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La incertidumbre ante la latente crisis impulsa la reinvención de nuestra actividad financiera

La incertidumbre ante la latente crisis impulsa la reinvención de nuestra actividad financiera

La incertidumbre ante la latente crisis impulsa la reinvención de nuestra actividad financiera

Ante una crisis económica que augura remitir muy lentamente, muchos han empezado a redefinir sus actividades financieras. Mientras unos solicitan préstamos para cubrir la deuda, otros optan por cambiar de tarjeta o incluso de entidad a fin de mejorar sus condiciones. Sea como sea, un objetivo que requiere de una ferviente búsqueda y, sobre todo, informarse a conciencia.

Los coletazos de la crisis económica

Se mire como se mire, la latente presencia de una venidera crisis económica no deja de acecharnos incesantemente. Si bien los medios, mediante el análisis de los expertos, pronostican salir gradualmente de ésta a partir de 2022, la realidad es que la pandemia ha dejado huella en nuestra economía. A pesar de que la actividad se ha encauzado ya en su flujo corriente, las empresas que quebraron durante las restricciones, así como los trabajadores en paro o todavía bajo ERTE, auguran todavía un complejo camino a la estabilidad. Especialmente, para la economía doméstica que pocas veces puede evitar el latigazo de lo económico en sus resentidos bolsillos.

Ante dicho pronóstico, muchos han empezado a urdir planes para mantener la liquidez a fin de afrontar los pagos. Sobre todo, con un ojo puesto en el peso de los impuestos que se vienen, dado que tanto las ayudas estatales como las europeas requieren de dicho tributo para costear su finalidad. Entre otras opciones, muchos ciudadanos, con el propósito de reestablecerse o renovarse, apuestan por comparadores de servicios y productos financieros como https://loando.es/bancos. Una plataforma donde poder acceder a la oferta tanto de tarjetas de crédito como de préstamos rápidos, de distintos y variados bancos y entidades, con el objetivo de salir a flote.

¿Cómo acabar con las deudas?

Los motivos por los que un contribuyente acaba bajo riesgo de morosidad abarcan todo tipo de contextos. Por una parte, una deuda puede ramificarse en otros impagos, dado que el dinero que no tenemos para un pago se traslada a otras responsabilidades. Éstas, a su vez, atañen no sólo a los mencionados impuestos, sino también a otro tipo de actividades como lo son llevar el coche al mecánico o incluso pagar la matrícula de un centro formativo. Es decir, que cuando las consecuencias del impago se ciernen sobre un individuo, éste no siempre obedece a una pésima gestión de su economía particular. En muchos casos, la mala rachajuega un papel fundamental en todo ello.

De hecho, la razón por la que algunos optan por solicitar un préstamo no siempre se traduce en la voluntad de hacerse con un capricho, como lo serían un móvil de última generación, una consola o un vehículo de lujo. De hecho, la avalancha burocrática suele ser ya un repelente para quienes tienen en mente dichos objetivos. Añadiendo a ello el factor de que no todas las entidades bancarias ofrecen el mismo servicio, encontrando así diferencias tanto en el tipo de interés como en la asistencia en sí. Razón por la que comparadores como Loando despliegan un repertorio de entidades variado que incluye hasta https://loando.es/cuentas-bancarias/liberbank-realmadrid.   

¿Y si quiero evitar los préstamos?

Antes de nada, cabe decir que la solicitud de un préstamo no tiene nunca por qué acabar en una acentuación de nuestras deudas como muchos se obcecan en creer. La clave reside en, simplemente, no solicitar más de lo que se necesita; del mismo modo que ser coherente con el plazo de devolución y el tipo de interés acordado con nuestro banco. Pautas, sin embargo, que quienes reinciden en la morosidad son a veces incapaces de seguir. Si, pese a todo, optamos por una vía que no incluya este servicio financiero, su mercado nos ofrece otras opciones mediante las que paliar las malas rachas. Eso sí, entendiendo que nadie o nada nos salvará de las malas decisiones que tomamos antes.

En ese sentido, a pesar de que podamos decidirnos por una entidad con mejores condiciones o servicios ésta no nos regalará el dinero para solucionar un impago. No obstante, sí podrá asesorarnos de otro modo para solicitar un préstamo, una cuenta bancaria distinta o incluso una tarjeta especial para poder mejorar nuestra actividad y gestión de la propia economía. Una opción aún más certera si echamos mano de comparadores donde poder encontrar la opinión de los usuarios, así como distintas especificaciones de los servicios de la entidad, que nos ayudará a escoger la más idónea para nuestras necesidades.

Responsables de la letra pequeña

Por lo general, y abriendo los ojos a una afirmación que debiera ser de sentido común para prácticamente todos, debemos comprender que un banco no es nuestro amigo. Si bien éste tratará de obrar a nuestro favor por ser sus clientes, se trata de una entidad que se limita a funcionar y a ser útil. Por lo tanto, es de carácter imperativo informarse constantemente de la letra pequeña de cada servicio que solicitemos a nuestro banco. La confianza ciega no es buena compañera en esta ni en ninguna situación en nuestras vidas. No es que las entidades bancarias existan para timarnos, pero es preciso entender que miran por su propio beneficio como nosotros también lo hacemos.

Al fin y al cabo, somos nosotros, los clientes, quienes aprobamos una u otra gestión sobre nuestra cuenta corriente bajo previo aviso. Es decir, el banco siempre informa sobre sus acciones, pero nuestro desinterés contribuye a negligir variaciones de los servicios que después combatimos irónicamente ultrajados. Y he ahí la necesidad de recurrir a comparadoresfinancieros para conocer de antemano las condiciones de una u otra entidad. Está claro que no existe ni existirá jamás el banco perfecto. Pero sí tenemos la posibilidad de dar con el más indicado para nuestras necesidades. Y, a partir de ahí, ser al fin responsables de nuestras decisiones financieras.