Jerez

La magia vuelve a caer del cielo

  • Sus Majestades vuelven a repartir ilusión en una cabalgata llena de luces y colores llamativos · Diecinueve carrozas, tres pasacalles, 800 figurantes y ochos agrupaciones musicales completan la comitiva 'real'

Pocas veces se ven a tantos jerezanos en la calle. Ayer el centro se quedó pequeño ante la marea humana que ocupó cada rincón del casco histórico para ver a los Reyes Magos. La cabalgata volvió a repartir un año más la ilusión de este día marcado en rojo en el calendario de casa, porque adultos y pequeños disfrutaron de lo lindo en una tarde carga de magia y donde de nuevo 'llovió' azúcar del cielo. Los nervios comenzaban a mascarse en el ambiente momentos previos a la salida, los niños no paraban de moverse como si estuviera preparados para salir en busca y captura de los de Oriente.

La comitiva real salió de Ifeca para emprender su camino por Jerez, dejando a su paso sonrisas y bolsas llenas de caramelos. Un grupo de tuareg a caballo abrió la marcha dejando con la boca abierta a los niños que esperaban la llegada de Sus Majestades. De repente, la mirada se levantó hacia las nubes para dejar sin respiración a más de uno, ya que un enorme águila sobrevolaba a los reunidos en las 'orillas' de la comitiva.

La tradición llegó con los pastorcillos en unas coloridas carrozas que no dejaron de tirar caramelos a dos manos. Aquí hay para todos, pensarían más de un niño disfrazado del personaje. Tras las zapatillas de esparto y vestidos blancos y rojos, llegaron los ángeles repartiendo sonrisas y por qué no, un poco más de magia. Empezaba la tarde y a pesar de las previsiones de precipitaciones de la Agencia Estatal de Meteorología, los paraguas se quedaron esta vez en la puerta de casa. Sólo estaban permitidos si su labor era acapar más caramelos, aunque lo cierto es que este año se han visto muchos menos que en pasadas ediciones.

En total, diecinueve carrozas salieron a la calle, más de la mitad completamente nuevas y el resto con novedades en su diseño. La portada de la Feria, la avenida Álvaro Domecq, la calle Sevilla... Sin prisas y con un poco de pausa transcurría la cabalgata. Para animar la espera entre Rey y Rey ocho agrupaciones musicales y tres pasacalles provocaron que más de uno moviera las caderas al ritmo de una inusual 'Susanita tiene un ratón', un moderno 'Paquito el chocolatero' y un siempre entrañable 'En el coche de papá', entre otras canciones de toda la vida.

Tantas eran las cosas que ver, tocar y coger que llegó un momento en el que los niños no sabían qué hacer con las manos. Entre los globos de Bob Esponja y Doraemon, los caramelos que se repartían y la emoción de saludar a Sus Majestades la cosa estaba difícil para concentrarse en una sola.

Y la cabalgata continuó. Antes de llegar la primera carroza de Melchor, unas gigantescas mariposas dibujaron las calles de Jerez de llamativos colores. Los turquesas, los rojos, el fucsia, los verdes... Aquí no tenían cabida esos colores que bajan el ánimo, la tendencia de los Reyes Magos 2011 marcaba líneas muy diferentes a los tonos oscuros. 

Uno de los momentos más emotivos se vivió en la rotonda de los Casinos, cuando al paso de cada Rey una lluvia de serpentinas cayó del cielo. Un dragón, camellos, burros y un elefante fueron los elementos más llamativos de la comitiva, sin menospreciar a los 800 figurantes que demostraron cada segundo las ganas de fiesta. Bueno, también hay que decir que aquellos con la cara pintada tuvieron la oportunidad de desahogarse más con sus bailes y canciones al no ser bien reconocidos.

En un año marcado por la crisis y por la pérdida de empleo, la tónica era olvidar por sólo unos minutos las penas y dejar a los niños ser los protagonistas. Melchor (Mauricio González-Gordon), Gaspar (Fernando García) y Baltasar (María del Mar Moreno) desplegaron todo su encanto y ofrecieron la mejor de sus sonrisas. Gracias al trabajo previo a la cabalgata, consiguieron 24.000 kilos de caramelos para repartir, dos mil más que el año pasado y eso no era tarea fácil. Ya lo decía Mauricio hace unos días, "llegaremos a la cabalgata con la sensación de haber hecho todo lo posible para que sea un éxito". Tenía razón.

En la planificación del recorrido de la comitiva 'real' también se pensó en las personas con discapacidad motriz, habilitando un año más en la avenida Álvaro Domecq, la Porvera y la alameda Cristina zonas reservadas para ellas. Además, en estos puntos marcados en el itinerario también se repartieron caramelos específicamente sin gluten.

El fin de la Navidad siempre llega con la ilusión del 5 de enero. El reloj no marcaba las diez de la noche cuando Sus Majestades bajaron de las carrozas para la Adoración al Niño en el Belén monumental. Tras la intensa jornada, hoy la calle se vuelve a llenar de sonrisas, pero en esta ocasión por poder estrenar los regalos que los Reyes dejaron bajo el árbol. Ahora, sólo queda soñar con el año que viene.

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