Tierra de nadie

20 de noviembre

ERAN las 12,54 de la mañana del pasado viernes. En mi móvil, maltratado por Movistar, recibía un mensaje con la noticia de última hora: “Zapatero adelanta las elecciones generales al día 20 de noviembre…”. Ahora soy yo quien pone los puntos suspensivos: ….. !!!!!

Lo leí varias veces, comprobé que el remitente era fiable, quería estar seguro que no se tratase de una broma –con muy buena intención, ¡sin duda!, por lo bueno de su contenido, pero de muy mal gusto, por la desgracia que supondría su falsedad–. Pero no, no se trataba de una broma, era cierto: Zapatero, la peor de las lacras que han caído sobre la España democrática, había decidido, ¡por fin!, acortar en cuatro meses la hecatombe global que él mismo contribuyó a crear, sumiendo a nuestro país, a su desarrollo y a su futuro a corto y medio plazo, en el más negro de los agujeros.

Dejando al margen algo que por otra parte ya sabíamos –el cinismo irreductible del presidente y su patológica adicción a mentir, demostrado, una vez más, con la pertinaz negativa que mantuvo desde hace meses al adelanto electoral que ahora concede–; la noticia es mucho más que una buena noticia. Significa que vamos a poder desprendernos del lastre que impedía la recuperación de la economía y, con ella, la llegada de la esperanza en un futuro que todos, menos él y los que le apoyaron en el despropósito que ha supuesto su Gobierno, merecemos.

Han sido siete años y cuatro meses de feroces incoherencias, de brutal e insultante despilfarro, de insoportables concesiones a los asesinos etarras y sus cómplices, de bochornosas bajadas de pantalones ante los radicales nacionalistas catalanes y vascos, de disparates financieros, de subvenciones que harían enrojecer la cara más dura que encontrase pudiera, de charlotadas institucionales, de intensivas sesiones “lameculeras” a unos líderes sindicales que ni son líderes, ni sindicales, ni siquiera trabajadores; de abandono de nuestra soberanía ante los colonialistas británicos en Gibraltar, de desprecio al Ejército, la Policía y la Guardia Civil; de payasadas que han dejado nuestra política exterior por debajo de los más ínfimos niveles de la miseria, de promulgación de leyes inútiles, perjudiciales para la mayoría, injustas, ineficientes, coercitivas y anacrónicas; de abandono de la Justicia y la Enseñanza, de la creación de ministerios que no encajarían ni en la chistera del conejo de Alicia y su país de las maravillas, de enaltecimiento de sátrapas, ineptos, “trepas”, listillos, “enteraos”, ignorantes y prepotentes; de ocultación de verdades que tenemos derecho a conocer, de caciquismo carpetovetónico, de abusos hirientes y continuados, de empeños absurdos en hurgar en heridas históricas casi cicatrizadas, de maltrato, lapidación y entierro de la lógica y la prudencia, de ridiculizar con febril insistencia la sensatez y la coherencia, de abandono, con nocturnidad y alevosía, de la inteligencia y la sabiduría… Todo un rosario de una aurora convertida en crepúsculo zafio, ridículo y gris. Estos son los logros del que se va.

Es que no ha dado una a derechas. Tratando de ser objetivo, no puedo comprender como es posible que queda alguien –sin interese personales, claro– que pueda apoyar a este personaje.

Zapatero se va al chalet que se está construyendo en León. Por fortuna, ni siquiera será diputado, se retira de la política, si es que a lo que él ha estado haciendo se le puede llamar “política”. Vendrá quien venga, lo bueno es que, peor que él… sencillamente, ¡imposible!

Sin embargo, tardaremos mucho tiempo en olvidarlo. Las consecuencias de su necedad no pasarán sin dejar una larga y penosa retahíla de nefastas secuelas. El hijo del socialista Fernando Múgica, una de las casi mil víctimas inocentes asesinadas por la escoria etarra, Rubén Múgica, ya se lo dijo en su “redonda cara”: “El responsable es usted, Rodríguez Zapatero, y no habrá días en el calendario para perdonar lo que ha hecho”.

Para terminar, un detalle, tonto si se quiere, pero que puede dar una ligera idea de cómo le funciona la materia gris a Zapatero, es la fecha que ha elegido para convocar las próximas elecciones generales: 20 de noviembre, aniversario de la muerte de Franco… ¿¿ ¡! ?? Con la de días que había desde el viernes hasta el 20 de marzo de 2012…

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