, pero mientras, siempre he defendido en lo que he creído.

-¿Le ha traído más inconvenientes que ventajas?

-Cincuenta por ciento. Hay de todo. Hay gente que me dice que ojalá todos fueran como yo. Sin embargo también entiendo que levanto detractores.

-¿Hacen falta más 'nateras' en el pleno?

-Lo que hace falta es más cofrades con peso específico. Por el pleno han pasado gente con mucha personalidad y que sabían mucho de esto. Ahora, por desgracia, han bajado mucho los enteros. Los cofrades de verdad han dado un paso atrás. No sé la razón. No vale quejarse si no se compromete uno. Hay mucha falta de experiencia cofrade. Además creen que están en posesión de la verdad.

-En el consejo también hay juventud ¿Qué valoración hace de Dionisio y de su equipo?

-Yo lo aprecio mucho a Dionisio Díaz. Él venía conmigo cuando me presenté por segunda vez a presidir el consejo. Ahora bien, hay que estar curtido para las batallas. Para cuando se te pongan delante los leones. Yo tuve que pasar por eso, y hay que tener mano izquierda.

-Pero usted no se ha caracterizado por esa mano izquierda.

-Es que hay que saber cuándo hay que tener la rosa y cuando el látigo. Hay que tener la virtud de saber manejar ambas cosas.

-¿Cómo ve desde su experiencia y habiendo sido presidente todo esto de la carrera oficial?

-Un lío. Desde que nos fuimos a lo que todo el mundo conoce como 'el tigre', no gustó mucho. Hay una mayoría de hermandades que no nos gusta. La carrera oficial de la plaza del Banco me gustó cuando realmente me la enseñaron y la conocí. Creo que hubiera sido una magnífica carrera oficial. Se hizo un trabajo en contra de la carrera por parte de unos medios para ganar dinero a costa de hablar de las hermandades. Se hizo mala prensa sin conocerla. Pensaban que no podían entrar en las zonas acotadas, o que iban a tener problemas para su trabajo informativo. Y pudieron más esos medios que el consejo.

-O sea que los culpables han sido algunos medios.

-Pienso que sí. Y también el consejo. No supieron contrarrestar toda esa campaña y no vendieron bien la idea. Se equivocaron cuando se llevó primero al Ayuntamiento que al pleno. Debió de haber sido al revés.

-Se le ha tachado de insolidario ¿Qué tiene que decir?

-Pues que jamás he sido insolidario. En mi época de presidente se hizo una partida para hermandades que tuvieran algún tipo de incidente. Lo que no es posible es hacer cosas que no están tipificadas ni en los presupuestos ni el orden del día.

-¿Pero usted es partidario de un reparto más sevillano? Es decir, cobrar por bandas o pasos.

-Antiguamente era así. Aquello se quitó en el consejo de José Luis Ferrer. Él nos propuso que se hiciera un reparto igualitario. Se votó y salió así. Ahora bien, los gastos no son los mismos. Eso es incuestionable. Afortunadamente mi hermandad no vive de la subvención, pero hay cofradías que sí. No es posible que se facilite todo y se dé todo sin aportar nada. Yo lo veo así. Ahora bien, es necesario como el comer, un régimen interno en el consejo. Las hermandades necesitan un reglamento que defina todo lo concerniente a las cofradías de penitencia por un lado y a las de gloria y sacramentales por otro. Que las funciones queden claras porque pienso que las de gloria y sacramentales no deben de intervenir en los asuntos de las de penitencia.

-Usted no lo hizo cuando fue presidente.

-Hice una comisión. Pero no se llegó a buen puerto. Se quería conceder todo a los hermanos mayores y creo que también el consejo debe y tiene que tener sus propias competencias.

-Por encima de todo está su hermandad.

-Por supuesto. Por ella hago lo que sea. La defenderé siempre. Toda mi vida. Mi túnica será mi mortaja.

-Lo del Jueves Santo lo dejamos para otro día.

-Sí. Mejor. Ya hemos dicho bastante por hoy. De todas formas a mí me encanta ese día para salir. Sin embargo eso ni se plantea en la Cena. Y menos ahora con los líos que hay en esa jornada. Lo único que le hace falta al Jueves Santo es a Natera (risas).

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