El Marco se tambalea. La subida impositiva al alcohol, en vigor desde el pasado domingo, ha hecho temblar al sector, donde temen que la medida aprobada por el Gobierno se pueda llevar por delante a más de una bodega, en situación crítica por la coyuntura económica y la prolongada crisis del sector.

Fedejerez está que trina, y no es para menos, ya que, según sus cálculos, el impacto del aumento de la fiscalidad del alcohol se traduce en un sobrecoste para las bodegas de ocho millones de euros al año, de los que el grueso, 7,5 millones, corresponden al brandy y el medio millón restante, al vino de Jerez -en concepto del alcohol añadido que se emplea en el encabezado-.

Visiblemente indignado, el presidente de la patronal bodeguera, Evaristo Babé, critica una subida que considera tan "injustificada" como "inadecuada", un "gran error" en definitiva, que implica "graves daños" para el sector y que tilda de "barbaridad" teniendo en cuenta la situación económica del país.

La coyuntura económica "dificulta enormemente la posibilidad de repercutir la subida por la caída del consumo", señala Babé, quien critica abiertamente la "equivocación" en la que incurre el Gobierno, ya que la subida no se traducirá en un aumento de la recaudación, sino todo lo contrario, como demuestra la experiencia de la última década.

En este sentido, el presidente de las bodegas del Marco y del Consejo Regulador del Brandy de Jerez recuerda que pese a la subida del tipo de gravamen de mediados de la década, el Gobierno recaudó el último ejercicio casi un 1% menos que en el 2000, lo que se traduce en unos seis millones de euros, caída que en buena medida responde al descenso del consumo, que en el caso de las bebidas espirituosas, se eleva al 40% en los últimos cuatro años.

"En una situación así, es una barbaridad subir los impuestos, medida que, además, sirve de estímulo al fraude y perjudica a los cumplidores como las bodegas de Jerez", explica Babé, quien recuerda que, para colmo, la subida se suma al incremento de los costes de la materia prima para la elaboración del brandy, se ha disparado un 400% en el último trienio, sin que el resto de bebidas se hayan visto afectadas.

Fedejerez tiene más motivos para estar indignada, en particular por lo que considera un agravio comparativo para el jerez y el brandy frente al vino de mesa y la cerveza, bebidas estas dos últimas ajenas a la subida pese a que suponen más del 70% de los grados de alcohol que se consumen en España.

Según los datos facilitados por Fedejerez, las bebidas espirituosas -brandy, whisky, ginebra...- representan el 28% del consumo nacional de grados de alcohol y los vinos de Jerez apenas suponen el 1,9%, mientras que el vino de mesa roza el 21% y las cervezas el 50% del total.

Sin embargo, las bebidas espirituosas aportan el 73% de la recaudación total del impuesto especial, que el año pasado ascendió a 940 millones de euros, mientras que la cerveza contribuye sólo al 25% -el vino de mesa no tributa y los productos intermedios, entre los que figura el jerez, no alcanza el 2%-, reparto que Babé considera "injusto", ya que "lo lógico y equitativo sería que se pague por grado de alcohol, porque estamos hablando de lo mismo, son todo peras", subraya.

La nueva subida aumenta por tanto la "discriminación" fiscal entre vino y cerveza, de un lado, y espirituosos y productos intermedios, de otro, prosigue el presidente de la patronal, quien asegura que la medida es "demoledora" para las bodegas de Jerez. "Es un paso más en el camino equivocado, porque en España hacen falta incentivos al consumo y, con una subida de impuestos, el PP va en contra de su programa electoral y de la recuperación económica", explica el máximo responsable de las bodegas y el brandy, quien alerta también del impacto sobre los bolsillo más débiles al tratarse de un impuesto regresivo, es decir, que castiga más a las bebidas más económicas, que paga proporcionalmente más impuestos que las de precio alto.

En cuanto a las razones sanitarias esgrimidas por el Gobierno para justificar la medida, Babé cree que es "pura demagogia, un insulto a la inteligencia", ya que "el 98% del consumo es responsable, el sector dedica importantes esfuerzos a la lucha contra el consumo indebido y no se utiliza el mismo argumento con la cerveza y el vino". "Es ofensa sobre ofensa" , apostilla el presidente de Fedejerez.