Los vecinos del complejo de viviendas La Liberación II pasaron la noche en vela, preocupados por el incesante aumento del nivel del agua en el parking subterráneo, con capacidad para 200 coches. Alrededor de 150, según explicaban ayer, sufrieron las consecuencias de una riada que se ha repetido por sexta vez desde 2008, cuando se inauguró la urbanización. La explicación que encuentran es que este subterráneo se encuentra frente a un tramo de la avenida Puertas del Sur que está peraltado, es decir, inclinado de forma lateral hacia el parking. A ello se une que en la avenida convergen las aguas procedentes de los alrededores, por lo que en el vecindario existe una evidente preocupación. "Si no hacen nada, se volverá a repetir una y otra vez, es de vergüenza", indicaban los afectados.

Uno de ellos relataba ayer que trató de sacar su coche a las dos de la mañana, pero fue tarde. "El coche aún circulaba, pero la puerta del parking estaba debajo del agua porque la había tirado la fuerza con la que entró desde la calle, así que me vi sin poder salvarlo. Ahora a ver qué tiene", explicaba mientras señalaba su vehículo, con agua por encima de los retrovisores. Algunos tuvieron más suerte. Uno de los vecinos que evitó los daños había tenido la precaución de sacarlo a la una y cuarto de la madrugada. Dentro del aparcamiento, de 200 plazas, quedaban alrededor de cuatro decenas de coches a los que, por la inclinación de las instalaciones, no les había llegado el manto de agua, que en la puerta llegó a superar el metro y medio. Los bomberos llevaban achicando agua desde las cuatro de la mañana. Al mediodía, apenas había bajado el nivel medio metro.

En la barriada de Las Delicias, en el 'Zafer', los coches se desplazaron centenares de metros. Un vecino de origen italiano contemplaba por la mañana los destrozos. "Fue en un momento, no nos dio tiempo a retirarlos. Hay gente que se ha levantado y no encontraba su coche". El residente de un bajo indicó que llevaba "toda la noche despierto, el agua empezó a entrar por las ventanas. Los electrodomésticos me funcionan, parece, pero se ha mojado todo. Estuvimos sin luz desde las dos de la madrugada". Una residente que lleva 30 años viviendo allí explicaba que "otras veces hemos sufrido inundaciones, pero nunca de un momento a otro como esta noche. Aquí desemoboca la lluvia de los alrededores, pero nunca ha sido algo así". Los bajos devarios bloques lucían enormes aberturas que dejaban al aire los pilares. "Normalmente el agua nos llega hasta la escalera, que es más de medio metro, pero nunca antes entró en las casas".