El Consejo Regulador celebra pasado gmañana la Cátedra del Vino, un evento que este año cuenta con dos invitados especiales: el productor Antonio Saura Latido y el director José Luis López Linares, los creadores del famoso documental 'Reinventando el mito. Jerez y el Misterio de Palo Cortado', una obra que recoge la esencia del vino en la historia y los entremezcla audiovisualmente para convertirlo en un producto único. Y es que el propio Consejo Regulador confiesa que el Palo Cortado "es un caldo de gran complejidad, que tiene un origen muy antiguo y que conjuga la delicadeza aromática del amontillado y la corpulencia del oloroso". En esta ocasión, el productor, e hijo de Carlos Saura, cuenta los detalles de la cátedra de este miércoles.

- El Consejo Regulador ha contado con su presencia para realizar la Cátedra del Vino. ¿Qué es lo que ha pensado para esta cita?

Antes, cuando me preguntaban, yo decía que no era de vino de Jerez. Tras la obra, soy un verdadero fan"

- El discurso se va a centrar en cómo es posible traducir un sentimiento o una sensación en película. El vino es olor y sabor, algo que no se puede transmitir con la imagen. Entonces, desde el primer momento tuvimos esa problemática, pero creo que supimos solucionarla. Nuestra obra habla de un visitante que ha llegado a la ciudad y se va encontrando a gente estupenda junto a unos grandísimos vinos. E indagamos en el fondo de los caldos, en lo que hay detrás de ellos. Todo esto es lo que vamos a intentar contar a los asistentes de esta cátedra.

- 'Jerez y el Misterio de Palo Cortado' es una obra única. ¿Cómo ha sido su repercusión?

-El documental ha ayudado de cara a dar más visibilidad al vino de Jerez. Hace ya dos años que lo realizamos. Y creo que acertamos en elegir el nombre. 'El Misterio del Palo Cortado' ha tenido mucho enganche. Pero, sin embargo, no hicimos el documental pensando en que fuese una herramienta de promoción, sino como un mecanismo que reflejase cómo la historia de un territorio, su gente y el vino se integran. Por este motivo, seleccionamos Jerez. Porque esta ciudad es uno de los pocos lugares del mundo donde realmente se entiende qué es la cultura de un vino.

- Y antes de realizar el documental, ¿conocía el vino de Jerez ?

-No tanto como ahora que soy todo un experto. Es más, no desayuno con un jerez porque me tengo que controlar el alcohol (risas). Actualmente acompaño la mayoría de mis comidas con estos caldos. Rara es la vez que en mi casa no hay una botella de fino, manzanilla, oloroso o Palo Cortado. Sin embargo, antes simplemente lo conocía. Es más, después de que grabase 'El pollo, el Pez y el Cangrejo Real', un amigo mío me recomendó que hiciera un documental sobre los caldos de Jerez y mi respuesta fue: "Yo no soy de esos vinos". Mi transformación ha sido prácticamente radical.

- ¿Considera que Jerez debería mejorar la promoción de sus vinos?

- Yo creo que el jerez en los últimos años ha presentado un giro hacia la calidad y esto ha propiciado una mejora de la circulación y de la difusión del mismo. Eso se nota en restaurantes y hoteles. Y en cuanto a las ventas es muy importante resituar el vino de Jerez donde le corresponde: como un caldo de alta gama. Porque en ciertos restaurantes a veces sucede que, al menos en otras regiones de España, el jerez está colocado en la sección de licores y no en la de vinos. Y desde mi punto de vista lo considero un caldo que merece el mismo respeto o incluso más que el de Oporto.

-El documental se inspira en el misterio del Palo Cortado, un vino rodeado de multitud de incógnitas. Después de realizarlo, ¿cree que se ha resuelto el misterio?

-En el documental queda abierto. Algunos historiadores aseguran que Palo Cortado es todo aquel vino que no era fino. Yo lo que creo es que Jerez, tanto sus productos como su tierra, da para mucho más que un documental. Multitud de películas, novelas o series se pueden realizar enfocadas en las historias que encierra esta ciudad. A poco que indigas, descubres que es impresionante el mundo de realidad que puede ser convertido en ciencia ficción, teniendo en cuenta los retos y problemas que esta ciudad afronta ahora mismo.

- ¿Y cómo se plantea desde la producción una obra de estas características?

-Desde la locura. Hicimos el documental al principio con nuestros propios medios. Luego ya fuimos encontrando apoyos en el Consejo, en varias bodegas y de algunas distinguidas personalidades del mundo gastronómico. Pero, a priori, la obra nació de nuestro amor propio por Jerez. Primero quisimos hacer un gran documental y luego ya nos dedicamos a pedir ayudas.

- Imagino que su realización fue complicada.

- El rodaje fue larguísimo. Y realmente son todos los que están pero no están todos los que son. Primero dos días intensísimos en Bodegas Tradición y, con ese material, un año entero de recopilación de tomas en distintas zonas y en diferentes épocas. A su vez, costó también un año el montaje. Teníamos grabadas aproximadamente 100 horas de película y tuvimos que transformar todo eso en un documental de hora y media.

- Con tanto material grabado, ¿se ha planteado una segunda parte?

- Más que para otra película, con lo que tenemos podríamos realizar un 'spin-off', esa palabra que está ahora tan de moda (risas).