Jerez

"Nuestro momento es el de la labor doméstica, de hacer hermandad"

  • Este rociero obtuvo el pasado lunes la confianza de la hermandad del Rocío para gobernarla durante los próximos cuatro años. El respaldo fue mayoritario frente a la candidatura de Francisco Letrán

-¿Cómo afronta el compromiso contraído?

-Con responsabilidad, ilusión y alegría por actuar en una causa tan noble como es estar al servicio de la Madre de Dios.

-Toma el relevo de una junta de gobierno que ha tenido un mandato excepcional ¿Hasta dónde quiere llevar la hermandad?

-La etapa que le ha correspondido a Francisco Gómez para dirigir los destinos de la hermandad ha sido, como dices, excepcional y han cumplido con sobresaliente. La que le corresponde en suerte a Felipe Morenés es distinta, pero no menos abundante de posibilidades. Ya lo he dicho y lo repito. Nuestro momento es momento de "labor doméstica", de hacer mucha hermandad, si me está permitido decirlo, de consolidar la hermandad como tal, de hacer apostolado en estos tiempos laicistas que vivimos, donde la Religión es menospreciada por no decir perseguida. Para nosotros los creyentes, la fe en Dios y sus designios es incuestionable.

-¿De qué adolece la hermandad?

-La hermandad es madura y veterana. Pero la sociedad evoluciona, los tiempos cambian. En nada tiene que ver con la de hoy la población de Jerez de hace 30 años. Era una población rural, muy pegada al campo, la viña y la bodega. Hoy la ciudad de Jerez es cosmopolita, más culta, desligada del sector primario. Existe un amplio estrato de clase media estable, con futuro, acomodada y abastecida que antes no existía. La sociedad jerezana, la andaluza, estaba polarizada en dos extremos. Hoy es plural. Igual que la natural evolución social, tiene que evolucionar la hermandad. Sin embargo, hay que tener presente y no olvidar a las personas marginadas, sin trabajo, atrapadas por la droga, desarraigadas (que desgraciadamente hay muchas) por distintos motivos que necesitan nuestra ayuda.

- ¿El rociero aparece por las fechas señaladas?

-Es innegable que en algunos rocieros hay "estacionalidad", pero cada vez más, ser rociero es una forma de vida. Para comprobarlo, invito a quien quiera a que se asome por el convento de Santo Domingo cualquier lunes del año a las ocho de la tarde. Comprobará el nutrido número de personas que asistimos a misa y a las preces que con tanto acierto reza el director espiritual. Qué duda cabe que dentro del inmenso gentío que mueve el Rocío, hay "gente pa to" como decía Rafael el Gallo.

-¿Qué cambiaría del camino?

-Yo no diría cambiar, sino mejorar. Por comenzar de algún modo, la asistencia a los actos piadosos tiene que aumentar. La higiene en los desechos, que aunque son recogidos por un servicio de la hermandad, aumentan cada vez más y requiere mayor concienciación de los romeros, el buen trato a los caballos y mulos que sufridamente nos soportan en sus lomos nueve días. El respeto de los vehículos de motor hacia los romeros de a pie, los que van a caballo y en carros se tiene que inculcar. Los servicios de intendencia tienen que ser más eficaces.

-¿Qué opina de las restricciones de paso en Doñana?

-Ya lo he mencionado antes: el respeto al medio, la higiene en el desecho de los residuos sólidos, los vehículos motorizados etc. No cabe duda que los asuntos conservacionistas de Doñana se están sacando fuera de contexto y que el objetivo pasa por tratar de obstaculizar el paso de las hermandades por Doñana. Por eso hemos de ser cuidadosos con el medio, no exagerar el tamaño de los vehículos; algunos pretenden ser auténticos hoteles viajeros. Eso no es el Rocío. El Rocío es simplicidad. Pero los pecados de los hombres le acompañan siempre. El camino es camaradería, alegría, disfrute, piedad, sencillez. El que no lo entiende o lo tergiverse perjudica al auténtico romero y cuidaremos para que así no suceda.

- Propone crear un museo dedicado al mundo rociero...

- Efectivamente. La hermandad, como todas, necesita procurar recursos para su sostenimiento. No todos los hermanos gozan de la misma salud económica y hay que hacer asequibles a todos los bolsillos el ser romero. Además es nuestra voluntad practicar la caridad y pensamos que puede ser una buena idea crear un museo del rociero que genere recursos excedentarios que podamos aplicar a este fin. No olvidemos que la hermandad tiene un patrimonio de inmuebles, ajuar, mulos, carros, guarniciones, objetos de culto, que necesitan recursos para su sostenimiento y por ello hay que ser imaginativo en cuanto la consecución de fondos. Veremos si lo sacamos adelante.

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