Mientras en estas fechas las familias jerezanas discuten sobre el menú navideño a degustar en las distintas comidas de Navidad y Fin de Año, otros ciudadanos viven las fiestas de una forma completamente diferente. Es el caso de Esperanza del Águila, una joven jerezana que denunció a través de estas páginas su situación límite: vivía junto a su pareja y a sus cuatro hijos menores en un local sin agua ni luz. Para esta familia el regalo no lo trajo Papa Noel ni los Reyes Magos, sino que vino por adelantado y de la mano del Ayuntamiento, tras meses sin que nadie les oyese. Al tener conocimiento directo del asunto, el delegado de Vivienda, Antonio Fernández Ortega, se comprometió a principios de noviembre a recibir a los afectados personalmente y concederles un inmueble, una vez comprobados los datos oportunos y siempre que se quedase algún piso vacío. Un mes después, a principios de este mes de diciembre, Esperanza recibía la buena noticia de que ya había un lugar disponible para que su familia y ella pudieran residir mientras mejora su actual situación económica.

Tras recibir las llaves el inmueble, la joven no ha podido esconder la satisfacción por poder por fin vivir en familia de manera más confortable a la de los últimos meses. Desde hace pocas semanas, esta jerezana ha empezado a amueblar de manera austera su nuevo hogar en el que lo más importante es que todos están juntos por fin. En su piso de Luis Parada no hay árbol de Navidad y ni siquiera un pequeño portal de Belén. No es necesario ningún adorno navideño, porque poder compartir en familia estas fechas y las que vienen es para Esperanza e Isaac el mejor regalo que han podido recibir. De cara al próximo año 2008, tan sólo queda pendiente que puedan abrir el negocio que antes regentaban, una peluquería. De este modo, podrán continuar adelante con nuevos recursos económicos para no tener que sufrir de nuevo la mala situación que han vivido en los últimos seis meses y que ahora ya ha finalizado.