Aquello de 'abril, aguas mil' parece que ha pasado a la historia, al menos si analizamos las cifras de la última década en Jerez. Tanto que en los últimos diez años sólo 2008 ha cumplido con el dicho, pues se registraron entonces nada menos que 152 litros por metro cuadrado durante este mes (en parte porque durante uno de sus días cayeron nada menos que 60 litros por metro cuadrado). Las lluvias han sido muy variables y si nos ceñimos expresamente en el recién finalizado mes de abril, sólo el arreón final de este fin de semana ha maquillado unos números realmente preocupantes.

No hay que olvidar que hasta el jueves las precipitaciones caídas en nuestra ciudad apenas llegaban al litro por metro cuadrado. Desde entonces, la Estación Agroclimática de la Junta de Andalucía en Jerez ha registrado un total de 33 litros, que desglosados corresponden 11 al pasado jueves, 20 al viernes y casi dos litros en la jornada del sábado.

Los tres días han logrado evitar que este mes de abril de 2017 sea el peor en la última década, una vitola que mantiene 2015, cuando solamente se registraron en todo el mes 21 litros.

Pese a todo, el campo sigue estando especialmente seco, más si cabe, tal y como denunciaban hace unos días desde Asaja Cádiz con preocupación, tras las altas temperaturas registradas en muchas semanas y el azote constante del viento de levante, que ha castigado enormemente a la agricultura de la provincia, sobre todo al cereal. Tampoco se han librado la zanahoria, el girasol y hasta el viñedo del marco.

Sea como fuere, lo cierto es que a día de hoy, las precipitaciones caídas en Jerez desde que comenzó el año hidrológico, el pasado 1 de septiembre, arrastran un déficit en torno al veinte por ciento. Si por regla general durante estas fechas las cantidades anuales en nuestra ciudad rondan los 520 litros por metro cuadrado, en la actualidad apenas se han superado los 440.

Muchos agricultores, no obstante, echan mano al refranero para recordar aquello de 'cuando marzo mayea, mayo marcea', augurando un próximo mes bastante convulso, que si finalmente es así, tampoco arreglará demasiado el desaguisado que levante y la falta de lluvias ha provocado hasta ahora.