Hace años, el Ayuntamiento de Jerez llegó a deberle tanto dinero a la antigua Compañía Sevillana que en una operación de trueque le liquidó la deuda con el principal edificio municipal, el edificio consistorial, cuando éste se encontraba en Madre de Dios. Se levantaron viviendas. Fueron 700 millones de pesetas de las de entonces pero a partir de ahí la deuda no se mantuvo jamás al día nunca.

Por ley, las compañías eléctricas pueden cortar cuanto les dé la gana si no se les paga pero, al igual que en un embargo (que no desahucio) -en el que los agentes judiciales deben dejar tantas camas y sillas como miembros y una cama- cuando de cortar la luz se trata las calles son intocables: el alumbrado público debe permanecer. Se trata de una medida de seguridad para impedir que los actos vandálicos puedan proliferar. Es, valga el símil, como una especie de estado de excepción energético.

En Jerez, tras el cambio de gobierno municipal, sigue habiendo numerosas instalaciones municipales a las que no llega la energía eléctrica. Por impago. Las principales perjudicadas son las pedanías, las cuales aseguran hacer "un esfuerzo sobrehumano" para mantener al día unos recibos que les destrozan una precaria economía caracterizada por los impagos municipales.

En la actualidad, en la zona rural de Jerez, hay cuatro entidades locales autónomas (ELA) que padecen serios problemas de cortes de luz en edificios públicos. La más afectada es la de San Isidro, donde hasta la mismísima casa consistorial carece de suministro por parte de Endesa. A ello se unen otras instalaciones como es el caso del campo de fútbol, que recientemente sufrió el robo de sus cables por los ladrones de cobre que han proliferado con el temporal de la crisis económica. Esto provoca que aunque vuelva la corriente no volverá a hacerse la luz.

En Nueva Jarilla, el alcalde, Javier Contreras, reconoce haberse quedado sin luz en el teatro y en el centro cultural; en El Torno, Miguel Ángel Morales, también acumula muchas instalaciones apagadas, a pesar de haber pagado en los últimos días 5.000 euros. Al parecer no han sido suficientes -o al menos así lo entiende Endesa- que mantiene las bombillas apagadas en el salón multiusos, el bar de la piscina (que es explotado por el club futbolístico de El Torno) y el propio campo de fútbol. Para terminar, una de las ELA más veteranas en lo que a la oscuridad se refiere es Torrecera. Manuel Bertolet, su alcalde, reconocía ayer que el centro cultural y el campo de fútbol están a oscuras. El Ayuntamiento sigue iluminado. Afortunadamente. Como se puede comprobar de esta enumeración, tan sólo hay un edificio consistorial a oscuras, que es el de San Isidro, algo que molesta enormemente al alcalde, Antonio Ramos, quien no duda en preguntarse por las razones que hacen de él "una oveja negra", quien ruega que a sus palabras se añada que "en ningún momento deseo que otras ELA padezcan esta situación, pero no me queda menos que preguntarme por la razón por la que yo soy siempre el que se queda con el Ayuntamiento a oscuras". Al día de ayer, tan sólo tres de las siete pedanías logran tener luz en sus dependencias, son los casos de Estella del Marqués, La Barca (cuya plaza de abastos vuelve a contar con luz según su alcalde tras realizar un pago) y Guadalcacín.

En Jerez, el tema de la luz es igualmente punzante. Casi hiriente. Ni que decir tiene que la gestión heredada del anterior equipo de gobierno aún colea. Como es el caso de la piscina de la zona sur, llamada a liberar de trabajo a las siempre saturadas cubas del complejo 'Arquitecto José Laguillo'. Según pudo saber este medio, el gobierno popular tiene previsto dotar en breve de luz a dicha instalación después de que la obra viera concluir el anterior mandato sin ser debidamente finiquitada.

A nivel ciudadano, el caso más sangrante quizás sea el que padecen dos asociaciones de vecinos que carecen de suministro eléctrico en sus sedes. Una de ellas, según el vocal de la federación vecinal Solidaridad Manuel Cazorla, es la AVV 'Verde y Blanca' de la barriada de La Constitución y otra la histórica 'Pedro Palma', del Polígono de San Benito. Su presidenta, Paqui Pazos, no puede menos que mostrar un hondo malestar por una carencia que echa al traste "todo el trabajo que desarrollamos en el centro". Según dice, la carencia de luz eléctrica provoca que no se pueda trabajar a partir de las cinco de la tarde y, lo que es peor, "que incluso haya que desarrollar talleres de manualidades ¡pero con las chaquetas puestas porque el frío no hay quien lo soporte y no hay enchufe con corriente al que conectar una miserable estufa!".

Desde mayo de este año la sede de la asociación está sin luz, lo que no sólo afecta a los colectivos vecinales sino a otros que allí desarrollan su trabajo como son los casos de los voluntarios de Cáritas o de Derechos Humanos. La consecuencia más sangrante de esta situación la padecen los alumnos del curso de alfabetización, "personas que deciden aprender a leer y escribir con los años, que tienen una profesora que está dispuesta a enseñarles, y que se encuentran con que sólo se puede funcionar con horas de sol y como mucho una hora. Es tremendo pues los horarios no se pueden ajustar", apunta Pazos, quien añade que "lo peor de todo es que el espíritu participativo, las ganas de hacer cosas, se te van sin que puedas hacer nada porque careces de luz".

El abandono que sufren las asociaciones ha llegado a tal punto que "el centro lo hemos pintado los propios vecinos con la colaboración de las personas que deben hacer trabajos a favor de la comunidad. Nos quedó precioso, pero como nadie nos pone una tela asfáltica en el techo y ya ha comenzado la temporada de lluvias lo más probable es que todo el trabajo realizado se vaya a pique porque hay zonas en las que se llueve a mares".

El vocal de 'Solidaridad' Manuel Cazorla es el encargado por la federación para conocer las demandas en infraestructuras de las asociaciones de vecinos. Según apunta, el abandono en algunas zonas es enorme. Por conocimiento, al vivir allí, señala al centro deportivo municipal de El Pinar-La Pita, que también carece de suministro eléctrico "y fue cerrado para evitar problemas de inseguridad y para que no se convirtiera en un botellódromo". Desde el 31 de octubre las instalaciones carecen de luz, lo que no ha impedido que los vecinos, gracias a su esfuerzos, hayan reparado algunos de los daños que el vandalismo ha causado en las instalaciones. No en vano, el centro vecinal se ubica dentro del complejo y ha sido víctima colateral del abandono. La principal presión que reciben de los vecinos hace referencia a que las instalaciones sean abiertas de nuevo.

Las instalaciones deportivas son las que pagan, en buena parte, los problemas financieros que sufre el Ayuntamiento como consecuencia de la crisis económica. "En La Canaleja no funcionan las pistas de paddle porque no hay focos, además los recibos de la luz de la instalación municipal los paga un club deportivo; San Telmo está destrozado, las pistas del pago de San José (paddle) que eran modélicas tampoco se puede utilizar de noche. ..

El cambio de destino de muchos celadores ha provocado el abandono, el cual ha causado muchos de los daños referidos si bien en los últimos meses "se ha intentado reparar buena parte de ellos".

Casos aparte son los polideportivos municipales 'Acuña' y 'Kiko Narváez'. El primero apenas abre sus puertas por la mañana mientras el segundo se esfuerza en acoger actividades de los alumnos del cercano instituto 'Almunia' a pesar de que carece de luz desde mayo del año pasado. Es decir, la corriente eléctrica no alcanza esta instalación desde hace ya nada menos que diecinueve meses.

El centro administrativo de la Zona Norte, donde tiene su sede la delegación de BIenestar Social, sigue estando presidida por el traqueteo de un generador a gasoil que, según apuntan, gasta 400 euros en combustible cada pocos días.